Aunque la empresa de plásticos Basa (originalmente Bakelita y Anexos) fue fundada en 1949, orientada a la manufactura de productos para el hogar, no sería sino hasta la década del 80 que revolucionarían el mercado peruano con un catálogo de productos dirigidos a un público distinto: los niños y las niñas.
Para los más pequeños, Basa en esos años era sinónimo de juguetes: Mattel y otras grandes firmas de la juguetería mundial le ofrecían sus licencias para que produjesen sus líneas en el Perú. Así llegaron las Barbies peruanas, bastante más asequibles que las pocas que se traían de importación, en una época en la que el mercado peruano no estaba tan abierto.
“Entre las primeras muñecas que empezó a fabricar Basa en los años ochenta están la recordada Peloncita y el Cicciobello (o Chichobelo). También estaban los Bebes Repollitos, Los Bomboncitos, Patty la Patinadora, Dulcita y otras más", cuenta Janina Caballero, jefa de marketing de la firma que ha emprendido una política de relanzamientos de algunos juguetes emblemáticos de esos años.
Según Caballero, las últimas muñecas fabricadas por Basa fueron La Peloncita Deluxe (que venía con su partida de nacimiento) y Alicia, la muñeca caminadora, en los años noventa. En adelante la empresa entraría en una crisis debido al aumento de importaciones de plástico, lo que marcaría su fin. La compañía fue resucitada después, ya en el nuevo milenio, dispuesta a recuperar su posición en el mercado del plástico y la juguetería, conscientes además del mercado de nostalgia que existe hoy día.
Empezaron hace un par de años, con la reedición de su línea Rekreo, que incluye sus sets playeros “El Pescadito” y los baldes “Rascaplayas”. Este año han lanzado la muñeca Loli, que está basada en el mecanismo de Alicia, es decir, es una muñeca que camina al lado de su dueña.
Por estos días también se puede ver en Mundo Basa, de Jr. Azángaro 387, Centro de Lima, una exposición de sus muñecas clásicas. Según su jefa de marketing, la idea de la muestra, además de animar la nostalgia de las chicas y chicos del ayer, que quedan fascinados y se toman fotos, es hacer un testeo para ver qué muñeca del pasado podría volver. Asegura que la Peloncita y el Cicciobello han generado tanta aceptación entre el público visitante que podrían regresar a las tiendas en un futuro muy cercano. //