Hace tan solo veinte años, el Grupo 5, la orquesta que este fin de semana llenará tres fechas consecutivas el estadio de San Marcos, buscaba sobrevivir al agotamiento de un género que llevaba décadas dominando el mercado peruano. Si bien sonaban fuerte en Jaén, Bagua y Chiclayo, estaban lejos de ser el fenómeno musical que encarnan en estos tiempos, ahora que son conocidos en todo el país como el Grupo de Oro del Perú. Soñar que algún día harían ‘sold out’ en cuestión de horas para un concierto de 50 mil personas era eso: un sueño. Una utopía que difícilmente alguien se hubiese podido imaginar: que la cumbia del norte llegue y conquiste la siempre aburguesada capital.
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Contra todo pronóstico, dicha ilusión comenzó a hacerse realidad la tarde del 6 de enero del 2004. Comandados por Elmer ‘Chico’ Yaipén, la agrupación llegó a la localidad de Narihualá, a dos kilómetros de la ciudad de Catacaos, en el Bajo Piura, luego de hacer un viaje de casi cuatro horas en el mismo camión carguero donde transportaban sus equipos de música. El objetivo era tocar en la celebración por Bajada de Reyes. Ese día, tras dar su concierto bajo un sol inclemente, descendieron del escenario y se reunieron en su furgoneta con Estanis Mogollón, un compositor que gozaba de cierta popularidad por haber compuesto pegajosos temas para Agua Marina y Tony Rosado. Semanas atrás, ‘Chico’ Yaipén le había solicitado que escribiera un tema exclusivo para el Grupo 5. Pusieron la canción en la casetera de una vieja radio, y sonó: Morir de amor, no se puede morir / Menos por ti que no me quieres más / Sé que tu amor no vale la pena / Si me dejaste por otro querer.
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La canción, titulada “Morir de amor”, no gustó entre los músicos de la banda a la primera oída, pero Elmer percibía un gran potencial en ella. Le hicieron unos arreglos, la tocaron en su siguiente presentación y, pese a las dudas, armó la fiesta. El Grupo 5 volvía a tener un hit después de casi una década. Una nueva era llena de éxitos estaba comenzando al mando de la segunda generación de la familia Yaipén de Monsefú.
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Desde entonces, algunas cosas han cambiado. Ahora se movilizan en un moderno bus Mercedes Benz con espacio para veinte asientos reclinables full flat 180°. La producción de sus eventos cuentan con pantallas LED, equipos de sonido y juegos de luces de última generación. De ahí que se especule que pueden llegar a cobrar 100 mil soles por show, algo que Christian Yaipén, voz principal de la agrupación, se ha encargado de desmentir diciendo que, “respecto al precio, no son las sumas exorbitantes que se mencionan”. “En cuanto a logística, solo los Rolling Stones han traído tantas cosas”, nos cuenta Christian sobre los conciertos que han preparado por su aniversario 50. “Simplemente hemos hecho todo lo que nos propusimos para celebrar a lo grande. Queríamos esto y trabajamos muy duro para conseguirlo”, añade el menor de los Yaipén.
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Si algo no cambió en medio siglo es la fe y el empuje que le ponen a su trabajo, tal y como lo hacía su padre, Elmer Yaipén Uypán, fundador de la agrupación. “Mi papá fue mi héroe. Siempre lo he admirado y también veía que muchas personas lo querían y admiraban. Era bastante responsable, campechano. Evento al que íbamos la gente pedía al toque que cante”, recuerda Elmer Yaipén, director musical. “Tengo los mejores recuerdos con él. En aquellos tiempos podíamos recorrer una provincia y entrábamos a distritos muy lejanos. En Cajamarca, en Amazonas, o en Piura. Los viajes eran muy bonitos”, complementa Andy Yaipén, encargado de la percusión.
Sentados en los estudios de El Comercio, los tres hermanos se emocionan al recordar cómo empezó todo: en un mercado de Lambayeque, a inicios de la década del setenta. De acuerdo al libro “Historia de la cumbia peruana”, de Jesús Cosamalón, en aquellos años explosionó la cumbia con sabor nacional. Don Elmer y su hermano Víctor, aficionados a la guitarra, ayudaban a su madre a vender verduras, arroz y menestras, pero tenían la inquietud de formar su propia banda. Revisando cancioneros y revistas mexicanas en el mercado donde trabajaban fue que escogieron el nombre: si ya existían el Grupo 1, 2 y 3, ellos serían el Grupo 5.
Los cinco integrantes de la primera alineación comenzaron tocando baladas. Su primer disco de estudio fue “No me pongas ese disco”, una producción compuesta de doce canciones -”Pensando en ti” y “Qué pecado fue quererte” , grandes clásicos ochenteros- editados por el sello Infopesa. Sin embargo, la orquesta no tardaría en orientar su sonido a la cumbia en recitales que duraban hasta seis horas. A mediados de la década del ochenta, el Grupo 5 amenizaba cuanto evento social había en la calurosa Monsefú: matrimonios, cumpleaños, fiestas de promoción. Cuando su fundador Elmer Yaipén murió el 9 de noviembre de 1999, luego de que su auto colisionara contra un camión de Cementos Pacasmayo a las 4 de la mañana, “cerca de 28 mil personas acudieron al estadio Elías Aguirre para despedir al Faraón de la Cumbia”, reportan los diarios de la época. La multitud que acompañó al patriarca Yaipén solo era comparable a la que dijo adiós a ‘Chacalón’, decían.
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Que el Grupo 5 se mantenga vigente a lo largo de cinco décadas se debe a dos cosas: los líderes positivos que hay en la agrupación. Y la silenciosa labor de doña María Elena Quesquén, matriarca de la familia y su cable a tierra. Hoy por hoy, nos dicen, no existen egos que puedan hacer implosión en la banda, algo que suele ocurrir cuando el éxito abruma. Le pasó a The Beatles, a Pink Floyd y, por supuesto, hace un tiempo atrás al conjunto de Monsefú. “Siempre puede haber discusiones, pero procuramos estar en armonía porque al final lo que hacemos es llevarle felicidad a la gente. Cada integrante sabe que tiene que actuar con mucha responsabilidad y nosotros como dueños también. Somos conscientes de que todo lo que hemos construido, el cariño del público, se puede esfumar muy fácilmente”, explica Christian.
Pero si hay un factor que ha sido determinante para el despegue de la agrupación, comenta ‘Chico’ Yaipén, son sus temas que le cantan al amor y desamor. De su luna de miel con Estanis Mogollón surgieron “Que levante la mano”, “Te vas”, “Motor y motivo”, “Adiós, amor”, “Quién cura”, entre otros éxitos que han llevado a Grupo 5 a recorrer no solo el Perú, sino también a hacer innumerables giras por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. “Las canciones que escribo, algunas están basadas en experiencias personales, pero también en historias de amigos y gente cercana a mí. Eso sí, para componer tengo que estar de buen ánimo, no lo puedo hacer cuando estoy desganado”, le cuenta a Somos el mismo Estanis, cuyas letras han puesto a bailar hasta al mismo Lionel Messi en su matrimonio.
Tal es la popularidad del Grupo 5 por estos días que los podemos escuchar en una fiesta en San Juan de Lurigancho como en una discoteca de Asia. “Más que un concierto, lo que te dan es una experiencia. Su éxito no solo se mide por la cantidad de gente que va a sus eventos, sino por la cantidad de cervezas que venden”, nos dice Jaime Bailón, coautor del libro “Chicha power” y docente de la Universidad de Lima.
Andy, Christian y Elmer, los hijos del Faraón, los herederos del imperio Yaipén, se toman los halagos con humildad. “No creemos ser la orquesta que ha unido a los peruanos, simplemente somos unos chicos con ganas de triunfar”, sostienen. Por eso siempre que pueden viajan a Monsefú –su centro de operaciones está en Lima–, a su casa de la cuadra ocho del jirón Castilla, el lugar donde empezaron a construir sus sueños, donde su madre siempre los va a recibir con un seco de cabrito. Por estos días, el Grupo 5 no solo es un grupo: es una familia compuesta por más de 20 músicos y cantantes, productores, ingenieros de sonido, choferes y personal de seguridad. Ahora se ha sumado un equipo de ‘stylists’, maquilladoras y ‘community managers’ que se encargan de su imagen y los ayudan a generar contenido en redes sociales.
Saben que la cumbia peruana también suena en Instagram y TikTok. Y el Grupo 5 forma parte de esa revolución. //
1980 / Primeros pasos
A inicios de la década del ochenta, grabaron sus dos primeros materiales discográficos, bajo el mítico sello de Infopesa: “No pongas ese disco” y "Recuérdame”.
1995/ nuevos vientos
Se incorporan a la banda los hijos de Elmer Yaipén: Elmer Jr. y Andy. El primero tenía predilección por los instrumentos de cuerda, mientras que el segundo por la percusión.
2008/ Las giras
Ese año, el Grupo 5 realiza su primera gira nacional a Japón y Estados Unidos, donde tocan en el Festival Peruano de Nueva Jersey, por Fiestas Patrias.
2009/ En pantalla
Debido a su creciente popularidad, el director Enrique Chimoy presentó la película “Motor y motivo”, basad5a en la historia de ascenso del Grupo 5.