Los 344 mil seguidores que acumula en Instagram y los 103 mil que la ven cada día en TikTok evidencian el éxito que carga en brazos Carolina Braedt, limeña de padre peruano y madre alemana. Con una popularidad que se incrementó incluso más tras su aparición en “El gran chef” y tres emprendimientos en su haber (Rutina Café, Pirámides de Máncora y Atte. Lina), esta joven llena de energía también ha sabido sobreponerse a los cargamontones de redes sociales y a los altibajos de la vida misma.
En esta entrevista, nos confiesa que no todo es color de rosa en su vida, como muchos piensan. Uno de sus momentos más polémicos fue, quizá, cuando su matrimonio (que mostraba públicamente durante los más de diez años de relación que mantuvo con un modelo peruano) se vio en el ojo público por una serie de chismes de infidelidad, etapa que transitó entre tuits, publicaciones y ‘stories’ con miles de vistas y comentarios.
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Hoy, enfocada en ella misma, la ‘influencer’ reflexiona sobre su crecimiento en el mundo digital, el apoyo incondicional de su comunidad y los planes que tiene, repartiendo sus sueños entre París y el Perú.
—Hace poco, debutaste en televisión con “El gran chef: Famosos”. ¿Cómo se iniciaron las coordinaciones para tu participación en las batallas culinarias?
Fue demasiado loco. Yo estaba en París, con mi vuelo de vuelta aún para quincena de noviembre. Me escribieron por WhatsApp para contarme que estaban buscando a nuevas personas para EGCF y que les interesaba que formara parte. Eso fue un viernes, y si decía que sí, las grabaciones arrancaban el lunes. Pensé: ¡es una oportunidad única!; así que tomé un vuelo a Lima al día siguiente. El domingo por la noche ya estaba aquí y el lunes empezamos a grabar.
—¿Tenías expectativas con la televisión?
Mi plan era divertirme. Ya había visto el programa y se veía difícil. Al principio, dudé demasiado de mí; así que me dije: “Ok, esto puede ser un desastre. Solo ve con la idea de pasarlo bien y aprender”. Al final, ha sido alucinante.
—Más adelante, ¿te gustaría seguir probando suerte en la pantalla chica?
No cierro las puertas. Si lo hago, sería en algo con trasfondo educativo, no tanto por el lado de los chismes y la farándula. Tal vez en algo de noticias o informativo. Quién sabe.
—El crítico Javier Masías tuvo una despedida emotiva cuando te eliminaron.
Creo que lo cortaron un poco, porque yo empecé a chillar desde que empezó. La parte que más me quebró fue cuando habló de mi humildad y cercanía con la gente. Eso me hizo recordar a mis padres y todo lo que me han inculcado desde pequeña. Creo que él logró ver mi verdadero yo.
—Así como hay gente que empatiza contigo, hubo también quienes se disgustaron con tu participación.
Creo que por un lado conecté más con mucha gente que ya me seguía, y por otro también hubo gente que odió mi voz, que me sintió pesada y me tachó por completo. Pero bueno, eso es algo que siempre va a pasar. Me quedo con lo demostrado en esos tres capítulos.
¿Los comentarios negativos ahora te afectan menos que cuando empezaste?
Empecé en 2014. Todo el mundo se la agarraba con mi voz y tenían comentarios fuertes. La pasé mal. Lo que hice fue intentar moldear mi voz para que no sonara fuerte y adaptarme a lo que los demás querían. Le bajé la intensidad a mis emociones y dejé de ser eufórica, todo por ser aceptada. Con el tiempo, eso ha cambiado; ahora tengo claro lo única y fuerte que soy. Dejo pasar los comentarios negativos.
—¿Ya no los lees?
No, obvio que los leo. Pero trato de aprender de las críticas constructivas; las que no lo son, las ignoro. He trabajado mucho con mi psicóloga y mis ‘coachs’ como para darme cuenta de que lo que juzgan los demás es un espejo de ellos mismos. Como dice la frase: “Lo que Juan dice de Pedro habla más de Juan que de Pedro”.
—Una de las etapas en que te enfrentaste a más comentarios negativos fue cuando se hizo pública tu separación con un conocido modelo peruano. Tenían diez años juntos.
Fue un cargamontón fuerte. Me jugó en contra el hecho de que desde el inicio traté de mostrar una relación demasiado perfecta en todas partes. La gente sacó hasta clips de mi canal de YouTube de hace muchos años. Yo les mentía y pintaba color de rosa, pero creo que también era porque me decía a mí misma esas mentiras. Y claro, cuando reventó todo, la gente —con toda razón— estaba en plan: “¿Me vienes diciendo hace diez años que tu relación es perfecta y de la noche a la mañana se terminó?”.
—¿Crees que, en ese momento, tu manera de responder tampoco fue correcta? ¿Lo habrías hecho diferente?
No lo manejé de una buena forma, para nada. Lo hice desde la frustración. A mí me daba vergüenza admitir que no tenía la relación perfecta, así que luego todo me cayó encima. Acepto que actué como la típica niña picona que quiere sacarle la lengua a la gente. Pero no me di cuenta hasta después, porque cargaba con un dolor muy profundo.
"Estoy en un punto de mi vida en que prefiero sentirme tranquila que seguir luchando por algo en lo que no tengo suficiente poder para solucionar"
Carolina Braedt Influencer y empresaria
—Luego de esa tormenta, te has enfocado en tu contenido y también en tus negocios. Uno de los más queridos es Rutina. ¿Cómo nació la idea?
Nació de tener un lugar lindo para tomarse una foto mientras compartes un cafecito, postre o ‘brunch’. Cuando abrimos, recuerdo que esa oferta aún no estaba tan fuerte en Lima, algo que ahora se ha desarrollado más. En octubre de 2020, se presentó la oportunidad de abrir el primer local y había mucho miedo, porque era una inversión fuerte y el panorama por la pandemia aún era de incertidumbre. Pero creo que arriesgarse fue lo mejor.
—Estos negocios están a nombre tuyo y de tu exesposo. ¿Qué nos podrías comentar sobre el panorama actual de estos?
El tema se está viendo por lo legal. En este momento, estoy priorizando mi paz mental y tengo claro que tal vez en el acuerdo al que lleguemos no voy a salir como la más beneficiada. Pero estoy en un punto de mi vida en que prefiero sentirme tranquila que seguir luchando por algo en lo que no tengo suficiente poder para solucionar. Confío en que el destino se encargará de ordenar las cosas.
—¿Crees que en estos últimos meses Carolina ha evolucionado de manera drástica?
Sí. Al inicio, tenía muchas inseguridades. Recién con los años he podido pararme sobre mis dos ‘patitas’ y entender que yo puedo sola contra lo que me proponga. Antes sentía que tenía que tener a alguien al lado siempre, alguien que me apoye en todo, porque no tenía confianza para hacer nada sola. Ahora, ya encontré el poder dentro de mí. Tardé, pero llegué a él.
—¿Qué proyectos tienes en mente para el próximo año?
Tengo dos grandes proyectos que me llenan de emoción. En París, estoy invirtiendo en propiedades para remodelarlas y alquilarlas. El otro proyecto es con mi hermano, Stephan, aquí en el Perú. Ya se enterarán pronto en mis redes sociales. Me emociona un montón. //