Es un asunto de estudio la devoción que la cultura coreana inspira en estas tierras desde hace más de diez años. De repente, los restaurantes de comida de ese país empezaron a proliferar en Lima, al igual que la culinaria callejera de allá, como los ‘corndogs’ y esos platos ultrapicantes. La televisión nacional se llenó de conmovedores doramas (telenovelas), y hasta en nuestras salas de cine asistimos a una frecuente incursión de películas coreanas en cartelera, mayormente de acción, desastres o de zombis. La fiebre por el género musical K-pop es otro lote que ya tiene sus años: se ha esparcido como un virus que atrapa a la juventud peruana y la obliga a correr a los parques de la ciudad para entregarse a la reproducción incansable de coreografías de sus admirados BTS o Blackpink.
La más reciente expresión de esta “invasión” coreana es BlingOne, un talentoso grupo de jóvenes peruanas que este año se graduaron con honores en el World K-Pop Center, un centro de enseñanza de K-pop en Corea del Sur, y ahora son auténticas idols. Porque sí, para ser performer de este género se estudia, y mucho. Abigaíl, Rubí y Kenny, las integrantes de BlingOne, dejaron atrás todo para embarcarse en un viaje cuyo destino parecía incierto. “¿Una productora coreana haciendo un casting para formar un grupo de idols en el Perú?”, les contaron, pero parecía broma. Ni en los tiempos en que estaban en el colegio, cuando decoraban sus cuadernos con los rostros de estrellas de ojos rasgados, hubieran imaginado algo así. Igual, se lanzaron sin dudar, sin saber si había agua en el fondo de la piscina. Una dejó sus estudios de arquitectura, otra sus clases de baile o sus trabajos esporádicos en la televisión. El salto de fe que dieron fue más que recompensado.
Una mañana de invierno, nos reunimos con las chicas de BlingOne en Supernova, un parque de diversiones en el distrito de San Miguel. Ellas se muestran super profesionales y atentas con los pedidos de la prensa, demostrando la férrea disciplina que aprendieron en el World K-Pop Center. Solo cuando la sesión de fotos termina es que deciden abandonar por un momento sus personajes para volver a ser niñas. Abigaíl salta en un trampolín, Kenny se lanza a una piscina de cubos de espuma, y Rubí intenta cruzar un pasamanos. Lo intentó. Era su merecido descanso.
Las cosas no eran tan divertidas en Corea. “Allá ensayábamos desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche, con un corto tiempo para comer. Los profesores eran muy estrictos. Los movimientos tenían que salir perfectos, sin importar el cansancio”, recuerda Rubí, la ‘maknae’ del grupo, término que significa “la más pequeña” o “la más consentida”, si se quiere.
La vida de una idol de K-pop
Desde que regresaron al Perú hace dos meses, sus vidas han cambiado. Ahora son las más queridas en sus respectivas familias y barrios, donde las saludan y protegen. A veces, cuenta Kenny, ya tienen que cubrirse un poco el rostro cuando salen a la calle, usando una mascarilla o algo similar, para evitar los riesgos de la sobreexposición. La semana pasada estuvieron en Trujillo, su primera visita fuera de Lima, y la experiencia con los fans fue linda pero también intensa, lo que les ha enseñado a protegerse a ellas mismas.
“Mi recuerdo más bonito de Corea es del último mes, cuando nos quedamos sin dinero”, rememora Abigaíl. “Nuestro mánager, el señor Park Sang Eun, nos cuidó durante todo ese tiempo; nos llevaba a comer al mercado, disfrutábamos de la comida callejera, y paseábamos por el río Han con sus suricatas. Montábamos bicicleta y nos comunicábamos con el traductor del teléfono. Esos son los recuerdos que más aprecio”, dice con emoción.
El proyecto BlingOne es una experiencia piloto, como decíamos, pero su visión es mucho más ambiciosa. La idea del World K-Pop Center es realizar más ‘reality shows’ Click The Star en 32 países y crear una sinergia de cantantes del mundo donde todas puedan brillar juntas, en alusión al nombre del grupo.
Nada de esto sería posible si no fuera por la espectacular pegada que tiene la cultura coreana fuera de sus fronteras. “El K-pop ha jugado un papel crucial en la consolidación de toda la infraestructura de la cultura coreana y en la creación de competitividad global. De hecho, la demanda de escuelas de idioma coreano está aumentando a la par de la popularidad del K-pop”, afirma Lee In So, vocero internacional del World K-Pop Center, en una entrevista con Somos. Esta fiebre por la música está impulsando la revalorización de otros aspectos tradicionales de la cultura coreana. “El taekwondo y la comida coreana, que representaron a Corea en el pasado, también están ganando ahora un impulso gracias al K-pop”, señala Lee In So.
Los planes de este centro educativo en el Perú son ambiciosos. En julio inauguraron su primera sede en el país, ubicada en el distrito de San Miguel, la cual actualmente está en proceso de remodelación. Desde allí se impartirá la enseñanza de la cultura asiática y se diversificará la oferta. “El primer grupo de chicos se lanzará en el Perú al mismo tiempo que en otros países sudamericanos. Se realizará un Click the Star para varones, y organizaremos muchos más eventos aquí. Y con las chicas de BlingOne tenemos una agenda global, no solo en el Perú”.
Las idols peruanas viajarán en octubre a Corea para grabar su segundo sencillo, el cual será lanzado en noviembre. Además, estarán listas para participar en la final de Click The Star China, un país que ya han visitado y al que esperan regresar pronto. “Lo más bonito de estar en BlingOne es cuando una chica se te acerca y te dice que, a través de nosotras, está viviendo un sueño”, comenta Kenny. Abigaíl coincide, resaltando que lo mejor es saber que, con su música y esfuerzo, pueden inspirar a otras personas a alcanzar todo lo que se propongan. //
Agradecimientos: Locación: Supernova (IG: @supernovape); Vestuario: Squeeze (IG: @squeezeperu); catering: La Casa de las Sopas (IG: @lacasadelassopasperu)