Agave: el refugio verde en Miraflores que ofrece plantas, “esculturas vivas” y jardines verticales

El agave es una de las plantas más nobles de la familia de las suculentas. Además, es reconocida entre los interioristas como una de las opciones más diversas a la hora de decorar, sumando verdor a los espacios en medio de el gris típico de la ciudad. No es coincidencia que así se llame también el espacio natural creado por los arquitectos paisajistas Bruno Binda y Alessandra Mendoza, un verdadero escape tanto para los amantes de las plantas como para aquellos que recién se están familiarizando con la materia.

“Actualmente hay un mercado más amplio en este tipo de clientes. Yo creo que es porque la pandemia nos llevó a conectar de nuevo con la naturaleza, nos animó a incorporarla sin salir de casa, en nuestros espacios habituales”, explica Mendoza, sobre esta corriente de decoración que cada vez se hace más fuerte. Elegir la planta ideal no será complicado en esta suerte de selva interior.

Además, Binda y Mendoza refuerzan la idea de que el verdor de las plantas no puede brillar en solitario, así que las integran perfectamente con piezas fabricadas de manera artesanal, como macetas de barro y cerámica, o lámparas hechas en materiales orgánicos. Todo el deleite para la mirada.

“Hay una pieza que nos gusta mucho elaborar. Son nuestras ‘esculturas vivas’, una especie de jardín vertical ideal para un primer acercamiento a las plantas en espacios interiores. Además, estas esculturas tienen un sistema mucho más sencillo de mantenimiento en comparación con otros jardines verticales, y son complementadas con materiales como la madera, el concreto y la cerámica”, agrega Mendoza, sobre una de las opciones estrella del lugar.

SOÑAR EN GRANDE

Cuando apostaron por abrir las puertas de este espacio físico, la dupla de arquitectos pensó también en un lugar ideal para entablar proyectos más grandes con sus clientes, montar exposiciones e incluso ofrecer talleres ligados a la artesanía y el paisajismo.

“La intención siempre fue sumar ese enfoque cultural a la tienda. Por ejemplo, contamos con mínimo tres exhibiciones al año”, explica la arquitecta. “El público está invitado a venir a Agave y no solo disfrutar de las plantas, sino también del arte y diseño que tenemos en nuestras piezas, que, además, por ser artesanales, cuentan una historia propia, cada una diferente a la otra”, concluye. En una ciudad gris como Lima, equilibrar con un poco de verde no cae nada mal. Las puertas de Agave esperan abiertas. //