Geiner Alvarado López fue uno de los ministros más jóvenes de la olvidable era Castillo –en mayo cumplirá 40 años–, y también uno de los que se mantuvo por más tiempo en el Ejecutivo. Desde julio del 2021 hasta agosto del 2022, ocupó la cartera de Vivienda y Construcción y luego fue nombrado ministro de Transportes y Comunicaciones.
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Ya conocemos las aptitudes que el expresidente exhibía a la hora de elegir funcionarios inadecuados para puestos clave; con Alvarado se cumplió esa norma, pero por razones que ahora conocemos. Pedro no eligió y promovió a Geiner porque fuera un profesional hábil y versátil, sino porque lo necesitaba cerca. Al menos, esa es la hipótesis de la fiscalía: Alvarado sería uno de los ‘lugartenientes’ de la red de corrupción que se tejió en poco más de un año y medio de gobierno.
El fin de semana, Alvarado fue detenido y ahora está en prisión preventiva (igual que su exjefe). Pero él es apenas uno de los personajes que integró la turbia comparsa que aprovechó el poder y los escasos filtros del aparato estatal para beneficio propio. En esta especie de sistema solar que se fue ampliando mientras Castillo se aferraba a la banda presidencial, hay varios nombres que merecen no ser olvidados nunca.
Los que delatan
Parece que hubiera pasado más tiempo, pero fue apenas hace un año y medio que nos familiarizamos con el nombre de Bruno Pacheco, uno de los asesores más cercanos de Pedro Castillo. Y supimos que había presionado para obtener ascensos en las Fuerzas Armadas, y entendimos que más que un secretario de Palacio de Gobierno era un operador omnipresente, y nos enteramos de que escondía US$20 mil en el baño...
Pasó muy poco tiempo antes de que otro de esos personajes estrafalarios irrumpiera en la política peruana. Karelim López, una mujer cuyo grado de ambición era inversamente proporcional a su sentido ético, cometió las fechorías que ya conocemos, pero se aseguró de tener a la mano suficiente información para salir bien librada si la atrapaban. Ahora también es colaboradora eficaz, y es quien ha ayudado a desenredar la red del expresidente a cambio de no ir a una cárcel.
Una figura similar es la de Zamir Villaverde, empresario involucrado en el caso Puente Tarata, quien en julio del 2022 salió caminando del penal luego de ofrecer información incriminatoria contra el exmandatario y varios otros funcionarios.
Los que se esconden
Hay un personaje clave en toda la telaraña que todavía no ha podido ser atrapado. Nos referimos a Juan Silva, el oscuro exministro de Transportes y Comunicaciones, y quizá la persona que mejor conoce todos los secretos que Pedro Castillo pretende que nadie descubra. La policía estuvo varias veces a punto de capturarlo, pero no se logró y, hasta donde se sabe, se esconde en alguna parte de Venezuela. Todo apunta a que el anterior gobierno lo ayudó a escapar o, al menos, trató de demorar su búsqueda de mil maneras.
En esta categoría, debemos incluir también a Fray Vásquez Castillo, sobrino del expresidente y uno de sus operadores en los entramados que organizó. Él lleva más de un año escapando de la policía y poco se sabe sobre su ubicación. El fin de semana pasado, desde la clandestinidad, dio declaraciones a “Cuarto poder”, y deslizó la posibilidad de entregarse a la justicia. “Seguimos coordinando para ver un posible entendimiento y ponernos a derecho”, dijo exactamente. Pronto podría pasar al club de los detenidos.
Los familiares
Además de Vásquez, otro sobrino del exmandatario también estuvo metido en la colada. Gian Marco Castillo también pasó una temporada prófugo, hasta que la orden de captura fue convertida por una de comparecencia restringida.
Algo similar sucedió con Yenifer Paredes, la joven cuñada de Castillo, aunque ella sí pasó algunas noches en una celda. En octubre del 2022, fue internada en cumplimiento de un mandato de prisión preventiva por presuntos actos de corrupción y por, supuestamente, haber ayudado a favorecer a empresas en licitaciones públicas. Dos meses después, le abrieron las rejas.
La lista la completa, por supuesto, Lilia Paredes, la ex primera dama del fugaz gobierno castillista. Días atrás, el Poder Judicial rechazó el pedido fiscal de una orden de prisión preventiva contra ella. La esposa del expresidente Pedro Castillo se encuentra en México desde fines del 2022 en condición de ‘asilada política’, después de que él anunciara un fallido golpe de Estado.
La lista de personajes es muy extensa, y los mencionados son apenas algunas de las figuras más visibles. El tiempo ha pasado pero, en medio de la crisis política, las protestas y las lluvias que no cesan, la captura de Geiner Alvarado se sintió como un ‘flashback’, también como un recordatorio: el gobierno de Castillo acabó mal, pero aún el país no ha terminado de remover la montaña de escombros que dejó a su paso.