Acabo de ver ‘La revolución y la tierra’ y, aunque ha pasado un largo año desde su aparición en cartelera, no ha perdido un ápice de actualidad. No podría perderla, en realidad, pues la historia que aborda –la historia de nuestra fragmentación como sociedad– se estrena todos los días. De haberla visto en su momento en el cine, estoy seguro de que al salir y recorrer las calles de Lima me habría asaltado la impresión de seguir dentro de la película. Quizás el Perú, más que un país, sea eso: un continuo documental acerca de un país imposible.
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