Hace un par de décadas –antes de la llegada de Facebook y demás redes sociales– las relaciones amorosas eran ajenas a la exposición constante en fotografías, videos, ‘reels’, ‘tiktoks’ y ‘stories’. Las rupturas, en esta línea, también se vivían de otra manera, alejadas de la crítica y presión social que estas suman, incluso de personas ajenas a la situación o principal círculo social.
MIRA TAMBIÉN: “Bobby y sus amigos del hospi”: un libro para colorear, educativo y de contención emocional
“Antes la familia y amigos eran quienes podían quedarse con la duda de qué sucedió con la pareja. Ahora, con las redes sociales, más personas se creen con el derecho de saber todo lo que sucede detrás, y piden explicaciones”, comenta Karina Otoya, docente de Psicología de la UPC.
Esto, sin duda, hace del luto algo más complicado de transitar, además de otros factores que se acrecientan en el plano digital como el hecho de eliminar todo rastro de la relación en redes, o empezar a ‘stalkear’ [ver todo el tiempo el perfil de la otra persona] para saber qué sucede con su vida.
“Tras la ruptura, es importante tomar distancia de la persona para cerrar la herida. Incluso en aquellas parejas que quieren seguir siendo amigos, es importante la lejanía para vivir el luto del término de la relación. No puedes transformar el afecto de pareja en el de amigos de un día para otro”, dice Otoya.
CORTA DE RAÍZ El ‘orbiting’ no ayuda a procesar las fases de una ruptura. Se da cuando una de las partes no se va del todo de la vida del otro y sigue orbitando en sus redes sociales.
CONTRASEÑAS Respetar el espacio personal de la pareja es importante. La confianza y comunicación son claves para no tener la necesidad de caer en una suerte de ‘espionaje’.
¿PUBLICACIÓN = AMOR? Medir el amor de la pareja a través de cuánto expone su relación en redes puede ser contraproducente. “Se trata de algo íntimo, más que algo que se publica para contentar a los demás”, dice Otoya.
¿QUÉ MÁS HACER?
Sobre la caída en el ‘stalkeo’, precisa que, en algunos casos, es más sano bloquear los perfiles de la expareja, sobre todo, cuando se recae mucho en la acción y esto resta tranquilidad en el día a día de la persona. “Cada relación es diferente, pero en los momentos de ruptura las redes suelen usarse para poner lo que uno quiere que la otra parte vea. No necesariamente eso se ajusta a la realidad. Bloquear es un paso sano si la otra persona se siente vulnerable ante ello y ve que aumentan los sentimientos negativos y el dolor”, agrega.
Sobre los recuerdos [fotos, videos, etc.], Otoya precisa que no es obligatorio eliminar todo rastro, pues un paso hacia la sanación es también aceptar que la relación formó parte de la vida misma y el crecimiento personal. //
VIDEO RECOMENDADO
SIGUE LEYENDO...
- Almudena García: la historia de la pequeña influencer de 10 años que habla sobre bullying, salud mental y política
- Rodrigo Abd: ¿qué pasa cuando un fotógrafo de guerra pasa de retratar a ser retratado?
- Carla García: “Me guardo un montón para no generar guerra, pero a veces es necesaria”
- Milena Warthon: “Mientras más abrazas tus raíces, más fuerte te haces”
Contenido Sugerido
Contenido GEC