Las aves ornamentales no están libres del estrés. ¿Qué puede desencadenarlo? Las razones son variables. Desde el cambio de ambiente o de alimento a la llegada de una nueva compañía a la jaula, cambios de temperatura extremos, sonidos muy fuertes o agudos, o excesiva manipulación.
Saber si nuestras aves están estresadas se manifiesta con distintos síntomas. Cambia su comportamiento (sobre todo se empiezan a mostrar intranquilas), dejan de comer y de tomar agua de manera regular, de vocalizar e inclusive se acicalarse más de lo debido.
MIRA: Habla el mítico Cucho La Rosa: “Para mí el futuro está en la cocina familiar” | ENTREVISTA
Las aves también reconocen a sus dueños. Si el propietario se ausenta por muchos días pueden presentar comportamientos atípicos. Otros motivos que desencadenan en estrés son la deficiencia de vitamina B o sentir alguna amenaza cerca a su jaula, como la presencia de otro animal.
¿Cómo podemos prevenirlo?
Es importante que lleves a tu ave a un veterinario especializado para que la evalúe y te recomiende qué hacer. Recuerda que la situación podría hacer que bajen sus defensas y se enfermen. Incluso la situación podría manifestarse con “picaje”, un desorden de comportamiento que las lleva a arrancarse las plumas y hasta la piel.
MIRA: La startup peruana reconocida por la FAO que revaloriza a las y los agricultores mediante la tecnología
Las aves ornamentales son muy sensibles a los cambios de clima y a las corrientes de aire. Evita tenerlas cerca a ventanas, pasadizos o en cuartos con aire acondicionado. Tápalas al anochecer para que descansen.
Si por algún motivo tienes que cambiarles de alimento, ten en cuenta que el proceso debe ser gradual para que no se angustien. Y, por su puesto, mantén siempre limpia la jaula, los bebederos y comederos. La higiene evita las bacterias e infecciones. Coloca papel periódico o absorbente en la base para garantizar que así sea.
VIDEO RECOMENDADO
Contenido Sugerido
Contenido GEC