Huaral, esa gran despensa frutal de Lima, la tierra de la famosa naranja Huando y de una amplia variedad de mandarinas con y sin pepa, tiene zonas que vale la pena descubrir.
El punto de partida es la avenida Los Naturales. A partir de allí empieza una hermosa campiña, que es el hogar de dueños de huertas que viven de la cosecha de cítricos, pacayes regionales llamados chimbilillos, paltas, pecanas y la sabrosa manzana Santa Rosa, una de las más crocantes, jugosas y dulces que se pueda probar.
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Ya en Esperanza Alta, el primer punto es Hacienda Mi Tierra (km 2,5 de la carretera Alberto Fujimori), un hotel jardín enorme con piscina y restaurante con especialidades sorprendentes: la comida italiana más sabrosa del norte chico. Y es que Alejandro Bravo, el propietario, fue entrenador de clubes como el Milan y el Juventus durante más de 20 años, en Italia. Migró siendo un joven humilde y regresó con el capital suficiente para construir un bonito hotel, que cuenta con caballos de paso y un rincón dedicado a su carrera futbolística. Pruebe sus tallarines al pesto o a la huancaína, asiente con la mistela de uvina y me cuenta: maravilla.
Su vecino es la bodega de Máximo Velarde y hermanos, donde se sirven platos típicos de Huaral, como el chancho al palo y el pato en ají, acompañados de los fraganciosos vinos y mistelas de los hermanos mencionados, grandes anfitriones. Su bodega es a la vez un huerto donde podrá comprar frutas de estación recién cosechadas. No se olvide de probar los helados naturales que también ofrecen.
Justo frente a Vinos Velarde hay un sendero carrozable, rodeado de tupidas huertas, que lleva (siguiendo las indicaciones de un cartelito) hasta la bodega Waraly. Allí, los esposos Sonia y Eduardo Martínez nos guían por su bodega y el amplio viñedo que la circunda. La zona es verde a más no poder, por los cultivos de frutas que ofrecen horas de relax entre vino y vino. Se puede hacer camping en el amplio gramado y perderse en los laberintos que forman los arbustos.
Esperanza Alta puede servir de punto de partida hacia otras zonas turísticas de la provincia, como el barrio gastronómico de Retes, donde brilla el Rancho de Robertín, o incluso de la ciudadela de Rúpac, apenas a un par de horas hacia el este. Toda una experiencia por descubrir. //
El otro Huaral
¿Cómo llego?
Si escribimos en el Waze Hacienda Mi Tierra o Vinos Velarde, el gps nos llevará desde Lima a través de la variante del Pasamayo. Una vez en Huaral, recorrerá la avenida Los Naturales hasta desembocar en una zona de viveros y chacras.
Más de un día
En la bodega Waraly se puede acampar. No olvidar repelente de mosquitos (T: 949 908 795, waralyhuaral@gmail.com).
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