Enrique Planas

NOVA / 784 PÁGINAS

Que el libro de cabecera de una generación opuesta a la guerra de Vietnam, aquella que invitaba a hacer el amor y no la guerra, y que coqueteó con psicotrópicos para abrir las puertas de la percepción. Pasados los años, el nuevo impulso a Dune, una de las novelas de ciencia ficción más ambiciosas (y pretenciosas), coincide con las urgentes preocupaciones ambientalistas del presente.

En 1963, Frank Herbert empezó a publicar una novela por entregas en la fundamental revista del género Astounding Science Fiction. Cruzada por problemas religiosos, políticos y económicos, y protagonizada por aristócratas corruptos, guerrilleros fanáticos e inmensos gusanos de arena, la novela especula sobre el destino de la raza humana dentro de miles años, a miles de años luz de la Tierra. Dos años después, el autor reunió en un solo volumen todas aquellas historias y el resultado contó con fervor de lectoría y crítica. Su éxito entre círculos culturales (y contraculturales) contribuyó a convertirlo en una obra de culto. En un primer momento, Herbert planteó su desértica épica futurista como una trilogía formada por Dune (1965), El mesías de Dune (1969) e Hijos de Dune (1976), pero quién sabe si por obsesión personal o presiones editoriales, optó por una cuarta entrega, Dios, emperador de Dune (1981). Poco antes de morir, tuvo energía suficiente para finiquitar dos novelas más: Herejes de Dune (1984) y Casa capitular Dune (1985). Su hijo y heredero legal, Brian Herbert, añadió dos novelas de su propia cosecha: Cazadores de Dune (2006) y Gusanos de arena de Dune (2007), además de dos trilogías a manera de precuela Preludio de Dune (1999-2001) y Leyendas de Dune (2002-2004). Como puede verse, aunque suceda en un desierto, la semilla plantada por Herbert germinó como un enrevesado bosque narrativo. //

EL AUTOR. Frank Herbert (Washington, 1920-1986) fue fotógrafo, camarógrafo y pescador de ostras hasta que comenzó a publicar en los años 50. En 1965 conoció el éxito con su célebre serie Dune, por la que obtuvo los premios Nébula y Hugo.

OTROS LIBROS DE LA SEMANA

Cuentos para niñas sin miedo

Myriam Sayalero /Ricard López

Nube de tinta

Damiselas que se rescatan solas, mujeres que salvan a sus maridos, sabias muchachas que resuelven acertijos imposibles. Ellas han protagonizado cuentos en todo el orbe, librando sus propias batallas frente a ladrones, maldiciones y prejuicios, poniendo de manifiesto que la gallardía, el valor o la astucia no son solo cosas de hombres, y que la comprensión y la ternura tampoco son exclusivas de las mujeres. Estas peripecias son recogidas en un precioso volumen para niños y adultos por la escritora cántabra Myriam Sayalero, con ilustraciones de Ricard López.

Contando cuentos

Angélica Palma

SM

Historias de niñas marisabidillas, la revuelta de una flora y fauna que reclaman sus derechos, el plan de una bruja haragana para fingir ser humana o el milagro de juguetes que adquieren vida propia siete décadas antes de que lo hicieran en Toy Story. La imaginación desborda en este libro para niños de la escritora limeña Angélica Palma (sí, la hija de don Ricardo), publicado en Burgos, España, en 1930. Un encomiable esfuerzo por devolvernos a una escritora fundamental en el Perú del primer centenario de la independencia.

Ligeros libertinajes sabáticos

Mercedes Abad

Tusquets

Una reedición del manojo de relatos con el que la escritora catalana Mercedes Abad ganó en 1986 el octavo premio La Sonrisa Vertical, un galardón de literatura erótica que desapareció en 2004 pero cuyas ediciones vuelven a calentar estanterías. La clave de estos ligeros libertinajes es la sensualidad y la elegancia con las que la autora aborda las historias. Cuando lo publicó, Abad tenía entonces 25 años, y ninguna de sus obras posteriores alcanzó tanta repercusión.

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