De febrero a setiembre del 2020, cuando los peruanos vivíamos en cuarentena y las autoridades del mundo recomendaban practicar la masturbación como la forma más segura de prevenir el contagio del COVID-19, la tienda Foreplay -inaugurada en Lima en 2017- incrementaba sus ventas digitales en un impresionante 1200%. Los peruanos necesitábamos pollo a la brasa, Netflix y juguetes sexuales para ser un poco más felices en el año más retador de nuestra historia reciente, y eso fue precisamente lo que buscamos.
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La pandemia puso una lupa sobre algunos aspectos de nuestras vidas -acaso los más determinantes- que quizá no mirábamos de la manera correcta antes. ¿Me gusta lo que hago en mi trabajo? ¿Quiénes son mis amigos incondicionales? ¿Es amor o costumbre lo que siento por mi pareja? ¿Estoy a gusto estando solo, o estoy huyendo de algo? ¿Qué, o a quiénes, extraño más? ¿Mis metas son reales o son solo checks en la lista? ¿Cómo es la relación que tengo con mi propia sexualidad? Las interrogantes son muchas, pero podrían resumirse en una sola: ¿la vida que llevo me satisface? El sexo -su ausencia o exceso; las frustraciones y prejuicios que pueda haber en torno a este- ha jugado un rol fundamental durante este tiempo. En buena hora.
Afortunadamente, las redes sociales respondieron con nuevas plataformas donde el diálogo se volvió cada vez más activo. Abordar la sexualidad con naturalidad es algo que la sexóloga y terapeuta peruana Raquel Rottmann conoce bien, y la pandemia potenció su llegada a más audiencias. Raquel lleva casi 4 años detrás de Corazón con leche (@corazonconleche), su centro de operaciones instagramero que la ha llevado a escribir un libro, convertirse en una autoridad en el tema y, más recientemente, a lanzar una marca de bienestar sexual en sociedad con la comunicadora Manuela Delpino y su pareja, Mauricio Gotuzzo, quien se encarga de las finanzas del proyecto.
BAE (Before Anyone Else, o “antes que nadie”) es un esfuerzo serio, vanguardista e inclusivo que busca promover el bienestar sexual como un pilar de una vida plena. Podría sonar redundante juntar esas dos palabras, pero ahí está precisamente el punto de partida: la sexualidad no siempre trae ni satisfacción, ni tranquilidad, ni plenitud para todos por igual. La responsabilidad de que así sea depende -como ya deberíamos saber- de uno mismo.
Que comience el juego
Siempre es mejor empezar por la boca. En específico, con el lenguaje: los términos que se deben usar en el universo del bienestar sexual hoy son claros, precisos y -en buena mayoría de casos- ya no usan ni masculinos ni femeninos. ‘Juguete’ es correcto; ‘vibrar’ también. ‘Consolar’ nunca: aquí nadie está llorando. Identificar qué se desea, qué se necesita, y cómo pedirlo es lo siguiente. Esté uno en la cama o navegando por una web con más de 300 alternativas de productos, como es el caso de BAE.
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Raquel Rottmann y Manuela Delpino no se conocían en persona, pero compartían un interés en común: la sexualidad como nicho por explorar. “Cuando me quedé sin trabajo el año pasado a raíz de la pandemia, se presentó la oportunidad de contar con la liquidez para invertir en algo que quise tener toda la vida: un ‘sex shop’”, explica Delpino. El primer paso fue hacer un estudio de mercado con una agencia para conocer más sobre públicos objetivos: los resultados más importantes arrojaron que la mayoría son mujeres, de 20 a 45 años, con un interés grande por conocer y probar más. Son ellas quienes toman la iniciativa y suelen adquirir estos objetos para uso personal, pero también para el uso en pareja. Había que seguir ahondando.
Rottmann llegó al proyecto como asesora de dicha investigación y, en el camino, terminó por convertirse en socia. Había nacido BAE. “Mucha gente piensa que los juguetes sexuales son un reemplazo a algo y por eso aún persiste una actitud negativa, especialmente en los hombres, que los ven como competencia”, señala. “Aquí no se trata de reemplazar nada, sino de ser un complemento”, indica la sexóloga. Precisamente por eso, el catálogo no incluye ningún objeto que sea una reproducción o calco de alguna zona del cuerpo humano (algunas formas fálicas se mantienen, pero la presentación es radicalmente distinta a un pene) y la clasificación de los productos carece de géneros.
Si bien muchas personas llaman a vibradores, dildos y otros utensilios como “juguetes”, en BAE buscan promover el término “herramienta” para referirse a estos y otros aparatos. Manos a la obra, entonces.
“Cuando hablas de bienestar sexual piensas en placer, en jugar, pero nosotros buscamos tener herramientas que nos ayuden a que toda la experiencia y el cuidado de tu vida sexual sea más cómodo. Por ende, se vuelve más placentero”, continúa Raquel. Esto incluye desde jabones o libros, hasta velas y antifaces de seda, por ejemplo, desarrollados con marcas locales especialmente para BAE. “El bienestar sexual -y esto es algo que la gente a veces ignora- no tiene que ver solo con llegar al orgasmo, sino con el cuidado previo y posterior que le damos al cuerpo y a la mente”, enfatiza Rottmann. De ahí que las alternativas de la marca contemplen el abanico de opciones que presenta (y que puede verse aquí)
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Otro tema básico: la sexualidad va más allá del coito. Involucra desde cómo nos miramos a nosotros mismos; cómo se habla con alguien; los gestos, risas o frases que se comparten; a veces ni siquiera tiene que incluir a otra persona. “Es una relación que cada uno tendrá consigo mismo por el resto de su vida”, continúa la sexóloga. ¿Qué pasa cuando no estamos cuidando esa relación como deberíamos?
“Cuando alguien es muy sexual o -en específico- cuando una mujer es muy sexual, no es que no esté bien: no está bien visto”, señala la gerenta Manuela Delpino sobre los prejuicios con los que todavía convivimos. “Si es a puertas cerradas o con la pareja se permite, pero no de cara al mundo”, continúa. Esa visión negativa que persiste sobre el sexo muchas veces también parte de nosotros mismos. Las cosas, de a pocos, están cambiando.
Si algo nos ha dejado la pandemia es la lección invaluable de que nunca es tarde para comenzar. Cuántos hombres y mujeres, de todas las edades y todos los estados civiles, conviven a diario con una sexualidad frustrante, rutinaria. Cuántos placeres quedan sin saborearse por aquella renuencia que tenemos a lo desconocido. Sea en BAE o en cualquiera otra plataforma diseñada para hacer de nuestra vida un camino más satisfactorio: no hay mejor día que el hoy para regalarnos un momento de gozo, solos o en compañía. Las posibilidades -en ambos casos- pueden llegar a ser deliciosas.
Más información:
Instagram: @bae.sexboutique
Web: https://www.bae.pe/
Envíos: Lunes a viernes de 10 a.m. a 7 p.m.
Horario de atención: Lunes a sábado 9 a.m. a 7 p.m.
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