Quiralo o no, la prxima autoridad de Lima tendr a la seguridad ciudadana entre sus prioridades, porque as lo exigen los electores y la ley. Dos sern sus tareas, una como responsable del Cercado y otra como responsable metropolitano.
Su primera funcin no se distingue de la de los 42 alcaldes distritales. Contra lo que se cree, es muchsimo lo que puede hacer: asegurar el orden y patrullar las calles con el serenazgo, disear estrategias de prevencin social, producir informacin delictiva de calidad y articular los esfuerzos de las mltiples instituciones de la seguridad ciudadana.
Su segunda funcin es provincial: articular el esfuerzo de todos los alcaldes, junto con los de la Polica, el Ministerio Pblico y el Poder Judicial, para contar con una poltica para toda la ciudad. Hasta ahora ningn alcalde de Lima ha asumido plenamente esta funcin.
Alberto Andrade cre el serenazgo del Cercado, con el que recuper el orden en el Centro Histrico. Luis Castaeda aprob el 2004 la ordenanza que cre el Serenazgo Metropolitano, un sistema interdistrital de seguridad, aunque solo avanz en comenzar la integracin del serenazgo del Cercado con el de sus vecinos. Susana Villarn asumi personalmente la presidencia del Comit Regional de Seguridad Ciudadana, en el que lamentablemente los alcaldes distritales no estn adecuadamente representados.
Lo que la prxima gestin podra hacer es involucrar a los alcaldes distritales en una poltica provincial, a travs de la Asamblea Metropolitana de Alcaldes, con el objetivo de hacer realidad el Serenazgo Metropolitano, que integre los sistemas de comunicaciones e informticos, cree un registro nico de serenos, uniformice los criterios de formacin y operacin, y facilite la cooperacin entre los serenazgos toda la ciudad.
El dilogo con el gobierno nacional podra ser el segundo punto de agenda de los alcaldes de Lima. Es necesario definir la cooperacin de la polica con los municipios, que si bien es reconocida constitucionalmente, no est regulada por ley. Lo que los alcaldes necesitan es la integracin gratuita de policas a sus unidades vehiculares, una real integracin del patrullaje policial y municipal, y oficinas para la investigacin del delito en cada distrito.
Por ltimo, los alcaldes podran disear una estrategia de prevencin social para los jvenes en riesgo de seguir una carrera criminal. Nadie mejor que el Padre Chiqui para asesorar en ese esfuerzo. Como el de l, existen muchos otros como los programas de Justicia Juvenil Restaurativa del Ministerio Pblico a la espera de una iniciativa que los integre y les d escala metropolitana. El financiamiento podra correr por cuenta del Ministerio de Inclusin y Desarrollo Social.
Esta propuesta para Lima es igualmente vlida para Arequipa, Trujillo, Cusco, Huancayo e Iquitos, o cualquiera de las otras ciudades de tamao medio en el pas, donde la fragmentacin de la respuesta municipal distrital a los problemas de seguridad ciudadana requiere ser articulada desde la alcalda provincial. Hacerlo es posible, solo se requiere las ganas.