Magaly Solier, maestra de futuros líderes en Ayacucho

En esa Huamanga de das azules y noches estrelladas, en esa ciudad de iglesias virreinales y rezos quechuas, a casi 2.800 metros de altura, Magaly Solier canta. Rodeada de un puado de nios de entre 3 y 16 aos, abrazando su vieja guitarra, su voz se convierte en un himno de esperanza. No hay luces artificiales esta vez en su escenario. Tampoco largos telones de terciopelo rojo. Solo su inquebrantable deseo de generar cambios, aunque sea pequeitos, y hacer algo por mejorar ese mundo en el que crecern sus hijos.

Hace un par de meses, Magaly Solier se mud a Ayacucho. Nunca pudo acostumbrarse a Lima, la capital. Nunca pudo llevarse bien con sus calles violentas y salvajes. Tampoco con sus largas distancias y su trfico imposible. Nunca lleg a sentirse en casa, as que volvi a Ayacucho. No a Huanta, donde naci y a donde llega siempre para cultivar su huerto de paltas, pero s a Huamanga, a un barrio llamado Las Nazarenas, tomando el camino que sube a las montaas.

Hace un par de meses, tambin, decidi dictar un taller de teatro para nios en su casa. Pero eso de la actuacin sera un pretexto. Magaly Solier no solo quera compartir con ellos lo que haba aprendido en ms de diez aos de carrera artstica, que incluyen el protagnico en la primera pelcula peruana nominada a un scar (La teta asustada). En realidad, quera y quiere formar futuros lderes, mejores seres humanos, hombres y mujeres que puedan, a su vez, propiciar nuevos cambios para los que vengan luego de ellos.

Son casi las tres y media de la tarde y, como cada viernes y sbado, al menos una docena de nios llega a casa de Magaly desde distintas partes de la ciudad. Carla, Nayeli y Tomy son los primeros en aparecer por el portn negro de metal.

Hoy voy a llevarles a conocer sus lmites fsicos. Vamos a ir al estadio y van a correr y a hacer ejercicios hasta que no puedan ms. Con esas sensaciones fsicas vamos a trabajar emociones, nos cuenta la actriz, hoy con 30 aos, ms de 20 pelculas filmadas y dos discos grabados, pero duea de la misma sencillez de siempre y esos grandes hoyuelos que nos regala al sonrer.

Magaly se pone un sombrero blanco y se coloca en la espalda a Jamir, su pequeo hijo de un ao, con un hermoso awayo (prenda rectangular usada en las zonas andinas como mochila, abrigo o adorno) de colores brillantes.

En Huamanga, a nadie le llama la atencin ver a la Solier caminando por las calles seguida de una fila de pequeos. Ya antes han visto a la actriz barriendoparques y canchitas de ftbol de la ciudad junto a ellos. Es una forma de educarlos en el cuidado del medio ambiente. De paso, as enseamos a los grandes que no deben botar en la calle sus cochinadas, precisa.

Hace algunos meses, Magaly Solier se enter de que la oficina de la Unesco (Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura) en el Per analizaba su incorporacin al programa Artistas para la Paz de esa institucin. Tanto en su faceta de actriz como en la de cantante, Solier realiza un trabajo permanente por transmitir la cultura peruana, sus lenguas nativas y sus costumbres.

Lea la nota completa este sbado, en la revista Somos de El Comercio.