Cinco películas que a lo largo de 14 años marcaron a millones de espectadores en todo el planeta. “Rocky”, la saga sobre el boxeador Rocky Balboa, cautivó no solo por su realismo, sino fundamentalmente porque –como ha descrito su creador y protagonista, Sylvester Stallone— agrupaba “películas de acción con corazón”.
A propósito del estreno en Amazon Prime Video de “Samaritan” (“Némesis”), la nueva película del famoso actor estadounidense, elaboramos un top 5, en el que enumeramos de la peor a la mejor cinta de la saga. No hemos incluido aquí Rocky Balboa ni “Creed” y su respectiva secuela del año 2018, por considerarlas alejadas del universo esencial de “Rocky”.
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Luego de derrotar como visitante a Iván Drago (Dolph Lundgren) en Rusia, Rocky Balboa retorna a su país con la sensación de haber vengado la muerte de su gran amigo Apollo Creed (Carl Weathers). Pero nada más bajando del avión se encuentra al antipático promotor de eventos deportivos George Washington Duke (Richard Gant), quien le ofrece pelear con el vigente campeón mundial, un espigado muchacho sin espíritu llamado Union Cane (Michael Williams III).
Aunque el dinero le vendría bastante bien (el insoportable Paulie/Burt Young hizo polvo los millones ganados a puño limpio), hay un detalle que le impide subirse al cuadrilátero: tras innumerables peleas, Rocky sufre daños cerebrales. Así pues, resignado a no colocarse nuevamente los guantes, encontrará en Tommy Gun (Tommy Morrison), su primer pupilo boxístico, una forma de mantenerse conectado al deporte que tanto ama. Hasta que Duke y el dinero se interponen.
Si bien el tridente Rocky, Adrian (Talia Shire) y Paulie mantiene su nivel con respecto a las cuatro cintas anteriores de la saga, la gran mayoría de personajes secundarios no dan la talla. Desde Duke, una especie de caricatura bufonesca de los promotores boxísticos, hasta el propio Tommy Gun, quien todo lo que tiene en músculos lo adolece en carisma y capacidad artística. Ni qué decir de Union Cane (se disuelve desde la primera frase). La historia pudo levantar por el vínculo entre Rocky y su hijo Robert (Sage Stallone), pero termina siendo relegada por ver a Gun noquear a innumerables rivales.
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Tras lo que muchos consideraron una victoria ante Apollo Creed, Rocky debe recuperarse de los múltiples golpes recibidos en el cuadrilátero. Su oportunidad de mostrarse ante el mundo llegó, pero los moretones lo recluyen largo tiempo en un hospital. Al salir, la fama lo persigue mientras intenta consolidar su relación con Adrian. En medio de un zoológico invadido por la nieve, ambos se comprometen sin imaginar todo lo que el destino les tiene por delante.
Molesto porque la prensa lo califica de “perdedor”, es Apollo Creed quien fuerza una revancha. En su propósito, decide irritar al máximo a Rocky, quien a regañadientes y de la mano del querido Mickey (Burgess Meredith) acepta un nuevo combate.
¿Era necesaria una nueva pelea entre ambos? Tal vez cautivados por el éxito de la primera entrega, “Rocky 2″ no destaca por la fortaleza de su argumento (Rocky siendo menospreciado por un director de comerciales resulta carente de sentido), aunque sí nos permite ver cómo, por lograr la estabilidad de su hogar, el protagonista de esta saga es capaz casi de todo (verlo envolver piezas de ganado es quizás la muestra más cercana a esto). Al final, el resultado es previsible.
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El triunfo ante el temible James “Clubber” Lang (Mr. T) reconcilió a Rocky con su amor por el boxeo. Cuando decide dedicarse a su familia, un ‘monstruo’ de origen ruso, Iván Drago, viaja miles de kilómetros para retarlo (de la mano de un traductor) a una pelea de exhibición. No es el protagonista de la saga quien acepta, sino un habitualmente ‘boca floja’ Apollo Creed.
En lo que debería ser su gran regreso al cuadrilátero, Creed termina no solo derrotado, sino asesinado a puño limpio por la mole rusa. En la esquina de semejante masacre se encuentra Rocky atestiguando todo en primer plano. Lo chocante de la escena se queda impregnado en la memoria del personaje creado por Sylvester Stallone. Para que Drago y Rocky se enfrente, sin embargo, deberá pasar algo de tiempo.
Ver a la familia de Balboa pasando momentos amenos puede resultar grato unos minutos, pero cuando se trata de ver cómo congenian Paulie con un robot que le trae cerveza, la película se torna una mala sitcom. Tal vez lo mejor aquí es el vínculo que campeón y ex campeón (Rocky y Apollo) construyen viendo las peleas de Iván en televisión. Aunque nunca tan fuerte como para que el afroamericano abra los oídos y escuche la advertencia de su amigo: no pelees con el ruso.
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A partir de aquí la controversia está abierta: ¿Es “Rocky” la mejor película de la saga? Por su trascendencia, muchos aseguran que sí. La cinta no solo presenta en líneas generales el universo de lo que serán las cuatro películas futuras (un boxeador talentoso, pero introvertido, capaz de enamorarse de una noble mujer que en los momentos de flaqueza saca fuerzas de lo más profundo para levantarle el ánimo, un cuñado borracho y de lengua larga, un entrenador al borde de la sordera, pero capaz de sacar lo mejor de ti), pero también un ambiente entre gimnasios, sudor y muchas bolsas de boxeo.
El efecto cautivante de la película estrenada en 1976 motivó múltiples nominaciones, Premios, pero sobre todo el reconocimiento de millones de espectadores que muy probablemente se vieron reflejados en este boxeador de puños de acero que jamás usó su fuerza para el mal. Tal como lo dijimos al comienzo y citando al propio Sylvester Stallone, estamos innegablemente ante “una película de acción con corazón”.
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¿Qué puede llevar a un campeón a hundirse en lo más profundo del vacío? “Rocky 3″ es la mejor película de la saga porque refleja el resurgimiento de Rocky cuando ni él creía en sí mismo. Al descubrir que Mickey le ‘escogía’ los rivales y, además, le ocultaba el poderío de un rival amateur (que luego iría creciendo a pasos agigantados) como Clubber Lange, el protagonista de la saga acepta furioso el reto que este último le lanza y –confiado—se calza los guantes. Minutos antes del duelo, en una trifulca entre bastidores, el personaje interpretado por Mr. T empuja a Mickey, quien pasa sus últimos minutos de vida siendo cobijado por Adrian.
Con su portentoso físico en el cuadrilátero, pero con la mente en los camerinos donde se encuentra Mickey agonizante, Rocky termina siendo derrotado y pierde el título ante un presumido rival que, sorprendentemente luego le dará una revancha de forma accesible. La cinta en mención permite recordar el vínculo entre entrenador y aprendiz. Aunque valgan verdades, desde que se enteró que sería rival del entonces inobjetable campeón Apollo Creed, Rocky vio a Mickey como el padre que siempre le faltó.
Incapaz de sacarse de la cabeza la pérdida de Mickey, Rocky se embarca en una revancha para la cual no tiene todos los sentidos alerta. Así pues, su amigo Apollo Creed asume el reto de entrenarlo, pero sobre todo de motivarlo para un combate sin igual. “Rocky 3″ acierta porque cuando Creed tira la toalla y decide abandonar su faceta, es Adrian quien –una vez más—hace reaccionar a su esposo y con un discurso digno de una campeona (”¡Arráncate el miedo! Porque cuando el humo se disipe y todo el mundo olvide tu nombre quedaremos nosotros. ¡No puedes vivir así! ¡No podemos vivir así! El miedo estará el resto de tu vida y mira lo que te está haciendo ahora”), lo devuelve a la vida.
Piques en la playa, música motivacional y un triunfo asegurado para volver a vivir la pasión del box.
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