Si está listo para ver una de las historias más extravagantes jamás contadas en TV, “Gunther, el perro millonario” (Netflix) es para usted. Esta docuserie creada por Emilie Dumay y Aurelien Leturgie cuenta en cuatro capítulos la historia de Gunther, un pastor alemán al que se le atribuye una fortuna de más de 400 millones de dólares.
Pero, aunque su título lo mencione desde el inicio, la realidad es que este can (el sexto en una dinastía) es solo una excusa para un producto audiovisual que hilvana una interminable cadena de afirmaciones, medias verdades, mentiras, retractaciones y varios personajes con ganas de figurar.
Antes de repasar en detalle esta docuserie, sin embargo, tal vez sería correcto buscar algún tipo de familiaridad con otras propuestas de la misma cadena de streaming. Y si se trata de buscar historias que combinen animales y humanos con personalidades tóxicas, la primera que surge es “Rey Tigre”, una serie de dos temporadas que desmenuzaba el enfrentamiento entre representantes de la industria de los zoológicos en Estados Unidos.
MIRA: “Perro perdido” en Netflix: cuando ni un hermoso labrador salva una película aburrida | RESEÑA
Como cabeza de la propuesta estaba Joe Exotic, un raro personaje que decía amar a los felinos, pero cuyo manejo de los mismos fue cuestionado desde distintas plataformas. Del otro lado teníamos en pantalla a una serie ‘rivales’ que intentaban traerse abajo sus centros de diversión (aunque más parecían de abuso animal) de la forma que sea.
En esa línea, además de ver la extravagancia del ya citado Exotic (preso por intento de asesinato que en algún momento aspiró a que Donald Trump lo indulte), “Rey Tigre” ofrecía también a personajes como Carole Baskin, una defensora de los animales que no se cansó de denunciar los supuestos abusos cometidos por Joe. Esto, por supuesto, con unos métodos tan polémicos que causaron la furia del ‘empresario’. Por eso, según la sentencia judicial, la mandó a matar.
Claro que los tigres (y algunos otros animales) eran solo una excusa para presentarnos el universo de exóticos seres humanos capaces de todo por cumplir sus fines y/o sueños. En pantalla veíamos tigres escuálidos, celdas en mal estado y, lamentablemente, público capaz de acercarse a estos ‘zoológicos’. La facilidad con la que la legislación americana permite invertir en industrias de este tipo resulta escalofriante para países como Perú, en donde felinos así no abundan.
Volviendo a “Gunther, el perro millonario”, durante cuatro episodios (ninguno que alcance la hora de duración, felizmente) lo que persiste es la sensación de rareza ante lo expuesto. Si empezamos con la historia del origen de Gunther (supuestamente de propiedad de la condesa alemana Carlotta Liebenstein, quien le dejó una millonaria herencia en agradecimiento por haber sido el compañero de su hijo, quien se suicidó por depresión), terminamos enterándonos de que esta mujer no existió y su hijo era un ‘álter ego’ de Maurizio Mian, el verdadero protagonista de la docuserie.
Lo más chocante aquí no es un giro 180 grados en la historia, sino que este ocurre cuando nos acercamos casi al cuarto capítulo. Si el argumento (falso) de Mian (sobre el origen de Gunther y su fortuna) se repitió cada cinco o siete minutos, ¿acaso fuimos engañados? “Ya ha pasado mucho tiempo y es hora de decirles la verdad”, menciona Maurizio en pantalla, en un reconocimiento que desconocemos si tiene como base un golpe de honestidad o una muestra más de cinismo.
Mian, un desaliñado personaje que fue agraciado con la designación de jefe del fideicomiso que manejaría la fortuna heredada por Gunther, llevaría al pastor alemán como un fiel acompañante de sus más estrambóticos sueños. Entonces, los viajes y el dinero gastado podrían ser lo menos importante si revisamos a fondo cada una de las particulares ‘solicitudes’ de un documento (de reglas sobre el fideicomiso) cuya lógica es –naturalmente-- cuestionable.
De los mencionados viajes habría que ir aterrizando un poco las ‘ocurrencias’ a las que estaremos sometidos por casi tres horas (que es lo que dura la docuserie). Un perro que ‘compra’ la casa de Madonna en Miami y es portada en los noticieros locales. Un experimento ‘científico’ que busca determinar qué es la felicidad para un grupo de hermosos y bellas modelos recluidos en la ex casa de la ‘Reina del pop’. Un grupo de rock inspirado en el pastor alemán que lanzó un disco de una canción y fracasó. La compra de un equipo de fútbol cuyo presidente fue Gunther y una actriz porno famosa décadas atrás, etc.
Entonces, mucha comida, inmensas piscinas, coreógrafos contratados para lograr ¿nada?, directores de casting que sospechan sobre lo que hay detrás de sus tareas, muchas fotografías en bikini, videos tomando sol, gente intentando siempre quedar bien con el pastor alemán que –como en casi toda la docuserie—no pinta absolutamente nada. Más allá de su titularidad en la millonaria corporación a su nombre, claro está.
Como dijimos líneas arriba, conforme surgen afirmaciones, la serie está plagada de retractaciones. Si la duquesa no existió y su hijo fue un invento de Maurizio Mian –en el que cayó redondito un inimaginable número de personas-- ¿acaso existió ese perro en específico? A estas alturas, dudar responde a un mínimo sentido común.
De otro lado, no se puede terminar este comentario sin referirnos al formato del documental. Hablan casi todos los hombres y las mujeres que rodearon a Gunther por años. Los bailarines (que no bailaban), los que se sometieron al experimento (visto por la prensa en algún momento como un culto oscuro y sexual). También Maurizio, su primera mujer (quien además estuvo en estos experimentos del placer en la casa que compartió el pastor alemán). Luego vendría la madre de Maurizio (en videos de archivo aparece fustigándolo por ‘raro’). Modelos que se llaman a sí mismos “Dios”. Y, finalmente, como cereza que adorna el pastel: la verdadera dueña de Gunther.
En medio de este desfile de tanto personaje raro, en lo técnico el documental no escatima recursos. Notable trabajo de investigación (aunque queda claro que la presentación de lo hallado es arriesgada y, lamentablemente, confusa). Importantes desplazamientos a los lugares donde ocurrió toda esta historia durante años. También hay un intento por desnudar (en caso a alguien no le haya sido suficiente con lo visto ante cámaras) aún más a Maurizio Mian y los integrantes de su ‘culto’, presentando una serie de tomas detrás de cámaras, en la que varios se arrepienten de lo dicho, intentan edulcorar sus palabras o piden que la grabación se corte.
En líneas generales, la docuserie de Emilie Dumay y Aurelien Leturgie es un poco convencional trabajo de investigación que cumple al presentar mucha información en torno a Gunther, un perro que aparece como heredero de una fortuna administrada por un fideicomiso encabezado por un tipo de gustos e intereses excéntricos. En su atribulada mente, Maurizio Mian (quien reconoce, entre otras tantas cosas, haber evadido impuestos ‘bajo un mecanismo legal’ en Liechtenstein, y que además confía en que inventar la historia de la duquesa y su falso hijo pudo haberle ayudado a ser un mejor humano) arrastró a un sin número de personajes que –compartiendo, seguramente la mayoría, su afán por los privilegios y la notoriedad pública, fueron capaces de (casi) todo, arrinconando al pastor alemán (supuesto protagonista del producto audiovisual) a un simple adorno en cientos de fotografías, videos y hasta canciones.
GUNTHER, EL PERRO MILLONARIO/ NETFLIX
Director: Aurelieun Leturgie
Elenco: Maurizio Mian, Lee Dahlberg
Sinopsis: Lo más raro de la historia no es el perro heredero de una fortuna: su excéntrico cuidador también disfruta de una vida de lujos, ¡pero con un séquito similar al de un culto!
TE PUEDE INTERESAR
- “El novato” en Netflix: ¿En qué falla la serie con Noah Centineo?
- “El paciente” en Star+: una escalofriante miniserie sobre familias rotas y salud mental | RESEÑA
- “Vigilante”: ¿por qué la serie de los creadores de “Dahmer” también la rompe en vistas?
- “Sean eternos: Campeones de América” en Netflix: hagiografía de Messi, virales y un final conmovedor | RESEÑA
Contenido Sugerido
Contenido GEC