“Élite 5″: vimos los primeros episodios de la serie española y esta es nuestra crítica

La quinta temporada de “Elite” llega a Netflix este 8 de abril y la sensación que nos dejan los tres primeros episodios, a los cuales tuvimos acceso antes de su estreno oficial, es casi la misma que nos dejó la cuarta entrega de la serie española en junio pasado: Es decir, un ‘deja vu’ que no cesa.

Aquella vez describíamos así los primeros minutos: “El primer episodio comienza con un ‘flashforward’. Guzmán, en primer plano, es interrogado por la policía después de encontrar a Ari aparentemente ahogada en una piscina después de un día de fiesta. ¿Qué pasó aquí? ¿Está muerta? ¿Alguien la empujó?. Esta escena nos recuerda mucho al inicio de la primera temporada, en la cual Samuel era interrogado por la policía tras ser sospechoso del asesinato de Marina (María Pedraza). Aquella vez, la muerte de este personaje nos servía de hilo conductor para conocer Las Encinas y a los alumnos que habitaban en ella. Así, fuimos descubriendo las fortalezas y debilidades de cada uno de los personajes y la razón que los habría motivado a matar a Marina”.

Fácilmente esta podría ser la introducción de la crítica de la temporada 5 de Élite, reduciendo a las secuelas a meras copias de sus antecesoras. De esta manera, la quinta entrega sería un calco de la cuarta y esta de la primera.

Diríamos que es sorprendente ver que Élite vuelve a caer en los mismos recursos que tanto éxito le dio en su primera temporada, allá en 2018. Pero ya la cuarta demostró que la serie venía desgastada. Sin embargo, siempre es bueno dar segundas oportunidades y esperar qué vuelta de tuerca podría traernos esta quinta entrega. En cambio, eso no pasa, al menos en los tres primeros episodios.

¿Pero qué nos muestra la quinta temporada para iniciar este artículo con semejante desilusión? Vayamos a ello.

“Élite 5″ comienza con la acusación pública que hace la víctima de violación de Phillipe en una discoteca en la que precisamente el alumno príncipe está tratando de demostrarle a Cayetana que es una buena persona. Medio alumnado de Las Encinas ve el espectáculo, incluido Samuel y Rebeka. Una escena después, el personaje interpretado por Itzan Escamilla aparece en una sala de interrogatorio.

“¿Estás seguro de tu declaración?” le pregunta el Policía a cargo del caso del que todavía no se sabe si es el de Armando (Andrés Velencoso) o uno nuevo. Segundos después vemos un cuerpo, el que parece ser un alumno. Yace ahogado boca abajo en una piscina.

Lo que viene después será la presentación de los nuevos rostros de esta quinta temporada, vistos desde la opulencia que los rodea. Así, tenemos a Sofía, interpretada por la argentina Valentina Zenere bajando de un helicóptero seguida de un séquito de guardaespaldas, hasta dirigirse a un lujoso hotel de Madrid, el mismo que al parecer será su casa en esta historia. Por lo visto hasta ahora, ella es una gran fan de Phillipe.

Luego llega el turno de Iván, el otro alumno nuevo al que da vida el brasileño André Lamoglia. Él es hijo de un exitoso futbolista al que le gusta demasiado las noches de fiesta, el alcohol, las mujeres y es quizás para su hijo, todo menos el padre que este necesita.

Terminada la novedad, pasemos a lo conocido. Y esto significa recoger los pedazos que nos dejó la trama de la cuarta temporada. Al margen de los romances de pareja, recordemos que Armando, el muerto de turno, pasó a mejor vida después de una pelea con Guzmán. Del final de este inescrupuloso sujeto fueron autores: Rebeka, Guzmán y Samuel. Y es de su desaparición de la que ya después se sabe está investigando la Policía en el principio de esta nueva temporada.

Esta usada trama policial en la que volvemos a tener a Samuel echándose la culpa, irá combinada, básicamente, con la “trama eliteniana parte 5″: nuevas amistades (Patrick-Iván) romances que parecen llegar a su fin (Rebe-Mencía) la ley del hielo a Phillipe por parte de algunos alumnos.

Hay que admitir que el personaje de Iván tiene bastante ángel pero eso no alcanza para cubrir una historia en la que el resto de personajes, los más antiguos y los “nuevos de la cuarta” pareciera que ya no tienen qué más giros dar a su trama.

Samuel resulta bastante aburrido a estas alturas de la historia. Sigue apuntando a su futuro de la mano del director y su vida se divide entre tratar de llevar a buen puerto su romance con Ari, hacerle de soplón al padre y finalmente echarse la culpa de todos los crímenes de la serie.

Rebeka nos sigue pareciendo un personaje que con su carisma salva cualquier escena pero más allá de eso, el personaje parece estancado en su relación con Mencía. Los tres primeros episodios nos muestra un ida y vuelta de la pareja que no se entiende el porqué no puede crecer.

Eso de que Mencía no quiera decirle a su padre que está con Rebe, después de todo lo que él conoce de ellos y los apoyado a su manera, es difícil de entender.

Cayetana, por su parte, está ¿ayudando a su acosador a sentirse mejor consigo mismo? y Omar, sigue enganchado con el recuerdo de Ander a través de mensajes que este ya no responde.

Todo estas historias no logran tener el peso suficiente para hacer de la quinta una buena temporada. Sí, de fondo hay un tema, estos niños de Élite están muy solos pero eso ya lo sabíamos desde la primera temporada. Y también sabíamos que se sienten prisioneros en una vida en la que el dinero es lo que más sobra.

Podríamos optar nuevamente por las segundas oportunidades y esperar a que el resto de episodios mejoren el panorama de la serie pero, sinceramente, no creemos que eso suceda. Si ya lo ha dicho su creador Carlos Montero a un medio español:

“Digamos que el crimen nos da ya un género y te sitúa en un sitio muy chulo. Aquí suspendemos la realidad que conocemos y estás en ese universo”. A eso, por supuesto, súmale los “cuerpos de ensueño” que tanto defiende el cerebro detrás de la serie de Netflix.

¿Qué esperar entonces de la sexta temporada del universo Élite?

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