En 2020, Ana de la Reguera sorprendía al público latinoamericano con el estreno de la primera temporada de “Ana”, una comedia en la que la intérprete mexicana no solo era la protagonista sino la productora y la guionista. El debut se hizo vía Prime Video con la consigna de volver con una segunda y tercera entrega. ¿La trama? la inseguridades personales y profesionales de una actriz que a sus cuarenta años no está satisfecha con nada en su vida y en este momento de crisis intenta demostrar que puede ser alguien más que el personaje de una telenovela que le dio éxito hace veinte años.
Este triunfo de antaño llamado en la serie “El retorno de Marisela”, existió en la vida real aunque no fue un boom televisivo. Para quienes no lo sepan, la telenovela en mención se llamó “Luciana y Nicolás”, una producción peruana protagonizada por Christian Meier y Ana de la Reguera y estrenada en 2005.
Ya para esta nueva temporada de “Ana”, disponible en Prime Video desde el 22 de julio, tenemos nuevamente juntos al actor peruano y a la mexicana reencontrándose no solo en la vida real sino en medio de los foros en los que trabaja el personaje de Ana.
Esta trama promete sacar más risas que la anterior temporada, pues esta nueva entrega es una etapa en la que la ironía y reírse de sí mismo es lo que hará que valga la pena atravesar ese momento de crisis adulta en el que muchos podemos caer para luego ver con claridad y dar con precisión el siguiente paso.
De esta próximo estreno, de su amistad con Christian Meier, del papel de Stefano, el hijo del actor peruano y de lo que le viene dejando la serie a Ana de la Reguera en lo profesional y personal, conversamos con la actriz, vía Zoom.
—Vi los tres primeros capítulos de la segunda temporada de “Ana” y encuentro mayores situaciones cómicas y buen ritmo. Pero quién mejor que tú para que nos cuente sobre esta nueva entrega.
Yo creo que para el Perú esta es una temporada muy especial por el reencuentro de “Luciana y Nicolás”, la telenovela que hicimos Christian Meier y yo hace más de 20 años. Esta historia se retoma en la segunda temporada que, como dices tú, es más divertida: es más una comedia de enredos y se muestra mucho lo que pasa detrás de cámaras en la vida de una actriz. Cuando estrenamos la primera temporada siempre me decían: ‘Ay, vamos a ver cómo es tu vida de actriz realmente’. Pero no, era una cuestión más bien personal: destacar la relación con mi madre, todas las experiencias sexuales de “Chick, Chock y Check”, o sea, como esta onda donde se está descubriendo quién es ella misma.
Y en esta segunda temporada es un poco mostrar qué pasa con el deseo cumplido. Ana quería un papel que le cambie la vida, que le haga encontrar una satisfacción y una realización artística, pero pasa todo lo contrario. La temporada está muy divertida, yo creo que aprendimos mucho de la primera, aunque nos fue muy bien, creo que lo que queríamos era mejorar la temporada y, pues, trajimos a Christian (Meier), sobre todo porque usamos también ciertas escenas de “Luciana y Nicolás” en la primera y yo escribí toda la temporada pensando en él. Desde el inicio me dijo que sí y hace un papel increíble. El tercer episodio realmente es el de Christian.
—Estos cambios o etapas que atraviesa tu personaje en cada temporada, incluida la tercera que ya está grabada, ¿las pensaste así desde el principio o se fueron escribiendo en el camino, ya que la historia va un poco en paralelo con tu vida?
Sí y no. Realmente sí han pasado ciertas cosas muy graciosas, que de pronto han sido paralelismos con mi vida, que yo no sabía que iban a pasar. Ha sido muy raro, pero “Ana” siempre se vendió en tres temporadas y sabía qué iba a pasar en la segunda y qué iba a pasar en la tercera. Si bien no había un guión escrito de las dos últimas entregas, estaban las premisas. Sí se sabía que en la segunda Ana iba a estar en un show que no le gustaba y que iba a ser una pesadilla para la producción y que en la tercera sería más introspectiva porque ya empieza a entender quién es y qué es lo que quiere hacer con su vida. Todo el desarrollo se fue dando este en los últimos dos años ya bien pensado en el cuarto de escritores.
—Retrocedamos un poco en el tiempo, ¿cómo surgió la idea de plasmar parte de tu vida en una serie y cómo fue revelarte en muchas de esas situaciones. ¿Fue una especie de terapia?
Definitivamente sí, ha sido una catarsis, una terapia, porque es el proyecto con el que más he aprendido de mí y del medio en el que estoy. Porque el hecho de estar ahora detrás de cámaras siento que me hace mucho más empática con todas las personas. Obviamente, sí es un proceso muy complicado porque tengo muchos sombreros, de pronto soy la actriz, la escritora o la productora y es complicado también para mis compañeros actores porque de pronto soy su jefa y les digo: no te puedes poner esto o haz esto y entonces empiezo a dar órdenes. Nunca tuvo un problema al respecto, pero creo que era raro para ellos y también para mí. Y en cuanto a la serie, esta nació a partir de una necesidad creativa. Fue un cúmulo de cosas que me sucedieron en un año donde no estaba en el momento que quería estar creativamente. Había tenido como un rompimiento con mi mamá, estaba por cumplir 36 años y venían los 40 y pensaba:. ‘Ah, okay, ya estoy como en el medio, ya no soy la jovencita, qué es lo que quiero de mi vida y y tenía ganas también de contar mi propia historia. Tenía ganas de empatizar, me sentía un poco perdida que es también lo que le pasaba un poco al personaje.
—¿Cómo fue ese reencuentro con Christian y con Stefano, su hijo, que es parte de la segunda y tercera temporada?
¡Sí! El papel de Stefano se desarrolla más en la tercera temporada. En la segunda lo vemos muy por detrás, porque realmente es como un papel que sorprende en la última entrega y fue muy bonito trabajar con los dos, porque llevamos siendo amigos por 20 años teniéndonos muchísimo respeto. La gente lo amó, todo el equipo. Yo creo que él estaba muy contento con el personaje. Y creo que lo disfrutó mucho y se nota y fue padrísimo. Además, él estaba atreviéndose y realmente iba por todo. Hacíamos tomas y luego yo le pedía hacer otras cosas, le pedíamos cosas loquísimas y él estaba allí, con todo.
—¿Y cómo encaja Stefano en la historia?
Era muy difícil encontrar al personaje de Stefano y de pronto no sé por qué me acuerdo de él. Lo conocí hace muchos años y pensé que él podría quedar para ese papel. Mandó su audición y lo hizo increíble porque necesitaba a alguien que sepa tocar instrumentos y Stefano toca todos los instrumentos y también tenía que ser un latinoamericano o tener un acento como extranjero y que fuera bilingüe. Él cumplía con muchos de los requisitos.
—Ya para cerrar, ahora que la serie está grabada en su totalidad, ¿qué te deja en lo profesional y en lo personal?
Me deja la más grande enseñanza de mi vida. Para mí una escuela, una universidad y la oportunidad de ser ‘showrunner’. Originalmente yo no iba a cumplir este papel, iba a ser la productora ejecutiva, la creadora y la actriz, pero el hecho de haber podido ‘showrunnear’ (sic) por azares de la vida, fue también una gran gran experiencia. Tienes que saber de todo, de producción, de guión, de actuación y de presupuestos; de absolutamente todo. Yo creo que rara vez se da una oportunidad así en la vida y la tomé y realmente todos los días trato de atesorarlo y de aprender de todos los departamentos porque espero seguir haciendo esto en otras producciones.