“Falcon y el Soldado del Invierno” (“The Falcon and the Winter Soldier”) llegó a su fin en un episodio donde se unen las tramas que, si bien en un inicio parecían dispersas; terminaron por revelarse como un complejo tapiz que habla al mundo de hoy; donde no hay bondad y maldad absoluta, pero sí una escala de grises. En la misma línea que el episodio anterior, la serie dejó las sutilezas a un lado.
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A continuación, SPOILERS del episodio 6, “Un mundo, un pueblo”:
La pelea
Como en toda historia del Universo Cinematográfico de Marvel, el arco final empieza con una pelea. Es Sam Wilson (Anthony Mackie) en el edificio del Global Repatriation Council (GRP), organización que busca cerrar nuevamente las fronteras y devolver a sus países a quienes migraron en el contexto del ‘snap’. Karli Morgenthau (Erin Kellyman), líder de los Flag Smashers, secuestró a los líderes para utilizarlos como moneda de cambio en negociaciones, o matarlos en el peor de los casos.
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Protegido por el traje del Capitán América, regalo de Wakanda, Sam entra en acción. El traje destaca en todo momento, esos colores blancos están para decir “mírenme, estoy aquí”. Todo lo contrario al traje que vistió John Walker (Wyatt Russell), sobrio; incluso siniestro de acuerdo a una interpretación (más sobre Walker, al final del texto).
El conflicto no dura mucho en el edificio, pues requiere que tanto Bucky como Sam busquen a los rehenes. El rescate es exitoso, incluso John Walker mete su cuchara; no como enemigo, sino como aliado inesperado. Es este personaje quien pasa por uno de los mayores momentos de desarrollo cuando, ante el dilema de capturar a Karli y salvar un furgón de rehenes, elige lo último. Claro, fracasa, pero gana suficiente tiempo para que Sam Wilson sí los rescate.
La violencia termina recién con la muerte de Karli Morgenthau, eliminada a manos de Sharon Carter (Emily VanCamp), quien se reveló ante ella minutos antes como la Power Broker, el poder de las sombras de Madripoor. Sus objetivos no son todavía claros, tenemos solo indicios que bien podrían ser explorados en una segunda temporada (no anunciada) o alguna película. Hasta aquí hubo sorpresas y acción, pero el corazón del capítulo es un conflicto de distinta naturaleza.
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La defensa
Sam sale a las calles con el cuerpo de Karli, tras lo cual sostiene una conversación incómoda con los recién rescatados rehenes del GRC. Ellos insisten en desarrollar su plan, a pesar de que tal decisión perjudicará a mucha gente para beneficiar a otras; referencia a lo que Sam dijo a inicios de la serie: “Cada vez que algo sale bien para un grupo, se pone peor para otro”. Sam no tiene intenciones de volver al punto de inicio sin pedir un cambio.
Es esta conversación la que sostiene el episodio, en contraposición al modelo clásico de Marvel Studios, que es a su vez narrativa clásica de Hollywood; donde la acción prima antes que las palabras. Sam, rodeado de los poderosos, les dice en su cara eso que el ciudadano común no puede por la distancia que los separa: que sean más empáticos con las personas en situación de vulnerabilidad.
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El mundo real no pasó por el ‘snap’ de Thanos ni por el ‘blip’; el rescate de esos que se fueron. En cambio, vivimos de manera permanente crisis de personas desplazadas por conflictos en sus propios países, sea en Siria, o acá cerca, en Venezuela. Y a eso hay que sumarle la pandemia del Covid-19, la inestabilidad política; las autoridades que piensan en ellas mismas y no en las personas que deben representar. Sam sermonea a aquellos que toman decisiones, quienes de inmediato se escudan. “No sabes de lo que hablas”, le dicen en tonito condescendiente. Pero Sam sí sabe qué significa ser excluido, y nosotros sabemos que sabe (recordemos lo ocurrido en el banco), y él lo dice con todas sus letras:
“Soy un hombre negro cargando las barras y estrellas, ¿Qué cosa no entiendo? Cada vez que tomo esta cosa (el escudo), sé que millones de personas me van a odiar por eso. Incluso ahora, aquí, lo siento, las miradas; el juicio. Y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo. Y aún así estoy aquí. Sin súper suero, ni cabello rubio y ojos azules. El único poder que tengo es que creo que podemos hacerlo mejor. No podemos pedirle a la gente que sean mejores si no llegamos a un acuerdo. Ustedes controlas los bancos. ¡Mierda, pueden mover fronteras! Derribar un busque con un e-mail, alimentar a un millón de personas con una llamada telefónica. Pero la pregunta es quién está en la sala cuando toman esas decisiones. ¿Es la gente a la que van a ayudar o son solo más personas como ustedes?”
Si Sam Wilson fuese peruano y hubiese dicho esas palabras en televisión nacional, a nuestros políticos, hace rato estarían llamándolo caviar, comunista, terruco; enemigo del modelo económico y más. Pero Sam no es ingenuo, sabe que la cosa es difícil, después de todo Karli cometió actos terroristas. Pero también sabe que Karli fue un síntoma, no la enfermedad. El reconocer que hay algo de razón en la posición del enemigo no te hace el enemigo. Como dice el amigo Marco Sifuentes de “La encerrona”, no seamos básicos.
El impacto de lo dicho por Sam no se muestra en la serie. Tal vez no se vea en el Universo Marvel a corto plazo, si es que llega a verse. Pero el mensaje, ver a un hombre negro decirle sus verdades a un senador blanco y otras personas en posición de poder; una persona que entiende la marginación y pide ayuda para los que de verdad lo necesitan… ese mensaje es claro como el escudo más brillante.
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Justicia y balance
Hay catarsis en decirle sus verdades a los poderosos, pero nada habla tan fuerte como los hechos. De ahí que el reencuentro de Sam Wilson con Isaiah Bradley (Carl Lumbly) no sea una simple forma en la que Sam Wilson busca la aprobación del Capitán América afroamericano original. Sam sabe que Isaiah fue maltratado por su gobierno y si ahora tiene paz, es solo porque lo consideran muerto.
Pero el mundo necesita conocer el bien que hizo. De ahí que Sam, por sus gestiones, consiga que una estatua de Bradley sea puesta en la exposición del Capitán América. Puede parecer simple, porque ninguna estatua va a borrar el daño que le hizo el gobierno a uno de sus servidores; pero es un comienzo. El olvido es la clase de enemigo que este Capitán América no está dispuesto a ignorar.
Tanto la trama de Isaiah Bradley, así como el del estrés postraumático de Bucky Barnes, fueron dejados de lado en el medio de la serie. Hubo indicios de su conexión con el resto de las historias, incluyendo la de Karli Morgenthau, pero muy leves. Recién en la recta final la serie los puso delante, a pesar de que eran las tramas que más podían conectar con el espectador. Y si hablamos de Karli, la conocimos muy poco; lo cual fue una pena.
A pesar de estos tropiezos, “Falcon y el soldado del Invierno” hizo lo que ninguna serie o película de Marvel Studios ha hecho hasta el momento, que es apuntar a los problemas sociales que vemos día a día y que para algunos pueden ser solo las noticias de la mañana; pero para otros es una realidad. Puede que la gente vaya al cine y las series para escapar de sus problemas, pero también lo hacen para ver que otros mundos, otras vías para resolver los problemas, son posibles.
Pensamientos sueltos
- Una de las grandes deudas de esta serie ha sido el no desarrollar bien el proceso de curación de Bucky Barnes. Esa trama se siente coja.
- Ver cómo Bucky y Sam utilizaron la misma app que los Flag Smashers para encontrarlos confirma la duda que tuve la semana pasada: ¿Cómo es que las autoridades no utilizaron antes a su favor esa puerta de entrada tan grande?
- La periodista que le pregunta a Sam “¿Cuándo el gobierno te convirtió en el nuevo Capitán América?” es solo una pequeña muestra de los problemas que afrontará el héroe.
- Hasta el momento no se ha confirmado una segunda temporada, pero no sorprendería si ocurre. Es la serie perfecta para continuar, la excusa para mostrar a los héroes enfrentar problemas sociales.
- John Walker ha recibido una nueva oportunidad en el Gobierno. Será el US Agent y, según se interpreta por su conversación con la condesa Valentina Allegra de la Fontaine (Julia Louis-Dreyfus); su trabajo será en las sombras.
- Sobre lo que mencioné a inicios del texto, un hilo de Twitter elaborado por la usuaria @what_eats_owls muestra todas las pistas de la oscuridad de John Walker analizando solo su traje. Está en inglés, pero la opción de traducción de la app puede resolver eso.
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Dato
La próxima serie de Marvel Studios para Disney+, Loki, llega el viernes 11 de junio. Tendrá seis episodios.
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