Solo las paradojas de la vida pueden explicar cómo un actor nacido en un hogar donde el cine underground lo era todo terminó siendo un ícono de todo lo contrario: el cine comercial. Hablamos de Robert Downey Jr. (Nueva York, 1965). Aunque ya era popular antes de interpretar al Hombre de Hierro (Iron Man), vaya que este rol en la exitosa saga de Avengers le dio fama en todo el planeta, pero, sobre todo, infló tanto su cuenta bancaria que hoy bien podría no actuar más. Aunque todos sabemos que lo seguirá haciendo. El amor por el cine le viene de sangre.
“Sr.”, el documental que Downey Jr. acaba de estrenar en Netflix es precisamente eso, un retrato sobre ese vínculo indestructible que el querido ‘Iron Man’ tiene con el séptimo arte, originado fundamentalmente por la historia de sus padres con dicha industria: Robert Downey Sr. –de quien trata el documental—y la actriz Elsie Downey. Ambos, primero, llevándolo a su lado mientras buscaban locaciones para grabar variopintas películas que luego coparían las salas estadounidenses en la segunda mitad del siglo pasado y, luego, propiciando su precoz debut actoral, forjaron en este hombre una identidad 100% cinematográfica.
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Con una hora y media de duración, “Sr.” está planteado como un homenaje del hijo al padre. Desde sus primeros minutos, Downey Jr. deja en claro que “no todos conocen” lo que su papá hizo como cineasta independiente. En ese sentido, la idea es rescatar y exponer no solo sus películas más emblemáticas --colocándolas en un contexto determinado, como la paz mundial, la no discriminación racial, o el amor-- sino fundamentalmente trazar un retrato de ese director incomprendido que encontró en el cine una forma de felicidad hasta el final de sus días.
El documental es atravesado por dos líneas narrativas. La primera, meta-cinematográfica por llamarla de alguna forma, tiene al propio Robert Downey Sr. ejecutando su último proyecto denominado “Sr. Cut”. Lo vemos dirigiendo a un camarógrafo, caminando zonas de grabación y finalmente aconsejando al ‘editor’ sobre qué imágenes cortar, añadir y reemplazar.
La segunda es el homenaje propiamente dicho. En este pedazo de historia, veremos más que todo a un anciano de 85 años de edad sufriendo las consecuencias de un Parkinson agresivo que, a la postre, le quitaría la vida en julio del año 2021. Aunque todos alrededor son conscientes de que el desenlace a causa de este mal puede ser inminente, nadie se detiene en ello y prefieren seguir compartiendo con su ser querido.
“Sr.” está en blanco y negro y tiene a Nueva York como ubicación principal no por una razón cualquiera, sino porque es la denominada ‘Gran Manzana’ la ciudad que el homenajeado amó con fascinación a lo largo de su vida. Lo cuenta el protagonista de este proyecto audiovisual cuando recuerda, por ejemplo, que debió casi “huir” de Los Ángeles luego de fracasar haciendo algunas muy malas películas.
Si algo queda claro conforme avanzamos en la visualización del documental es su variedad de recursos. A los diálogos y bromas que padre e hijo se realizan ante cámaras, le sumamos pequeños flashbacks en los que recordaremos cintas como “Putney Swope”, “Pound” o “Greaser’s Palace”, cada una más pintoresca que la otra para lo que es el cine hoy en día. Se aprecia también un intento (no siempre fructífero) de Downey Jr. por extraerle a su padre confesiones de trabajo que vayan más allá de la broma fácil o la simple anécdota.
Como el hombre siempre termina por atravesar al personaje, resulta inevitable trazar la línea de vida que Downey Sr. tuvo como esposo y padre. El documental, sin llegar a ser hagiográfico, da un poco más de peso a lo bueno por sobre lo malo. Lo hace, por ejemplo, cuando se describe el cariño con el que el cineasta cuidó a su segunda esposa, Laura Ernst, luego de que a esta le detecten ELA en los noventas. En el lado opuesto, en “Sr.” también hay algo de espacio para el vínculo del director con el mundo de las drogas, al cual terminaría arrastrando a su menor hijo.
Con respecto a las participaciones externas, es el actor Alan Arkin (Nueva York, 1934) quien se convierte en una de las principales voces de “Sr”. Opina porque conoce y trabajó junto a Downey Sr. A él se le suman, en extractos mucho más breves, la hermana del cineasta y tía de ‘Iron Man’, y también su última esposa, Rosemary Rogers, quien lo acompañó hasta sus últimos días en medio del trance que significara padecer Parkinson.
El documental de Netflix va ganando en emotividad y sensaciones conforme se acerca al final. Se hace presente ante nosotros el triángulo abuelo, padre e hijo.
Con la pandemia del coronavirus fastidiando la vida de millones en todo el planeta, las videollamadas –tan típicas en momentos aislamiento-- se harán recurrentes, y es el carisma de Downey Jr. el que debe salir al rescate en varios tramos del documental. En un lado, el actor de “Avengers”, sus celulares y sus mentas, y del otro, el anciano, su celular y las botellas de suero.
Cuando la agresividad del Parkinson sufrido por Downey Sr. fue tanta, las caminatas y las bromas cedieron paso a las camillas y los silencios. A partir de este momento, la historia que tenemos al frente se nos torna a ratos desgarradora. Es aquí cuando surge una escena: padre e hijo solos en una habitación de la querida ciudad de Nueva York se reencuentran cara a cara después de mucho tiempo.
- “¿Hace calor afuera?”, le pregunta Downey Sr. a su hijo.
-”No, hay frío y llueve”, le responde el actor.
- “Es mejor, así salen mejores tomas”.
Cine, hasta en el final de su vida.
Robert Downey Sr./ NETFLIX
Director: Chris Smith
Elenco: Robert Downey Sr., Robert Downey Jr., Alan Arkin, Kevin Ford, Paul Thomas Anderson
Sinopsis: Robert Downey Jr. rinde homenaje a su fallecido padre en este documental sobre la vida y la ecléctica trayectoria del cineasta Robert Downey Sr.
Duración: 90 minutos
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