Aunque antes de la era Scaloni, la selección argentina tuvo algunos altibajos en las eliminatorias sudamericanas, resulta algo difícil imaginarla quedándose fuera de la clasificación al Mundial. Esa especie de reto imaginario que, evidentemente, roza con la verosimilitud, es el pilar bajo el que se ampara “Robo Mundial”, la nueva serie que Star+ ofrece a sus usuarios en Latinoamérica.
En seis episodios, esta producción dirigida por Gabriel Nicoli nos presenta a Lucho Buenaventura (Joaquín Furriel), un padre soltero que hace un esfuerzo económico tremendo para cumplirle el sueño a su menor hijo Sebastián (Matías Luque) de llevarlo al Mundial.
Como buen representante de clase media, Lucho es uno más dentro de la empresa de venta de televisores donde trabaja hace algunos años. Todos en la compañía están contentos por dos motivos: la clasificación disparó la venta de Smart TV y, además, los salvó de cumplir la arriesgada publicidad que hicieron en las eliminatorias: “¡Si Argentina no clasifica, tu Smart TV te sale gratis!”.
Electroshock, la tienda donde trabaja Lucho, alberga no solo a su trasnochado jefe, Andrés Ledesma (Diego De Paula), sino también a su círculo más cercano. Desde su mejor amigo Walter ‘Wally’ Castañeda (Benjamín Amadeo) hasta compañeros como Néstor Tacchini (Hugo Quiril), Darío Friedman (David Szechtman) o Moria San Román (Agustina Tremari).
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La tranquilidad bajo la que se mueve este comercio, sin embargo, se ve alterada cuando una noche aparece en TV Frank Manila (Javier Gómez), representante de la Federación Internacional de Fútbol, anunciando la decisión de reducirle puntos a la selección argentina como castigo por actos extradeportivos. Al restarle unidades, la ‘celeste y blanca’ queda automáticamente afuera.
Dejar fuera del Mundial a una selección dos veces campeona por razones así desata crisis en tres distintos planos. La primera, a nivel ‘nacional’, nos presenta a un pueblo indignado, capaz de destruir su TV como reacción a una injusticia. En segundo lugar, hay una crisis en Electroshock. La ‘exitosa’ publicidad arriba mencionada se les da vuelta como un bumerang. Finalmente, viene la crisis –supuestamente—central, vinculada a la promesa que Lucho hizo a su hijo.
“Robo Mundial” no es la primera serie argentina lanzada en el último tiempo por Star+. Dos ejemplos nos vienen a la cabeza. Primero, “Los protectores”, en la que tres ‘agentes’ de fútbol (Adrián Suar, Andrés Parra y Gustavo Bermúdez) arriesgan su vida en pos del éxito de sus representados. Se trata de una buena comedia porque, aunque tiene como núcleo al balompié- negocio, se ampara en el peso de sus tres protagonistas, cada uno más incorregible que el otro. El segundo ejemplo es “El encargado”, en la que Guillermo Francella interpreta a un noble portero que, al enterarse de que buscan despedirlo tras 30 años de trabajo, devela su oscura personalidad con la intención de torcer el destino. Esta propuesta sobresale porque su protagonista despliega una serie de habilidades interpretativas que llegan a sorprendernos y hasta horrorizarnos.
Comparativamente, resulta difícil encontrar fortalezas de este tipo en “Robo Mundial”. Lucho Buenaventura es un personaje raro. No sabemos si sufre o solo está insatisfecho de la vida. Tampoco podemos deducir que su actitud ensimismada es por ejercer de padre soltero, pues hay poquísimas menciones a la ausencia de la mamá de Sebastián. Y cuando la vecina del frente parece mirarlo con otros ojos, no reacciona ni para aceptar ni para negarse. Quizás los momentos más sobresalientes del personaje interpretado por Joaquín Furriel son cuando demuestra el amor hacia su hijo: el abrazo tras revelarle que “irán juntos al Mundial” o decirle “te amo” mediante un Walkie Talkie luego de que Sebastián le confiese tener miedo de dormir solo.
Pero Buenaventura no está solo. Para bien o para mal, si algo tiene “Robo mundial” son muchos personajes secundarios. Wally –a quien probablemente se le pudo explotar más-- es no solo el mejor amigo del protagonista, sino además el cómplice en el plan de robarse la Copa del Mundo para extorsionar a la FIFA. El jefe de la tienda de TV’s es una especie de parodia mal hecha del empresario que lo arriesga todo en cada nuevo negocio. Luego viene Bárbara, la novia de Wally, un personaje que sobresale por su astucia y realismo, pero del cual –como pasa con todos los mencionados en este párrafo—se ahonda poco o casi nada. Si estos caracteres adolecen de un peso mínimo, la situación termina de aligerarse con Moria Ran Román (la chica delivery que se desenamora y enamora), Darío Friedman (el hacker que lanza una broma de apertura y luego no trasciende más) y, peor aún con Néstor Tacchini, una vieja figura de la TV que ahora carga televisores para sobrevivir.
Si pensamos en “La casa de papel” (Netflix), serie en la que se conformaba un equipo para robar el Banco de la Moneda de España, lo primero que se nos viene a la mente son las particulares personalidades de cada ‘ladrón’. Tokio, Nairobi, Berlín, Río, Denver y compañía se ubican a años luz del ‘Dream Team’ que arma Lucho para un propósito igual de complejo como el de la serie española: robar (nada más y nada menos que) el trofeo máximo del deporte más popular.
Lo liviano del tratamiento de los personajes secundarios en “Robo Mundial” tiene un intento de quiebre con Frank Manila, el representante de la Federación Internacional de Fútbol que debe lidiar con el impacto generado por el robo del trofeo. Cuando al personaje interpretado por el famoso actor Javier Gómez lo llama su hija por teléfono para decirle que lo extraña y que espera verlo pronto, se percibe un intento por ir más allá del mero retrato del dirigente millonario e impopular. Lamentablemente, momentos como este no abundan.
Otra debilidad visible en esta serie tiene que ver con su tema central. ¿Es la serie de Star+ un conmovedor alegato del vínculo padre-hijo? ¿Es un retrato sobre una nación fanática? ¿Es una lección del pueblo a los poderosos que manejan el espectáculo? ¿Es un retrato sobre la amistad más allá de todo? Por ratos, “Robo mundial” se desvía tanto por las ramas que parece ser todo y nada a la vez. Y aunque haya detalles positivos como la fotografía, la excelente réplica del trofeo, o las pequeñas alusiones a un país que vive y siente el fútbol desde siempre (el homenaje al ‘Doctor’ Carlos Bilardo resulta entrañable), lo cierto es que el balance final es a todas luces insatisfactorio.
ROBO MUNDIAL/ STAR+
Director: Gabriel Nicoli
Elenco: Joaquín Furriel, Benjamín Amadeo, Carla Quevedo y Javier Gómez.
Sinopsis: Después de invertir todos sus ahorros para viajar con su hijo al Mundial, Lucho ve cómo la selección argentina queda descalificada por una sanción en la etapa de eliminatorias. Perdido por perdido, junta a sus compañeros de trabajo, un llamativo grupo de fracasados a punto de quedarse sin empleo, y deciden hacer “justicia por mano propia”. ¿El plan? Robar la Copa del Mundo en su gira promocional por Argentina para intentar la reincorporación al Mundial y así salvar la ilusión de su hijo y el honor de un país.
Duración: 6 episodios
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