Diferente a su faceta más ligera en redes sociales o en televisión, Franco Cabrera muestra un lado más contenido y serio en “Cazatesoros”. Vestido al estilo de Indiana Jones, pero en un contexto caribeño, se embarca en esta coproducción entre Perú y República Dominicana, una película de aventura, historia y magia. El resultado busca entretener, pero no siempre lo consigue. A continuación, va nuestra crítica.
La productora dominicana BouGroup, el Tondero Producciones de República Dominicana con más éxitos de taquilla local y conocida por su colaboración con Disney, replica el éxito de otras aventuras familiares en un contexto latinoamericano. Para ello, se apoya de La Soga y un elenco de actores peruanos. “Cazatesoros”, dirigida por Héctor M. Valdez, tiene elementos de realismo mágico que han caracterizado otras producciones suyas, pero esta vez se arriesga con un enfoque más ambicioso.
El investigador callejero Dumas (Franco Cabrera) se adentra en un peligroso viaje hacia la capital dominicana, Santo Domingo, para encontrar un tesoro y hacer justicia a la memoria de su mentor (Carlos Alcántara), quien sufrió un accidente en la selva. En el camino, se encuentra con un aliado de la calle (Luinis Olaverria), un niño ladrón con el don de tomar acción ante la tensión, de la manera más disparatada. Juntos, esquivan a sus enemigos (Sergio Galliani, principalmente), e intentan preservar parte de la historia de Cristóbal Colón, pero también obtener un jugoso botín.
Fecha de estreno de “Cazatesoros”: 28 de noviembre.
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“Indiana Jones” en República Dominicana
Sin látigo, pero con el deseo de hallar un tesoro perdido, Cabrera, buscando pistas por doquier, se asemeja más a Nicolas Cage en “La leyenda del tesoro perdido” que al famoso arqueólogo de Steven Spielberg. Sin embargo, la película no logra igualar la intensidad ni el suspenso que caracteriza a las grandes aventuras del género. Aunque el guion plantea interesantes conexiones históricas entre piratas, Cristóbal Colón y sus descendientes, los momentos de tensión son escasos y, en ocasiones, las reacciones del protagonista bordean lo predecible.
La falta de profundidad en los enigmas históricos es evidente. En lugar de largas reflexiones o complicadas deducciones, los personajes resuelven las pistas casi de inmediato, lo que diluye la emoción de la búsqueda. Nashla Bogart, en el papel de una científica clave, destaca con su interpretación, como lo hizo en “El año del tigre”, otra coproducción latinoamericana, y hubiera gustado verla más tiempo en pantalla.
Actor revelación
La comedia, lo más sólido de la película, después del diseño de producción, recae principalmente en Luinis Olaverria, quien interpreta al joven ladronzuelo que se convierte en el inesperado aprendiz de Dumas. Su naturalidad y ‘timing’ cómico en “Cazatesoros” logran arrancar un par de risotadas y compensan algunos de los puntos débiles de la dirección y el guion. Además, la química entre Olaverria y Cabrera funciona perfecto, da dinamismo a una trama que, por ratos, suena confusa.
De hecho, la música, un elemento crucial en cualquier película de aventuras, en vez de apoteósica, se siente repetitiva en el inicio de la película. Cuesta agarrar el ritmo, entre las entradas y salidas de Cabrera por las puertas y callejones, entonces falla en acompañar a las escenas más emocionantes.
Sin dejar de lado al reparto peruano, Sergio Galliani y Carlos Alcántara, en la silueta de hombres corajudos de mirada robusta, dotan de profundidad a sus personajes mercenarios, incluso cuando su tiempo en escena es reducido. Otros actores, dominicanos en el papel de policías y ladrones, llenan los espacios sin mayor luz sobre ellos.
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Magia y diseño de producción
La inclusión de elementos mágicos en el diseño de producción es un acierto moderado. Estamos ante la primera película peruana moderna de aventura que, valgan verdades, hizo un gran esfuerzo para que sus co-productores aliados tiraran la casa por la ventana. Por eso, esta crítica va a tono con la exigencia visual que merece tal nivel de producción.
Escenarios como la caverna con piedras luminosas aportan un toque de fantasía a la película. No estamos ante un “Viaje al centro de la Tierra”, pero, selva, hay. Piedras preciosas mágicas, también. Además, la película aprovecha los túneles subterráneos y monumentos arquitectónicos de Santo Domingo para mostrar la riqueza cultural de la República Dominicana. En suelo peruano, se vería aún más sorprendente. Digo, nomás.
Veredicto: presupuesto alto y resultado moderado
“Cazatesoros” es una apuesta entretenida, pero no logra consolidarse como un referente en el género de aventuras. Cabe entre los buenos ejemplos latinoamericanos, incluso compitiendo con algunas películas filmadas en la Amazonía brasileña. Es un relato con momentos de humor de la mano de Cabrera y Olaverria, e importante diseño de producción. Sin embargo, Héctor M. Valdez adoptó una narrativa que todavía deja la intención de conocer su lado más reflexivo, por el cual es conocido en sus éxitos locales, como “Insular”. Hay una tasa emocional en el público que no necesariamente espera una película filosófica, pero esta cinta va lento al querer pisar los talones a Spielberg o ‘blockbusters’. Poco queda en la mente del espectador al final de la película, es necesario preguntar para poder entender, o verla por segunda vez.
¿Cine o Disney+? Para los amantes de los códigos indescifrables y las producciones regionales, verla en el cine podría ser una experiencia agradable. Además, un cielo estrellado no vale la pena apreciarlo en pantalla chica. Sin embargo, para quienes buscan guiones con mejores contribuciones, esperar a que llegue al streaming podría ser la mejor opción.
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