Cuando le preguntamos a Claudio Ortiz, Gerente General de Hyundai Perú, las razones por las que Hyundai cuenta con diversos modelos con motores de 1,5 litros nos comentó que estos tienen la fuerza necesaria para atravesar la Cordillera de los Andes sin dejar de ser eficientes. Para corroborar lo anteriormente expuesto, probamos el Hyundai New Creta de 1,5 litros IVT en la ruta Lima-Churín-Oyón-Raura y alcanzamos una altitud máxima de 4.700 metros.
Asimismo, te contamos acerca del consumo de combustible en las diferentes condiciones en que lo manejamos. Tras llenar el depósito de 50 litros (13,2 galones), la computadora a bordo calculó una autonomía de 823 kilómetros, por lo que sería suficiente para afrontar los 530 km de ida y vuelta de nuestra ruta.
LEE TAMBIÉN: Yangwang U8: conoce el increíble carro 4x4 de casi 1.200 hp que flota en el agua y gira sobre su propio eje
Tal como en otras ocasiones, el peso de los pasajeros más equipaje representa un máximo de 150 kg, conducimos en el modo eco, mantuvimos el aire acondicionado encendido al mínimo y respetamos los límites máximos de velocidad.
Primer tramo: Lima-Río Seco (desvío a Sayán)
Este tramo se realizó por la Carretera Panamericana Norte a una velocidad promedio de 100 km/h y el consumo fue de 16,2 km/litro o 62 km/galón. En cuanto a la experiencia de conducción, el vehículo es bastante fácil de domar. La dirección es asistida eléctricamente, por lo que girar el volante es suave. Asimismo, el frenado no es ni muy blando ni muy duro.
En cuanto al desempeño de la motorización, realmente no se percibió un sobreesfuerzo yendo a 100 km/h. Incluso, las rpm no superaron las 3.000 rpm cuando sobrepasamos a otros vehículos. En ese sentido, encontramos una conexión muy óptima entre el motor y la transmisión IVT (CVT inteligente).
Segundo tramo: Río Seco-Churín (2.300 metros de altura)
Este tramo de carretera asfaltada se caracteriza porque la mayor parte bordea la ribera del río Huaura, entonces existen algunas curvas pronunciadas. Por ello la velocidad promedio en esta parte fue 60 km/h y solo algunas veces alcanzamos los 80 km/h. Se debe tener cuidado porque durante esta época del año la lluvia provoca que caigan piedras desde las partes altas de los cerros.
Asimismo, en este tramo comenzó el ascenso, por lo que el consumo se redujo a 12,9 km/litro o 50 km/galón. Al igual que el tramo anterior, el motor siguió respondiendo con soltura.
Un aspecto que se notó en las curvas es el trabajo de la suspensión. La delantera es independiente mcpherson y consideramos que ofrece un buen rendimiento dinámico que se ve reflejado cuando giramos el volante rápidamente. En cambio, la trasera es rígida CTBA y, bajo nuestra evaluación, es una suspensión cómoda, pero no es la mejor en su categoría. Como toda suspensión rígida, una barra transversal conecta a los amortiguadores, la cual genera que el carro se incline al ritmo de la carretera.
Tercer tramo: Churín-Oyón (3.600 metros de altura)
Este sigue siendo asfaltado con múltiples curvas abiertas y cerradas, las pendientes ascendentes son más empinadas y se vuelve muy angosta por algunos kilómetros. Por lo general, la velocidad se mantuvo entre 60 y 80 km/h y el consumo fue 11 km/litro o 42 km/galón. Por otro lado, las revoluciones del motor alcanzaron un máximo de 3.200 rpm, ya que había algunas curvas cerradas en pendientes en donde se exigía un mayor esfuerzo.
También hay que comentar que a partir de este tramo apagamos el aire acondicionado y encendimos la calefacción, ya que la temperatura exterior oscilaba entre 5 y 10°. Al mismo tiempo, aprovechamos el Android Auto inalámbrico para conectar nuestro celular con el sistema de infoentretenimiento, el cual nos permitía observar el mapa y conducir más prevenidos.
Cuarto tramo: Oyón-Raura (4.700 metros de altitud)
El ascenso del último tramo es el más complicado, ya que la trocha carrozable tiene varias curvas cerradas, en donde se debe tocar el claxon obligatoriamente para avisar al conductor que viene en sentido contrario que debe esperar o ceder el paso. Su dificultad aumenta porque la vía se vuelve más angosta y los camiones mineros que bajan de Raura no dan chance a pasar por un costado.
Si bien en cuestas estrechas los vehículos que suben tienen la preferencia de paso, lo más responsable fue cederles el paso al tratarse de vehículos de difícil maniobrabilidad, por lo que tuvimos que retroceder dos veces al borde del abismo. Nosotros realizamos la maniobra mirando los espejos laterales, ya que aprendimos de la “vieja” escuela; no obstante, el Creta tiene una cámara trasera con múltiples vistas que facilitan hacer lo mismo. De todos modos, nos gustaría que se incluya una cámara 360° al tratarse de la versión tope de gama.
En cuanto al desempeño, hay que considerar que al iniciar este tramo pasamos del modo eco al normal, para obtener una mejor respuesta del acelerador. La velocidad máxima fue 50 km/h, el consumo promedio estuvo en 9 km/litro o 35 km/galón, asimismo el motor alcanzó como máximo las 4.000 rpm en algunos casos.
Este tramo también fue el más retador porque había huecos o piedras que nos obligaron a frenar en seco, por lo que percibimos el trabajo de los sistemas ABS y EBD. El primero te permite frenar en menor distancia y el segundo mantener un mejor control en la estabilidad del vehículo.
Al regreso nos alcanzó la lluvia fuerte
Estos mismos sistemas también se accionaron al retorno, ya que comenzó a llover y la trocha compuesta de tierra arcillosa generaba que el eje trasero ladeara de un lado a otro. En ese sentido, el control de estabilidad se accionaba automáticamente para ayudar a corregir la dirección.
Otro aspecto a detallar es que con la lluvia, no se logra ver la profundidad de los huecos o baches, por lo que existió el riesgo de golpear las zonas bajas. Sin embargo, los 200 mm de despeje al suelo que tiene el Creta evitaron ese riesgo.
Para ese momento del viaje también nos alcanzó la noche y vale decir que las luces LED son bastante potentes y, principalmente, tienen gran alcance. Esto nos facilitó la conducción, ya que se trata de tramos en donde no hay iluminación pública.
Un detalle a considerar es que la luz alta se activa automáticamente al contar con un sensor de oscuridad, lo cual consideramos útil. Pese a ello, creemos que puede recibir algunos ajustes. Si bien la mayoría de veces se apagaba cuando venía un vehículo iluminando en sentido contrario, a veces demoraba en encenderse o también se apagaba cuando detectaba una luz tenue de alguna casa o comercio, lo que nos obligaba a encenderlo manualmente.
Algunos aspectos a resaltar y otros que no
Nos gustó la practicidad del interior, ya que tiene muchos espacios funcionales para colocar nuestros objetos, lo cual es fundamental cuando se sale a la aventura. De igual forma, el tapizado luce bastante agradable al ser bitono. Así también, nos pareció muy acertado contar con asientos de ajuste eléctrico y con seguridades ADAS.
En cuanto a las oportunidades de mejora, nos gustaría que esta versión cuente con un sunroof (para aquellos que les gusta disfrutarlo), una maletera de apertura eléctrica y se agregue un testigo (símbolo en el tablero de instrumentos) cuando se enciende el control de velocidad crucero adaptativo.
Consumo real del New Creta
Cuando llenamos el tanque de combustible, el vehículo marcaba un recorrido de 4.024 km y cuando lo devolvimos marcó 4.598 km, en consecuencia recorrimos 574 km reales. Nos quedaron 72 km en la reserva del depósito, por lo que tranquilamente se podrían aprovechar unos kilómetros más, estimando una autonomía promedio de 600 km para una ruta que alcanzó los 4.700 metros de altura.
Por último, se debe tomar en consideración que estos 600 kilómetros de autonomía corresponden a una ruta de exigencia y en la sierra. Sin embargo, estimamos que en el llano podría rendir mucho más, inclusive alcanzar los 823 kilómetros proyectados inicialmente.