Los exámenes preventivos cumplen un rol importante en la salud de la mujer. De esta forma, es posible tratar a tiempo distintas enfermedades e incluso salvar vidas. Para despejar cualquier duda sobre qué exámenes preventivos debes realizarte y cada cuánto tiempo, la doctora Claudia Del Carpio, Gineco-Obstetra de la Clínica Ricardo Palma, detalla la función de cada uno de ellos.
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En primer lugar, se debe aclarar cuándo inicia la edad reproductiva de la mujer. Ésta inicia con la primera menstruación o menarquia y termina con la última menstruación o menopausia alrededor de los 48 años aproximadamente. Durante esta etapa, las patologías ginecológicas más frecuentes son el síndrome de ovario poliquístico, la miomatosis uterina, quistes ováricos, endometriosis, sangrados anormales, dolor pélvico e infecciones vaginales.
Con respecto a los exámenes para prevenir estas patologías y otras enfermedades, la especialista indica que se recomienda que, desde los 21 años, toda mujer se realice un chequeo ginecológico anual que incluya las siguientes pruebas:
- Papanicolau anual (PAP). Para mujeres que ya tuvieron relaciones sexuales. El objetivo de este examen es el despistaje de cáncer de cérvix. Asimismo, a partir de los 30 años se aconseja complementar el PAP con la prueba de tipificación de VPH o Cobas cada 5 años.
- Despistaje de ITS: En mujeres sexualmente activas se recomienda un despistaje anual de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Se debe recordar que muchas de estas enfermedades pueden ser asintomáticas.
- Ecografía de mamas: Si bien no es un examen de rutina y se realiza cuando la paciente encuentra algo anormal en sus senos o el médico en el examen; la doctora Del Carpio recomienda hacerse una ecografía de mamas al menos en un intervalo de 3 a 5 años a partir de los 30, incluso en pacientes sin molestias o hallazgos anormales en el examen.
- Mamografía: Se recomienda este examen preventivo de forma anual desde los 40 años. Sin embargo, el rango de edad varía si hay antecedentes de este tipo de cáncer en la familia del paciente. La especialista resalta que solo la mamografía es capaz de detectar un cáncer de mama en etapas iniciales no palpables y nunca deberá ser reemplazada por la ecografía.
- Ecografía de útero y ovarios. En mujeres que ya tuvieron relaciones sexuales la mejor forma de evaluar el útero, endometrio y ovarios es con una ecografía transvaginal. La especialista indica que estas pruebas permiten detectar quistes, miomas, pólipos, adherencias o alguna otra patología pélvica. Este examen es especialmente importante en mujeres postmenopáusicas ya que en esta etapa empieza a aumentar el riesgo de cáncer de útero, endometrio y ovario que pueden ser asintomáticos.
- Densitometría ósea: En mujeres postmenopáusicas se recomienda incluir este examen cada 2 años a partir de los 50 años y anualmente a partir de los 60. Esto se debe a que la deficiencia de estrógenos en esta etapa es un factor de riesgo para la aparición de osteoporosis.
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Autoexamen de mamas: ¿Cómo realizarlo?
Otra forma de identificar alguna anormalidad en la salud de la mujer es el autoexamen de mamas. La especialista indica que el objetivo de este autoexamen es que cada mujer conozca la normalidad de sus senos y sean capaces de identificar algún cambio en la piel o bultos que llamen la atención. Se recomienda hacerlo desde los 20 años de edad, cada 3 o 6 meses, en la semana siguiente del término de la menstruación.
La doctora Del Carpio indica cómo realizarlo de forma correcta:
1. Estando de pie, frente a un espejo, colocar ambas manos detrás de la cabeza y observar los senos. Buscar asimetrías, retracciones, cambios en la piel o bultos.
2. En la ducha, colocar la mano derecha detrás de la cabeza y con los dedos de la mano izquierda palpar el seno derecho en todo su contorno en sentido horario. Continuar palpando el borde externo con dirección hacia la axila. Terminar presionando suavemente el pezón para ver si hay salida de alguna secreción. Repetir con el otro seno.
Finalmente, la especialista resalta que de todos modos es necesario un examen efectuado por su ginecólogo de cabecera en el chequeo anual, incluso si todo resultara normal en el autoexamen, ya que no es suficiente para el descarte o diagnóstico de un cáncer de mama.