El atletismo es uno de los deportes más populares dentro de la historia de los Juegos Olímpicos y la edición de París 2024 no fue la excepción. Este incluye a diversas disciplinas entre las que se encuentran las carreras de velocidad, que varían en cuanto a la distancia que se debe recorrer. Aunque no lo parezca, estas competencias son muy diferentes unas a otras y requieren de un enfoque distinto por parte de los deportistas que se animan a participar en ellas y, al parecer, la más difícil entre ellas sería la de 400 metros. Descubre en esta nota por qué es así.
¿Por qué la carrera de 400 metros es la más difícil, según la ciencia?
Durante una carrera considerada como ‘corta’, como las de 100 o 200 metros, los atletas deben poner toda su concentración en la velocidad para poder obtener los primeros lugares. Por el contrario, en una carrera ‘larga’, como son las de 800 o 1500 metros, es importante que los deportistas panifiquen y repartan su energía a lo largo de todo el recorrido para el sprint de la recta final y obtener un mejor resultado.
Sin embargo, una carrera de 400 metros, que se encuentra en medio de las dos categorías antes mencionadas, no coincide a la perfección con ninguna de ellas. Los atletas no pueden acelerar al máximo, pues se quedarían sin energías para la recta final, pero tampoco tienen el espacio suficiente como para dosificar la intensidad pues se quedarían detrás de los demás contendientes.
Es por ello que la entidad encargada de controlar este deporte en todo el mundo, el World Athletics, declaró esta carrera como la más difícil entre todas las competencias de velocidad. “A veces, los 400 metros también se denominan la ‘prueba mortal’ porque se somete al organismo a un gran estrés que hace que el cuerpo se fatigue invariablemente, especialmente en la etapa final”, señaló el subdirector de la Biblioteca Central de la Universidad Alemana del Deporte, Jürgen Schiffer.
¿Qué sucede en el cuerpo humano durante una carrera de 400 metros?
Los mismos velocistas afirman que la carrera de 400 metros es la que más odia, pues el dolor al que se someten es ‘aplastante’. Lo que sucede es que alrededor de los 300 metros el cuerpo humano ya ha agotado casi por completo sus reservas de energía. Sin embargo, irónicamente, es en este momento cuando los velocistas necesitan de la mayor energía posible para realizar el sprint final hacia la meta.
Por supuesto que el cuerpo puede producir todavía más energía, pero necesitará de un mayor tiempo y los músculos ya se encuentran cansados y llenos de ácido láctico. Es por ello que los atletas experimentan un dolor ‘agonizante’ que los lleva a ver esta carrera como una competencia contra sus propios cuerpos y no contra los otros deportistas.