La educación universitaria determina el desarrollo social de la mayoría de los jóvenes. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acceder a una formación de calidad es el principal factor de movilidad social en los países latinoamericanos. Con la llegada de la pandemia y la migración hacia las clases virtuales, miles de estudiantes han encontrado un acceso más viable hacia esa capacitación profesional que les traerá el progreso.
“Las universidades en línea son una palanca de progreso de las sociedades, especialmente para los países emergentes”, señala José María Vázquez García-Peñuela, rector de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), una universidad completamente virtual. A lo largo de 10 años, los egresados de esta universidad —con una edad media de 35 años y en su mayoría con responsabilidades familiares— aseguran que acceder a este tipo educación les permitió posicionarse mejor en la sociedad.
9,8 millones de alumnos latinoamericanos estudiarán virtualmente en el año 2040.
Tras terminar sus estudios universitarios en UNIR, el 68% de sus egresados latinoamericanos mejoraron sus condiciones laborales: fueron ascendidos, incrementaron su sueldo o recibieron nuevas propuestas de trabajo. Esto demuestra que las personas que, por motivos personales o profesionales, no logran acudir a centros de estudio presenciales, encuentran en la educación en línea una alternativa con calidad académica y que se adapta a las demandas actuales del mercado laboral.
UNA SOLUCIÓN DIGITAL
Para el año 2040, la cifra de universitarios latinoamericanos se habrá duplicado y alcanzará los 65,6 millones, de acuerdo con un informe del Grupo de Estudios ‘Población y Sociedad’, con sede en Madrid. Para cubrir esa demanda, las universidades necesitan ser más accesibles y de mayor calidad. En el Perú, solo la mitad de los alumnos que postula a la universidad alcanza una vacante, según la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU).
61% de egresados de UNIR en Latinoamérica lograron una mejora salarial.
Frente a este escenario, la educación en línea se proyecta como la respuesta a múltiples necesidades: formación profesional, progreso, erradicación de la desigualdad, entre otras. Su capacidad de expansión, calidad académica e independencia de los espacios físicos, la perfilan como el centro de estudios del futuro.
CONTENIDO PATROCINADO