Un domingo en la mañana puede ser el momento de descanso por excelencia para la mayoría. Pero, en la cuadra 40 de la Av. Brasil, en el distrito de Magdalena de Mar, cientos de personas deciden aventurarse desde temprano para comprar frutas, verduras, panes, quesos, café y otras delicias que representan lo mejor de la despensa peruana. Este espacio es la Agroferia Campesina, un proyecto autosostenible dirigido por los mismos productores de distintas provincias del país, quienes ofrecen sus productos desde hace casi 10 años. Provecho visitó la feria, que volvió a su espacio usual en esta concurrida avenida después de un buen tiempo, y te contamos qué delicias puedes disfrutar.
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Al llegar, se ve cómo muchas familias, parejas y amigos deciden recorrer los diversos puestos a pesar del candente sol tan característico de esta época de verano. ¿La razón? Buscan disfrutar de las curiosidades que aquí se pueden encontrar: desde un buen café de Cajamarca, hasta una deliciosa sandía de color naranja de Asia, pasando por las cremosas paltas de Ayacucho y los clásicos fideos de Abancay.
La Agroferia Campesina surgió como una propuesta de Apega, la asociación creadora de la feria Mistura. “Nuestra idea era que los visitantes puedan comprarle directamente al pequeño productor o agricultor, entonces hicimos una selección y los invitamos a Lima. Como parte de la invitación, hicimos talleres de capacitación sobre atención al cliente, entre otras cosas, para que se fuera formando un perfil de emprendedor”, recuerda Carlos Lazo, gerente de esta asociación, quien fue parte de Apega.
Tras unos cuantos años y el cierre de Apega, esta organización pasó la batuta del proyecto a los mismos productores, quienes se reunieron en una asociación que hasta el día de hoy mantiene este espacio con vida.
“Desde hace casi seis años que esta asociación se encarga de la feria y somos autosostenibles. Cada dos años se elije a una junta directiva y nos ha funcionado bien. Lo interesante es que esta feria, más allá de ayudar a los productores, también ha tenido un impacto en las mujeres de distintas comunidades, quienes asumen el rol de emprendedoras, y también une a las familias de agricultores cuyos hijos desean explorar otras carreras como el marketing o administración”, agrega Lazo.
Y es que esta feria parece ser un punto de encuentro de todo el Perú en unas cuantas cuadras. En los distintos puestos, nos cruzamos con sonrisas que invitan a curiosear los productos, degustarlos y, con suerte, llevarse alguno que otro a casa. Las conversaciones no faltan, conversaciones en las que se pueden conocer historias interesantes y saber más de dónde vienen los productos que se exhiben como cada domingo.
De todo, para todos los gustos
Uno de los atractivos que más llama la atención es la venta de cocos, de la que nos damos cuenta porque, al ser cortados al momento, su deliciosa agua salpica a quien esté cerca. “Estos cocos son de la selva”, nos explica la dueña del puesto, quien indica que son diferentes a los norteños, que se suelen utilizar para hacer el aceite de coco. “Estos son menos grasosos y su agua es un poco más dulce”, agrega.
Avanzando por la calle, nos llama la atención un puesto donde venden diversas plantas y hierbas secas. Se trata de un negocio familiar de Cusco. “Nosotros producimos en andenes flores, hierbas y semillas, que luego deshidratamos por ventilación, no al horno”, comentan. Se ven desde fresas y naranjas deshidratadas hasta caléndula, manzanilla, flor de Jamaica y mixturas de hierbas perfectas para infusiones.
En el caso de verduras, encontramos desde las más clásicas hasta las más curiosas como pimientos de diversos colores, berenjenas jaspeadas, vainitas blancas y kale, la hortaliza de moda. Si se trata de frutas, las posibilidades parecen infinitas también: encuentra manzanas, fresas, carambola, coco y lluquin o poro poro, una mezcla entre tumbo, granadilla y maracuyá que nos fascinó.
Nos atrajo un olorcito a café que no pudimos ignorar. Desde Jaén, Cajamarca, César Alva trae sus productos entre los que encontramos panela, la deliciosa chancaca (usada en distintos postres peruanos) y el infaltable café molido o en grano.
También encontramos un puesto que celebra los panes artesanales, con ofertas de hogazas de pan con alimentos limpios y sin preservantes, croissants con distintos rellenos, brioches, rollos de canela, panes multigranos y más.
No podían faltar los deliciosos quesos de todo tipo, carnes de cerdo, gallina e incluso trucha traída desde Ingenio. También se pueden encontrar todo tipo de lácteos y huevos de corral, fresquitos e ideales para cualquier preparación.
La Agroferia Campesina es un recordatorio vivo de la riqueza que abunda en nuestro país, en nuestra tierra y en las manos de los productores y agricultores que hacen esto posible. Un espacio que vale la pena visitar ya sea para hacer las compras, curiosear o pasear como una forma perfecta de cerrar la semana.
La Agroferia Campesina se realiza los domingos en Magdalena del Mar, la cuadra 40 de la Av. Brasil, de 7 a.m. a 1:30 p.m. Además, los sábados se encuentran en San Borja, en la Calle de la Prosa (A media cuadra de INDECOPI), de 8 a.m. a 2 p.m. Puede conocer más sobre sus proyectos y novedades en su perfil de Instagram (@agroferiascampesinas).
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