A veces los limeños no nos damos cuenta de la suerte que tenemos. Nos quejamos de todo (siempre con razones válidas, por supuesto; vivir en Lima se ha convertido en un acto de fe), pero nos hemos acostumbrado a dar por sentado un privilegio escaso; un regalo que viene incluido en la partida de nacimiento: habitar una ciudad que da al mar. La única capital de Sudamérica en hacerlo, dicho sea de paso. Los beneficios son múltiples y aquí no los vamos a enumerar, pero incluyen el inmenso gozo de comerse un cebiche fresco escuchando las olas del Pacífico cuando así nos provoque. Entre otros placeres.
Las maneras de ejecutar este magnífico derecho son múltiples, pero hay una que hasta hace relativamente poco nos era ajena: hacerlo desde lo alto. Cada vez son más las opciones que así lo permiten -sobre todo en hoteles- con un formato muy de moda en el mundo entero, conocido en inglés como rooftop pero traducido al castellano como azotea o techo. Usaremos el término anglosajón para entendernos en este texto. Los “rooftops” son espacios concebidos para ofrecer una experiencia culinaria sostenida en la buena bebida y la comida para compartir (usualmente encontramos piqueos, dada la naturaleza de los peruanos a juntarnos siempre en grupos grandes) con paisajes espectaculares como marco. Y pocas cosas se comparan al primer sorbo de chilcano mirando una puesta de sol con el puente Villena como fondo.
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Ya tenemos unos cuantos: Celeste (Hyatt Centric, San Isidro) e Insumo (ubicado en el AC Hotel Lima Miraflores; actualmente en proceso de renovación) son quizá los más populares, y se vienen algunas cuantas aperturas más. La última de ellas ha sido 27 Tapas, tapería peruana instalada en el piso 18 del novísimo hotel Iberostar Selection, en Miraflores, comandado por el cocinero Carlos Testino (grupo Aramburú) con una carta renovada y una experiencia distinta a la que había en San Isidro, sede original de dicho espacio. Aquí la creatividad y el escenario se conjugan en un formato especial, único en la ciudad. Los rooftops aún son una cosa rara, y vale la pena ir conociéndolos de a pocos.
27 Tapas nació hace unos cuatro años como una suerte de hermano menor de Lima 27, restaurante sanisidrino del grupo gastronómico Aramburú que -de momento- se encuentra en pausa en cuanto a servicio. La idea era sencilla y sabrosa: elaborar una carta con 27 tapas distintas, que combinasen inspiraciones gastronómicas de aquí y de allá. La pandemia cambió un poco el rumbo de las cosas aunque, tal y como nos cuenta el cocinero Carlos Testino, el proyecto para trasladar este concepto culinario se había cerrado desde antes de la llegada del covid-19. Lo único que quedó fue esperar.
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Hace tres semanas 27 Tapas abrió sus puertas (las del ascensor, es decir; está ubicado en el piso 18 del Iberostar Selection de Miraflores) al público. El espacio es amplio: hay aforo para casi 100 personas, con ventilación por todos los frentes, y una carta que todavía no llega a las 27 alternativas de tapas, pero pronto las tendrá. Lo ideal es ir con tiempo, ya que no aceptan reservas en el local.
“La carta ha cambiado completamente. Todo lo que hemos desarrollado es nuevo y también está alineado a las características de la marca (Iberostar), que es española. Hay una consciencia importante sobre la sostenibilidad y los productos que usamos”, explica Testino sobre su nuevo menú. “La primera semana salimos con 12 tapas; para esta que es la tercera ya vamos 18. Y así se irán sumando. Lo más interesante también es que tenemos una carta de platos con medias raciones que incluyen con fideuá, arroz negro con vóngole y navajas, un arroz meloso con asado de tira, entre otros. No todo son montaditos o finger food”, señala.
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Cuando se trata de rooftops hay que entender que, si bien la experiencia está basada en un restobar donde la coctelería es importante, aquí se viene -sobre todo- a comer. En el menú de 27 Tapas encontramos desde un steak tartare con cenizas de poro y semillas de mostaza; hasta navajas con leche de tigre, coco y aceite de sacha culantro; pizzetas; burrata con hinojo e higos asados; yucas bravas (versión peruana de las famosas patatas bravas españolas); hamburguesas de bife angus; croquetas de pollo y jamón; langostinos al ajillo; e incluso postres. El momento para visitar es cuando el antojo así lo mande. Ahora que empieza a salir el sol, todo momento es bueno.
Más información
Dirección: Avenida Malecón 28 de julio, 385 Miraflores / Hotel Iberostar Selection - piso 18 (estacionamiento incluido)
Horarios: Lunes a domingo, de 4 p.m. al cierre
Aforo: 96 personas.
Instagram: @27tapas
No se aceptan reservas.
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