Así es el turrón de Doña Pepa de Teresa Izquierdo que nunca antes estuvo a la venta

Cada octubre la valla está más alta. La competencia (vamos a decirlo así para entendernos, sin ánimo de despertar recelos) por ofrecer el turrón de Doña Pepa más novedoso, sorprendente y tentador de Lima no hace más que aumentar. La pandemia ha ampliado las opciones por delivery y el rubro gastronómico ha respondido a la altura. Hay mucho para elegir, mucho por probar y alternativas que contemplan todos los bolsillos. De nada sirve armar un ranking: lo primero que vamos a dejar en claro es que el mejor turrón será el que llegue a tu mesa. Pero hay turrones y turrones.

Los restaurantes son un nicho especial. Hay algunos que han desarrollado verdaderas piezas de arte en cuanto a su presentación: La Rosa Náutica, por ejemplo, ofrece su turrón en un recipiente hecho por la artista Grimanesa Neuhaus; mientras que El Señorío de Sulco repite el éxito de sus empaques bautizados como “Hábito”, obra de la diseñadora Meche Correa, con una versión de turrón que no lleva grageas de colores. Propuestas más modernas como las que se encuentran en Tanta o La Teoría de los 6 cafés son otras opciones sobresalientes. Eso, sin mencionar las versiones de otros productos (desde cupcakes hasta cheesecakes) inspiradas en este famoso postre de octubre; si bien pueden resultar cuestionables, definitivamente amplían el horizonte. A nadie le queda duda, entonces, que cuando se trata de turrones los limeños nos lo tomamos muy en serio.

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A la cocinera Elena Santos siempre le gustó preparar dulces de antaño. De hecho, tuvo durante varios años un pequeño espacio cercano a la avenida La Mar donde vendía sus postres, desde mazamorra hasta suspiro a la limeña, con el ánimo de mantener viva la tradición. La pandemia, sin embargo, terminó por acabar con ese sueño cuando la primera cuarentena dejó en suspenso a cientos de miles de empresarios gastronómicos, que no sabían bien qué depararía el futuro. Elena decidió cerrar Mi dulce compañía y le metió ganas a la oferta de delivery de El rincón que no conoces, templo culinario abierto por su madre, Teresa Izquierdo, remodelado poco antes de la pandemia.

En el 2020 el turrón tuvo que esperar. Este 2021 otra es la historia.

“Tenía muchas ganas de hacerlo, y mucha gente me animaba. Pero preparar un turrón de Doña Pepa de manera artesanal es trabajoso. Desde que empecé llevo varias madrugadas amasando los palitos, preparando la miel... para mí tiene que ser tal cual lo hacía mi mamá”, nos cuenta Elena, quien lanzó recientemente una versión inédita de turrón bautizado como turrón “Ña Tere”, en homenaje a su madre.

“Nunca se ofreció ni se vendió turrón en el restaurante, pero quienes sabían que mi mamá lo preparaba se lo pedían como pedido especial. Esta es más bien una receta casera, nuestra, que quería compartir con el público por primera vez”, sigue Santos. Para hacerlo, mandó diseñar unas cajas de madera con una acuarela de su madre en la procesión, que viene envuelta en un tul blanco. El turrón sale con la medida única de 1 kilo.

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Las tradiciones de octubre que Elena conserva -como buena guardiana que es de un legado que reúne la sabiduría de muchas mujeres de su linaje- van mucho más allá de lo gastronómico. Aquí se trata de una tradición de fe, de fervor. Toda su familia, en especial su madre, han sido y son devotos acérrimos de el Señor de los Milagros. La misma Teresa seguía religiosamente la procesión del día 18 desde la madrugada a lo largo de toda la avenida Tacna, y aquella costumbre se la heredó a su hija.

“Mi madre usaba hábito cada octubre y yo hice lo mismo hasta que cumplí 21 años”, cuenta Elena Santos. “Nunca dejamos de ir a la procesión y ahí era donde probabas todos estos platos tan típicos de ese encuentro, como los anticuchos, los picarones... para mí estos son sabores de mi niñez”, señala. Precisamente, esa calidez es la que ha querido transmitir en su versión de turrón, con los mismos ingredientes y los procesos tal cual se hacían antes. Habiendo tanto por elegir, ¿qué hace al suyo un bocado tan especial?

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“No hay secretos aquí: en la masa, como debe llevar, usamos harina, ajonjolí, anís, agua de anís, yemas de huevo, y manteca y mantequilla en iguales proporciones”, explica Santos. Luego está la miel, acaso lo más importante de todo buen turrón. En el suyo es abundante y generosa, y se prepara con una buena cantidad de chancaca. “La hacemos así pero para que no sea muy intenso también añadimos azúcar. Nuestra miel lleva también hoja de higo, piña, naranja, membrillo, manzanas, canela y clavo”, finaliza.

El resto, como bien dicen, está en la mano.

Cómo pedirlo

Los pedidos se realizan los días lunes, martes y miércoles (entregas viernes y sábados)

Vía whatsapp: 923-520174 (se pueden recoger del local de El Rincón que no conoces, en Lince; o se puede pedir el envío por delivery cuyo costo es aparte)

Precio: 1 kilo de turrón en la caja de madera y envoltorio especial a S/85 (no sale de otra manera).

Más información: @elrinconquenoconocespe

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