Antaño, los congresistas tenían más vergüenza y más controles. Existía, por ejemplo, el partido que los obligaba a moderar los apetitos personales o, al menos, a buscar un equilibrio entre su ‘angurria’ y la agenda de a organización partidaria. Hoy, los partidos pesan poco o nada. Miren a la peor bancada, la de Acción Popular, el útero de los ‘Niños’: encarna el patetismo de un gran partido venido a menos, con dirigencias no reconocidas por las autoridades electorales y cero influencia en el Congreso. Sus comunicados escandalizándose ante sus criaturas son letra muerta.
Los ‘Niños’ hacen, estrictamente, lo que les da la gana, sin referente partidario ni ideológico. Fundaron otro tipo de organización, más bien criminal –es la tesis fiscal- dentro de su propia bancada para usufructuar los ocultos beneficios de su relación con el gobierno. Seis de ellos están sindicados desde marzo del 2022: Raúl Doroteo, Darwin Espinoza, Elvis Vergara, José Luis Flores, Juan Carlos Mori e Ilich López. El abogado César Nakazaki me contó lo que a su vez le contaron sus defendidos Karelim López y Bruno Pacheco: que el nombre de ‘Los Niños’ surgió al ver el entusiasmo, a la vez naif y pervertido, de estos zamarros ante su amistad con el ‘profe’ Castillo. La fiscalía los investiga no solo por el provecho que pudieron sacar de los consorcios chinos tras obras del MTC, sino por los nombramientos y favores específicos que consiguieron y por el Ministerio de la Producción que recibieron como cuota.
Con castillo, el fenómeno de la corrupción entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, adquirió su máximo esplendor. Desde algunos quinquenios atrás habíamos detectado que la triangulación que hacían algunos congresistas entre autoridades locales de su región y funcionarios del gobierno, para conseguir o apurar obras; era la fuente esencial de esa relación insana. Súmenle la moneda corriente de los CV (hojas de vida) entregadas a ministros y autoridades para contratar a amigos y allegados.
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En el mejor de los casos, el congresista que triangula reuniones simplemente hace un servicio de representación; en el peor, trafica influencias con provecho económico. ¡Pero Castillo transó y entregó un ministerio completo! Con ello, rompió todos los límites. Se había mitificado a la Comisión de Presupuesto (CP) como el espacio en el que la corrupción entre poderes se concentraba; pero esto es muy inexacto. La transacción esencial suele establecerse en los ministerios. En la CP, más que obras, se negocian montos generales. Básicamente, se establecen los presupuestos de los que cada ministerio dispondrá con bastante discrecionalidad, relegando obras planificadas por otras improvisadas, o dividiendo el presupuesto de una obra mediana en varias pequeñas. En ese ‘caos desplanificado’ crepita la venalidad. El contralor Nelson Shack, con quien conversé hace unos días, me dijo que su ente se concentra en controlar la ejecución de las obras y sus resultados; pero ello se está replanteando para que el control revise la génesis de la obra, desde cuando el dinero salió del MEF con especificaciones hechas por el ministerio solicitante y que no se ajustan a los planes previos.
El eje de la corrupción entre poderes no está, pues, en las discusiones en la CP, sino en las visitas de los congresistas a los ministerios y a sus instancias ejecutoras. Sin embargo, la CP es crucial pues allí se asegura que las carteras de gran ejecución menuda, como MTC, Vivienda o Agricultura; tengan suficiente bolsa para el reparto. No puede ser casual que el actual presidente de la CP sea José Luna Gálvez, el líder fundador de Podemos, acostumbrado, para decirlo elegantemente, a articular poderes. Recuerden nomás la compleja red de influencias entre su universidad Telesup y el extinto Consejo Nacional de la Magistratura. En la madrugada del viernes se batió –según cuenta mi colega Martín Hidalgo- con los miembros de su comisión y con otras bancadas para establecer el paquete de obras considerado en la ley que otorga créditos suplementarios al gobierno para atender la emergencia del Norte y la prevención del próximo ‘Niño’, que ese sí es un fenómeno.
Dejemos ahí a Pepe Luna, que no es ‘Niño’ sino manganzón en esta historia de los pliegues opacos de la política. ¿Qué harán ahora los 6 ‘Niños’ originales y los que se han ido sumando? ¿Cómo sobrevivirán ante las acusaciones fiscales? ¿Su sistema de influencias tendrá algún chance de adaptarse al gobierno actual?
‘Niños’ ideológicos
Como muchos sabrán, cuatro de los 6 ‘Niños’ originales, Raúl Doroteo, Darwin Espinoza, Elvis Vergara y Jorge Luis Flores, están acusados por la Comisión Permanente, tras informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, por los delitos de presunta organización criminal y tráfico de influencias (Ilich López y Juan Carlos Mori se salvaron en el camino). El pleno debe votar si los acusa, o sea, si les levanta la inmunidad y, además, si los suspende. La Comisión de Ética también los encauzó, pero unos se salvaron en ella, otros en el pleno con votos de la izquierda.
He ahí la tabla de salvación de los ‘Niños’, los votos de la izquierda. He conversado con fuentes de AP y cercanas a los aludidos que me cuentan que el eje de su estrategia para salvarse es votar con la izquierda. Los cuatro con la soga al cuello, además del portavoz José Arriola (alineado con ellos) votaron a favor de admitir la moción de vacancia contra Dina Boluarte. En su búsqueda de votos para salvarse están dispuestos a plegarse a la izquierda anti Boluarte; la que también buscó ventajas y cuotas de Castillo. Si sobreviven, de hecho la apoyarían en su plan de capturar la mesa directiva en el próximo julio.
La desesperación por defenderse fue tal que colocaron a María del Carmen Alva, ex presidenta del Congreso, y a Karol Paredes, presidenta de la Comisión de Ética, las únicas dos que se les oponen en la bancada de 14, en la Comisión Permanente. De esa forma, ellas ya no podrían votar en el pleno contra ellos. Ambas rechazaron la maniobra y renunciaron a esa designación. ¿Por qué la mayoría de la bancada los defiende? Porque están comprometidos en favores del gobierno. Por ejemplo, Edwin Martínez, cuya vivienda en Arequipa fue allanada por la fiscalía y se le imputa haber recibido favores en el Produce y en Migraciones; no deja lugar a dudas. Silvia Monteza, segunda vicepresidenta del Congreso, también ha sido allanada. En el expediente ampliado de los ‘Niños’ también se mencionan a los acciopopulistas Wilson Soto, Hilda Portero, Luis Aragón y el nuevo portavoz José Arriola. La hipótesis a la vez realista y generosa que manejan mis fuentes acciopopulistas es esta: los ‘Niños’ originales los invitaron a pedir favores, ‘a pasar CVs’. Estos cedieron a la tentación y las pruebas contundentes las tienen los primeros ‘Niños’. En esta historia también hay espacio para la extorsión.
Hasta en Fuerza Popular, el partido más orgánico en el Congreso, por decirlo de algún modo; hay congresistas que se salieron del molde y votan como les da la gana. Puede tratarse de espíritus díscolos como Tania Ramírez, pero también de congresistas que no tienen empacho en ligarse con el gobierno anterior a espaldas de su bancada, como Luis Cordero Jon Tay, enredado en una trama con agentes de inteligencia.
La debilidad de los partidos es la fortaleza de los sinvergüenzas. No uso el término ‘otorongo’ porque además de una generalización despectiva, su origen es equívoco. Se volvió familiar al desprenderse de la frase ‘otorongo no come otorongo’, usada para explicar la lenidad de la Comisión de Ética ante las faltas de muchos congresistas durante el toledismo. Pero, si bien, el enjuague es usual en Ética, pues es un espacio lleno de intersticios para hacerlo, incluso más que en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales; la judicialización del rival o del hermano incómodo, es moneda corriente en el Perú. Hay cierto canibalismo que entra en conflicto con la tendencia a cubrirse las faltas mutuas. Esta última, paradójicamente, se propicia más en sistemas políticos más organizados. Todo esto para decir que los ‘Niños’, aunque hayan expandido sus influencias y favores y muchos otros se vean en su espejo; son vulnerables a la delación.
El Bloque Magisterial tiene 7 congresistas investigados en la ampliación que la fiscalía ha hecho del caso ‘Los Niños’. Siendo partidarios de Castillo, no llamaban la atención ni sus votos ni sus visitas a Palacio; pero si tienen en cuenta que carecían de partido y de gremio sólidos, era fácil pensar que buscaban provecho propio, en especial nombramientos y obras. Ni siquiera necesitaban pedir el favor; para el gobierno este era natural. De Perú Libre, en cambio, hay un solo congresista comprendido, Américo Gonza, cajamarquino como Castillo. Volvamos al Bloque, para decir algo grave: tal fue la naturalidad con la que se avinieron al sistema de favores, en su caso con coartada ideológica; que hemos detectado intentos por replantearlo con este gobierno. Aquí denunciamos una (“Secretos de maestros” del 18/2/23), luego confirmado con pruebas descubiertas por la Unidad de Investigación (“Investigado por corrupción maneja recursos millonarios en el IPD” del 23/2/23).
Finalmente, la vulnerabilidad de los ‘Niños’, los originales, los ampliados y los ‘tapados’ que falta ampayar, depende también de la baja aprobación del Congreso. Aunque, en la última encuesta de Datum, se registra un alza de aprobación, están en un bajísimo 12%, que genera antipatía y ánimos de fiscalización ciudadana. Por eso, no se extrañen de las delaciones que en todas las bancadas, se vienen dando de asesores obligados a dar parte de sus sueldos a los congresistas. Los ‘Niños’ de toda condición enfrentan el penoso deber de asumir sus faltas como adultos.
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