Raúl Ferrero Costa, quien integró la Cámara de Senadores hasta el autogolpe de Alberto Fujimori, el 5 de abril de 1992, es un convencido de las ventajas de contar con un sistema bicameral porque, dice, eso ayudaría a desarrollar mejores normas legales. Treinta años después de que el Senado terminara de mala manera, la paradoja consiste en que este Congreso, no precisamente diligente, ha sido el encargado de llevar a cabo el debate.
— ¿Cuál es su posición concreta en el debate sobre el probable retorno a la bicameralidad?
Cuando se dio el golpe de Estado el año 92, pasamos de un sistema bicameral en el Congreso a uno unicameral, y creo que los resultados no han sido buenos. El sistema bicameral es mejor sustancialmente, porque permite que pueda haber correcciones en el proceso de formación de leyes, permite que otro grupo de políticos especializados pueda pronunciarse sobre lo que se ha pronunciado la primera cámara. Ese es el valor del Senado y eso nos ha salvado de muchos aprietos en su momento. Hay algo que no se considera: si un proyecto de ley es aprobado por la primera cámara, pasa al Senado y en el interín, en ese interregno de tres o cinco meses, la opinión pública se puede pronunciar, hay una participación también de la sociedad. El sistema unicameral es para países pequeños, como los centroamericanos, por ejemplo.
OPINIÓN: ”Negando la gran reforma”, por Jaime De Althaus
— ¿Este Congreso estaba capacitado para llevar a cabo el debate? Por otro lado, ¿es un buen momento?
No creo que sea el mejor momento, pero nunca es el mejor momento en el Perú. Por otro lado, este Congreso, donde yo creo que sí hay gente pensante y coherente, no es uno de los más destacados que hemos tenido. No hay un manejo coherente de lo que está pasando en el Parlamento por la cantidad de grupos políticos que hay y porque no está siendo eficiente. Hay gente muy valiosa, pero el conjunto produce algo que no es útil. El Parlamento no está colaborando en este momento para la situación política del país.
— ¿Los cambios que se proponen generarían un desequilibrio de poderes a favor del Congreso? ¿El control político podría prestarse a excesos?
Hay un cambio que se ha propuesto para que se requieran tres negaciones de confianza, y no dos, para poder exigir el cierre del Congreso. Y eso es muy peligroso, porque quiere decir que entonces un Congreso malo se puede alargar mucho. Yo creo que el proyecto que ha presentado la Comisión de Constitución está bastante bien y se puede trabajar y conseguir una norma genérica. Pero, claro, estamos en un Parlamento unicameral donde lo que finalmente decide son los votos; entonces, por más bueno que pueda ser un proyecto, igual puede ser desechado por la mayoría congresal, donde se ven las componendas políticas o la ideología, que tergiversa y distorsiona. Creo que no ha sido muy acertado este Congreso.
OPINIÓN: “Falta de legitimidad y visión”, por Fernando Tuesta Soldevilla
— Fue sintomático que el mismo día en que se debatía algo tan importante, se perdieran horas discutiendo sobre si debía haber baños neutros en la cita de la OEA.
Eso es incomprensible. Y se hace solamente cuando lo que se quiere es distraer la atención. Entonces, el tema pasa a un segundo o tercer plano.
— ¿Por qué un político o una bancada se opondrían a la bicameralidad?
Porque con el Congreso unicameral hay más propensión al manejo y al abuso, porque se convence a una mayoría y esa mayoría hace lo que quiere. Se ve que el Parlamento no está siendo eficiente en el trabajo; tiene buenos parlamentarios, pero los buenos parlamentarios no necesariamente manejan el Congreso. Entonces, sacar una buena ley es todo un mérito extraordinario y actualmente eso no está ocurriendo. El Congreso no está siendo eficiente en la parte administrativa ni en la parte política.
— Algunos especialistas han opinado que, como paso previo, se podría poner en práctica la renovación parcial del Congreso.
A mí lo que me preocupa es que nos podemos comenzar a distraer con una serie de proyectos para, en el fondo, no tratar el problema central. No es momento para ese tipo de acciones, no porque sean malas, sino porque la discusión de la reforma se demoraría sabe Dios cuánto tiempo, o no se haría nunca.
OPINIÓN: “Bicameralidad”, por Martín Tanaka
— ¿La mesa directiva del Congreso ha tenido una gestión adecuada?
La evaluación que hacen en general sobre la conducta del Congreso es bien estricta. ¿Dónde fallan? Pues donde entra a jugar el tema puramente político y no el técnico o el de fondo. Hay parlamentarios que están trabajando bien, pero claro, tampoco prevalecen, no logran sacar los proyectos que presentan.
— ¿Le faltó maña a María del Carmen Alva como presidenta del Congreso?
Le puede haber faltado maña, pero no buena intención. Le ha tocado un Parlamento sumamente difícil. Lo que pasa es que, cuando hay que criticar, toda la responsabilidad de lo que no funciona va sobre la cabeza y es juzgada con mucha dureza. Me parece que hay mucha dureza en el juicio.