Las primeras palabras del profesor Pedro Castillo —proclamado la noche del lunes 19 como el próximo mandatario— han sido de apertura y pluralidad, pasando la página de una penosa y contraproducente espera. “Llamo a la más amplia unidad del pueblo peruano, para forjar y abrir la puerta del próximo bicentenario”, dijo en su primera alocución tras su proclamación.
Pero no es la única voz del próximo oficialismo. De hecho, empieza a instalarse un coro desordenado, entendible en un gobierno nonato, pero que inevitablemente abre espacio a un preocupante patrón, que seguramente no abandone la presidencia de Castillo: la existencia de un conjunto desarticulado de voces, que parece carecer de un maestro que lo conduzca.
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Desde la mañana de aquel lunes 19, se dieron noticias en torno al gabinete, que eran llamativamente contradictorias. Aquella mañana, distintos medios locales, citando al jefe de prensa de Perú Libre, Frank Zegarra, anunciaban que el excongresista Roger Najar se haría cargo de la PCM (“Gestión”, 19/7/2021).
A las 10:13 a.m., Pedro Castillo desautorizó este anuncio, aunque sin referirse abiertamente a él. “Pedimos al pueblo no dejarse sorprender con listas y nombres de posibles gabinetes: son trascendidos y especulaciones”, escribió el próximo mandatario en su cuenta de Twitter. Minutos después, hacia las 11 a.m., el excongresista y excandidato presidencial de Somos Perú Daniel Salaverry secundó la posición de Castillo, en breves declaraciones a la prensa, al salir de una reunión que sostuvo con este.
Una posición complementaria en torno a este tema, la mañana del martes 20, fue el supuesto e inminente anuncio del gabinete, formulado por Richard Rojas, secretario nacional de organización de Perú Libre. Llegada la noche, sin embargo, no se concretó ningún anuncio. Persistió, en cambio, la circulación en redes de distintos elencos, unos menos creíbles que otros.
Pero el gabinete no es el único en que se escuchan voces desarticuladas. También las hay en torno al manoseado tema de la asamblea constituyente, aquella urgencia mentirosa que un sector del futuro oficialismo no deja de impulsar. En la alocución ante sus simpatizantes, Castillo no se refirió al tema. Parece migrar, más bien, a una agenda urgente mínima, con la pandemia como prioridad.
Minutos después, sin embargo, en un programa televisivo nocturno, la excandidata al Parlamento Zaira Arias insistió en el tema. Dijo que la Constitución de 1993 se respetaría “hasta que el pueblo decida cambiarla, para traer la asamblea constituyente” (“2021”, 19/7/2021).
Es natural que un gobierno entrante presente algo de desorden, sobre todo cuando la transferencia es tan breve. El anuncio del primer gabinete —ojalá pronto, al menos en PCM y MEF— debería atenuar el caos y darle la palabra a los voceros autorizados. Pero nada garantiza que eso suceda. Los múltiples frentes de presión interna y la inexperiencia a cuestas, más bien, anuncian un gobierno en que el presidente optará por escuchar muchas voces.
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