Tenemos Nadine para rato y el guion está escrito para muchos de los actores.
Los Humala: Ellos insistirán en que las investigaciones en su contra constituyen una cacería de carácter político. Así, además de tratar de deslegitimar de esta forma esos procesos frente a la opinión pública, intentarán construir un caso para solicitar asilo si las cosas se les ponen color de hormiga en las cortes. Ya la cantó el ex presidente el viernes cuando señaló que “lo que estamos viendo hoy día es una clara interferencia del Poder Ejecutivo para presionar al Poder Judicial” y que el pedido de prisión preventiva de su esposa “podría verse como persecución política”.
El fujimorismo y el aprismo: Los congresistas de estas bancadas, por supuesto, aprovecharán la oportunidad para interpretar el rol de persecutores de la corrupción y, por qué no, para saldar algunas cuentas con los líderes del nacionalismo. El primer rol, por supuesto, es totalmente legítimo, pero una posible sensación pública de encarnizamiento puede darles en la yema del gusto a los Humala. No sorprendería que los congresistas naranjas y los del partido de la estrella terminen, al no poder controlar el apanado que se mueren de ganas de protagonizar, regalándole a la ex pareja presidencial los argumentos que esta está buscando para victimizarse. Y esto podría regresar como un búmeran contra los congresistas pues, a la larga quedarían como los que, con su torpe actuar, facilitaron que los Humala se vistan de perseguidos políticos.
PPK: A él también le viene salpicando el Caso Nadine. El presidente ha recibido ataques de quienes responsabilizan al gobierno por no tomar acciones oportunas en este caso. Algunos, como el congresista fujimorista Héctor Becerril, han llegado a acusar un complot. Según este último, existió “concertación de voluntades” entre el juez, el fiscal y el canciller para facilitar la salida de Heredia del país. Más allá de que no existe ninguna evidencia de esto último, lo cierto es que lo que suceda de ahora en adelante con Nadine le puede costar al gobierno. Si Heredia logra evadir la justicia por cualquier vía, la oposición está lista para endosarle la cuenta al oficialismo. Y esto podría tener un gran costo en la popularidad de PPK, quien a ojos de la población se pintaría como incapaz de perseguir a los acusados de corrupción.
Verónika Mendoza: Quien tampoco debe estar nada contenta con que el caso de Nadine nuevamente tenga tantos reflectores es la ex candidata presidencial. Y es que ella, a fin de cuentas, está también involucrada en la historia de las agendas y participó con la ex primera dama en las relaciones con Venezuela, de donde se especula que provino el dinero que el fiscal sospecha que financió al Partido Nacionalista y que terminó en las cuentas de Nadine. Esta investigación, sin duda, es muy mala prensa para la política de izquierda y para sus aspiraciones presidenciales.
La política peruana, nuevamente, se ha nadinizado. Y, como sucedió en el pasado, todo apunta a que todos los actores que participen de esta comedia terminarán salpicados.
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— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 26 de noviembre de 2016