Un 48% aprueba el desempeño de Pedro Castillo en estos inciertos días (en contraste con solo un 30% que aprueba el papel de Keiko Fujimori).
Un 48% aprueba el desempeño de Pedro Castillo en estos inciertos días (en contraste con solo un 30% que aprueba el papel de Keiko Fujimori).
Omar Awapara

Tras un fin de semana agitado, con marchas que aparecen simultáneamente como el estertor de una campaña electoral interminable, pero también como el augurio de nuevas luchas políticas, nos acercamos hacia el mes de las proclamaciones formales y la juramentación de un nuevo jefe del Estado a partir del 28 de julio del 2021.

Dado que todo hace indicar que será el nuevo presidente, es interesante leer la encuesta de Ipsos publicada el domingo en este Diario a la luz de lo que sería su legitimidad de partida.

Así, de acuerdo al sondeo nacional, un 48% aprueba el desempeño de Pedro Castillo en estos inciertos días (en contraste con solo un 30% que aprueba el papel de Keiko Fujimori). Es una muy ligera diferencia respecto a lo que fue su votación el 6 de junio, que probablemente aumente algo en los próximos días tras la sorpresiva invitación a Julio Velarde a permanecer en el BCR y la eventual proclamación que ponga fin oficialmente a la campaña.

Sin embargo, también es una opción que la incertidumbre de estos días y la prolongación de la campaña mediática fujimorista (y aliados), y su insistencia en un fraude no demostrado, mermen su legitimidad de origen, y no llegue a comenzar con porcentajes similares a sus antecesores.

En la encuesta de Ipsos publicada el 20 de junio del 2016, el “presidente electo” era aprobado por el 50% de la ciudadanía, y su desaprobación alcanzaba el 27%. Un mes después, poco antes de juramentar, su aprobación subía al 56%, y alcanzaría el 61% tras su discurso de 28 de julio.

En el 2011, llegó a tener 70% de aprobación como presidente electo en junio, pero el viaje de su hermano Alexis a Rusia antes de su juramentación le restó casi 30 puntos, para llegar a julio con 41%. En sus primeros dos meses, sin embargo, lograría rebotar hasta llegar al 65% de aprobación.

Lo que estos precedentes parecen indicar es que la legitimidad, de la que tanto se habla en estos días, parte del proceso electoral pero se construye también sobre la marcha. Las decisiones que se vayan tomando, y la prevalencia o no de Vladimir Cerrón en el entorno de Castillo (en tanto 90% de los entrevistados cree que no debería tener participación alguna en el gobierno) serán determinantes.

También será importante el rol de la oposición, que a diferencia de comicios pasados ha apuntado a cuestionar la legitimidad de origen del próximo presidente. En una muy recomendable entrevista que le hace Mauricio Saravia en el portal Sudaca, Guillermo Nugent discute en una parte sobre la relación entre legitimidad y autoridad, y apunta que la legitimidad del presidente dependerá de cuán visible sea su autoridad. Aunque Nugent espera que sea solo una minoría la que finalmente no le reconozca legitimidad a la autoridad que hemos elegido en las urnas, ya hay una corriente vocal pero impopular que no cejará en ese discurso y a la que Castillo podría confrontar en busca de la construcción y concentración del poder.

VIDEO RECOMENDADO:

Jorge Luis Salas Arenas, presidente del JNE, rechazó que se hable de fraude en las decisiones del ente electoral. (Fuente: JNE)
Jorge Luis Salas Arenas, presidente del JNE, rechazó que se hable de fraude en las decisiones del ente electoral. (Fuente: JNE)

Contenido sugerido

Contenido GEC