Un foco bien puesto [Editorial]
Un foco bien puesto [Editorial]
Redacción EC

El domingo se publicó una entrevista a la flamante presidenta del Partido Nacionalista. En ella, descalificó a quienes cuestionaron el secretismo de la reunión entre su esposo y el ex presidente de la comisión que investiga el Caso López Meneses. Ella señaló: “Pierden el foco de las cosas, al final todos somos sospechosos y nadie se puede reunir con nadie. ¡Hazme el favor!”. La también primera dama, además, cuestionó la investigación de la oposición diciendo: “Habría que preguntarse quién se está beneficiando con una comisión que hasta este momento está inoperante”.

Vale la pena resaltar que, en lo que toca a la investigación del escándalo de la protección al operador montesinista, por lo menos este Diario sí tiene el foco apuntando hacia la dirección correcta. Y, para demostrarlo, queremos volver a alumbrar dos hechos que no deben pasar desapercibidos.

El primero es que diera la impresión de que la recurrente explicación del oficialismo de que se trataría de busca distraer a la opinión pública de la verdad de los hechos, pues hay abundantes indicios que desmienten dicha versión.

Hagamos un recuento de algunos de ellos. No se explica aún cómo pudo montarse una operación de protección de tal magnitud sin que lo supiesen instancias superiores, más aún cuando el presidente y su esposa cruzan por la calle en cuestión de manera regular y lo natural habría sido que les llamase la atención que algún ciudadano recibiese mayor protección policial que sus propios ministros. Además, recordemos que se confirmó que alguien se comunicaba desde dos locales del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas con el celular que sirvió para solicitar la protección a López Meneses. Tenemos también el registro de visitas que prueba que el mencionado señor acudía con frecuencia, desde el segundo semestre del 2011, al Cuartel General del Ejército. No nos olvidemos tampoco de que el alcalde de Surco ha declarado que fue el jefe del Comando Conjunto quien le solicitó que aumentase la protección en la zona. De igual modo, no se sabe aún cómo así se perdieron los registros de visitas del penal San Jorge que probarían con quiénes se reunía el operador de Montesinos mientras se encontraba en la cárcel.

Asimismo, ahí está el testimonio de Ítalo Ponce, quien fue coordinador de campaña del nacionalismo, de que Humala le encargó reunirse con López Meneses y este último aportó teléfonos celulares y una camioneta al partido. Recordemos también que todavía no se aclara por qué el congresista oficialista y ex ministro de Defensa Urquizo intercedía ante las Fuerzas Armadas para favorecer al tío de López Meneses. Por último, el gobierno, a pesar de señalar que tiene la seguridad de que este es un caso de corrupción policial, no ha podido responder a cambio de qué servicios recibía López Meneses los beneficios, quién usufructuaba de esos servicios y, finalmente, para qué plan los usufructuaba.

El segundo hecho que queremos alumbrar es que el nacionalismo ha hecho todo lo que ha estado en su poder por entrampar a la comisión investigadora (lo que da la impresión, respondiendo a la pregunta de la primera dama, de que él se beneficiaría con su inoperancia). Primero, intentó impedir que se forme una comisión independiente. Luego, trató de bloquear que se debatiese en el pleno la formación de una comisión multipartidaria y presionó para que la investigación empiece absurdamente en 1990.

Además, la presidencia del Congreso, en manos nacionalistas, no ha brindado a la comisión recursos para realizar su trabajo.

Según el congresista Díaz Dios, sus miembros no tienen sillas, escritorios ni computadoras, y se les ha asignado solo un asesor. Algo que contrasta con los recursos del grupo que investiga al gobierno anterior, al que se le ha permitido gastar S/.1,5 millones y que cuenta con 15 asesores. ¿Por qué se arma una megacomisión para investigar a la oposición y una ‘microcomisión’ para investigar el Caso López Meneses?

El foco, como puede verse, no lo hemos perdido. Más bien, pareciese que el oficialismo quisiera que el mismo se apague, para que no alumbre algo que a este no le conviene mostrar.