Las menciones al comunismo y el marxismo se han vuelto comunes de cara a la segunda vuelta de las presentes elecciones. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
Las menciones al comunismo y el marxismo se han vuelto comunes de cara a la segunda vuelta de las presentes elecciones. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
Fernando Vivas

Tan lejos como en 1852, cuatro años después de escribir el “Manifiesto comunista” con Frederic Engels, Carlos Marx se quejó en una carta a su amigo ‘Weywy’ (Joseph Weydemeyer) de que le achacaban a él la invención de las clases sociales y su eterno lío. Marx le cita a Weywy, declaraciones de Benjamin Disraeli, entonces ministro de Hacienda británico, y un editorial del “London Times”, que repudian la manía de alguna gente de dividir la sociedad en clases enfrentadas. Algo así, como cuando Keiko Fujimori, 170 años después, repite, “no promovemos la lucha de clases”. Volviendo a 1852, Marx, molesto, suelta este párrafo que se ha convertido en uno de sus clásicos:

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