María Corina Machado, exdiputada y precandidata de la oposición venezolana, comenta el intenso momento que vive Venezuela, los alcances de la inhabilitación en su contra, el clima previo a las elecciones primarias y el nuevo tiempo de la oposición en su esfuerzo por derrotar a Nicolás Maduro, luego de varios intentos fallidos.
— En Venezuela, cada elección es como una gran batalla. ¿Cómo percibe el clima electoral actual, con miras a las primarias?
Siento que la sociedad venezolana ha ido asumiendo esta lucha como algo que va mucho más allá de lo electoral, y ha adquirido una dimensión espiritual, es realmente una lucha entre el bien y el mal. Muchos venezolanos sienten que la elección presidencial del 2024 es su última oportunidad: la última oportunidad de que no se le vaya otro de sus hijos, que no pierda el negocio, para muchos abuelos es la última oportunidad de conocer a sus nietos, a quienes solo ven por WhatsApp. Entonces, esto le ha dado una dimensión existencial a esta lucha. El régimen no tiene escrúpulos, hará lo que sea por mantener el poder; lo importante es lo que podemos hacer nosotros.
— Concretamente, y tratando de encontrar algún argumento, ¿por qué la inhabilitaron?
Es que nadie puede explicarlo en términos jurídicos, no tiene pies ni cabeza. Ellos me inhabilitaron en el 2015 para que no pudiera participar en la elección para la Asamblea Nacional. Como no pudieron encontrarme nada, inventaron que en mi declaración jurada de bienes no había reportado unos tickets de comida por concepto de un dólar mensual, y por eso me dieron la pena máxima, que son 12 meses. Se cumplieron los 12 meses hace siete años, y ahora vendrán a decir que me robé un avión, que soy la culpable de la migración. Pero le digo algo: cometieron un gran error. La desesperación es mala consejera: ellos saben que han perdido a su gente, y saben que los estoy recibiendo con los brazos abiertos. Eso los llevó a buscar neutralizarme, pero lo que han logrado es todo lo contrario, le han dado a la primaria un sentido épico: ahora no es entre candidatos, ahora vamos contra el régimen.
— Hace un momento dijo que para muchos venezolanos esta es la última oportunidad. Eso puede entenderse también desde otro lado: ¿hay un cansancio ciudadano? Van años de lucha, pero nada cambia.
Yo no creo que haya un sentimiento derrotista; creo que se ha despertado una profunda conciencia ética e histórica en los venezolanos.
— Leí una columna suya escrita hace pocas semanas. Allí dice: “La inhabilitación es un obstáculo pequeño en comparación con lo que tenemos por delante”. ¿Qué vendría después?
Enfrentar una tiranía que ha estado dispuesta a someter a un país al hambre como mecanismo de control; que ha estado dispuesta a entregar la mitad de nuestro territorio al crimen organizado; que ha firmado convenios con Rusia, con China e Irán; que tiene tratos con los cárteles mexicanos de la droga, con la guerrilla colombiana, con grupos terroristas islámicos como mecanismo de soporte para quedarse indefinidamente y desestabilizar las democracias liberales de América Latina. Acá nadie se chupa el dedo, esta no es una elección con pitos y cancioncitas: nosotros vamos a una primaria para elegir un líder que tiene que alinear a todo un país y organizarlo para dar una lucha. Sacar a Maduro, desmontar este sistema e iniciar un proceso de transición ordenado, nos va a llevar a que en muy poco tiempo se detenga la migración y muchos venezolanos regresen.
— ¿Qué ha cambiado en la oposición? ¿Qué ha cambiado en usted? Durante años no quiso ir por la ruta electoral porque significaba jugar las mismas reglas de Nicolás Maduro. ¿Por qué ahora sí?
Muchas cosas han cambiado. A nivel de la oposición, se demostró que el país no quiere una unidad de pactos entre partidos, sino de la ciudadanía. La oposición está en un proceso de transformación completa.
— ¿Fue muy personalista la posición en estos años?
Hay que hacer justicia a la dificultad de los momentos que vivimos. Estamos enfrentando a un régimen sin escrúpulos y con toda la plata del mundo.
— Los hostigamientos contra usted comenzaron en el 2005, con Hugo Chávez, y continuaron con su sucesor. ¿Este es el momento más difícil que atraviesa? Lo digo porque está cerca de liderar la oposición pero, al mismo tiempo, bloqueada por el régimen.
No creo que sea el momento más difícil; esta es la mayor oportunidad para Venezuela, y siento una gran responsabilidad. Lo que hoy tenemos ha sido producto de miles de personas que han luchado y de millones que están afuera. Sí, hemos cometido errores, pero hemos aprendido. Venezuela ha demostrado que tiene un espíritu recio, rebelde y libertario. Yo no sé si otros pueblos hubieran aguantado tanto.
— ¿Percibe que los países de la región que antes apoyaron la causa venezolana han enfriado su entusiasmo? ¿Siente que ya nadie se interesa por Venezuela?
Ha sido una lucha muy larga, y entiendo que a veces la gente se decepciona. Ha habido errores muy graves de la dirección política opositora. Lo que yo le digo al mundo es: prepárense para la derrota de Maduro. El régimen buscó convencer a todo el mundo de que eran invencibles, y quieren que nos sintamos derrotados, pero la pelea se gana peleando y el pueblo de Venezuela ha decidido pelear. Queremos dar una lucha cívica para garantizar que en el 2024 podremos votar. Piensen lo que va a significar la liberación de Venezuela, piensen las consecuencias que esto va a tener para Nicaragua, Cuba y otros países de la región. Habrá muchos obstáculos y muchas barreras por derribar, la inhabilitación es solo una más.
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