Ya es oficial, a partir del 1 de julio se levanta la cuarentena en Lima y en la mayoría de departamentos del país. Tras uno de los confinamientos más prolongados del mundo, nos toca retornar poco a poco a nuestra cotidianidad, pero con extremo cuidado y tomando todas las precauciones para prevenir el contagio.
Según las cifras que diariamente da a conocer el Ministerio de Salud ayer, se registraron 9.317 personas fallecidas, 182 más que el día anterior. Queda claro entonces que el levantamiento de la cuarentena no significa de modo alguno que le estemos ganando la batalla al virus, sino que es un tácito reconocimiento de que resulta inviable prorrogar el aislamiento social obligatorio.
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Como lo hemos dicho en anteriores oportunidades, la cuarentena no ha traído los resultados esperados y no podemos seguir culpando a la población, que ha respondido con entereza durante más de 100 días. Además, hace rato que vivimos un levantamiento ‘fáctico’ de la cuarentena.
El 6 de marzo de este año, Martín Vizcarra informaba desde Palacio de Gobierno la detección del primer caso de coronavirus en el Perú. Entonces pedía calma y serenidad al pueblo peruano, y nos decía que debíamos confiar “en las capacidades del sistema de salud”.
Tras el fracaso en el manejo de la pandemia, pareciera que Vizcarra Cornejo le retiró la confianza al sistema de salud, pues durante su última aparición pública para hacer un balance de los 100 días de la cuarentena dijo que la crisis sanitaria que padecemos “son problemas estructurales del país, graves falencias y deficiencias que debieron haber sido resueltas hace mucho tiempo. Algunos nos exigen que resolvamos los problemas del país en 100 días, los que no se han resuelto en 100 años”.
Vizcarra gobierna el país desde marzo del 2018, prometió la construcción de colegios y hospitales, y durante su administración se nombró al 2020 como el Año de la Universalización de la Salud. No hubiera sido mala idea llamarlo “Año de los problemas estructurales de salud”. Es inaudito que desde el poder se pretenda responsabilizar a los demás sin evaluar las equivocaciones propias.
Por poner un ejemplo, ¿cómo se entiende que los respiradores comprados a China al inicio de la emergencia lleguen recién el 30 de junio? Sabemos que países como Chile enviaron un avión de su Fuerza Aérea para recoger el mismo material a China hace algunos meses. Pero “el problema es estructural”, dicen.
El 15 de marzo se declaró el estado de emergencia y el aislamiento social obligatorio. Entonces había 71 personas contagiadas y ningún fallecido. ¡Qué duda cabe de que en ese momento la medida fue oportuna y necesaria! Lamentablemente, decisiones erráticas en su implementación nos llevaron a la situación en la que nos encontramos, con 9.317 personas fallecidas y 279. 419 contagiadas.
Seamos conscientes de que en adelante el cuidado de nuestra salud será más que nunca nuestra responsabilidad. Actuemos con libertad y responsabilidad, que de esta vamos a salir. Los peruanos hemos superado muchas crisis, sabemos lo que es enterrar y llorar a nuestros muertos. Ni el coronavirus ni un gobierno incompetente podrán con nosotros.
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