El Frente Popular Agrícola FIA del Perú (Frepap) es un partido político que nace –y se sostiene hasta hoy– de una agrupación religiosa instituida por Ezequiel Ataucusi Gamonal el 27 de octubre de 1968, semanas después del golpe de Estado que llevó al poder al general Juan Velasco Alvarado.
Esta iglesia, la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), combina enseñanzas de la Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento, con elementos de la cultura incaica y andina.
“Ellos creen que la segunda venida de Cristo es Ezequiel Ataucusi Gamonal, tanto así que hablan de Jesús como el Cristo de Oriente y de Ataucusi como el de Occidente”, explica José Luis Pérez Guadalupe, teólogo y docente de la Universidad del Pacífico.
Para los israelitas del nuevo pacto, la Biblia es el libro sagrado y sus vidas se rigen por los diez mandamientos o Ley Real. Estos son una síntesis de versos bíblicos que, en su gran mayoría, coinciden con el decálogo que los católicos y evangélicos aprenden desde el colegio.
En su libro “El Tahuantinsuyo bíblico”, Juan Ossio, doctor en Antropología, explica que en los israelitas hay diversidad étnica, y se identifica “un origen claramente rural y cierta experiencia migratoria”. Inicialmente, la gran mayoría eran personas de condición social precaria.
El antropólogo Carlos Ráez, estudioso de Aeminpu, acota que este perfil ha evolucionado: si bien es cierto que hay una base de personas provenientes de estratos socioeconómicos bajos, hay seguidores con estudios superiores, profesionales y que desempeñan trabajos más sofisticados.
No hay una cifra oficial de peruanos que practiquen la doctrina religiosa que instauró Ataucusi, aunque los estudiosos del tema calculan que podrían ser entre 100.000 y 500.000 distribuidos en diferentes regiones del país.
—Credo político—
El Frepap fue fundado en setiembre de 1989 también por Ezequiel Ataucusi, quien postuló sin éxito a la presidencia en tres elecciones consecutivas (1990, 1995 y 2000).
La iglesia se convirtió en un soporte logístico para el partido: sus templos y centros de reunión pasaron a ser espacios para la realización de mítines y otras actividades políticas.
En su tesis “Liderazgos y legitimación: la organización y la congregación israelitas (2001-2014)”, Carlos Ráez menciona que el partido político es uno de los tres pilares de la asociación israelita. Los otros dos, el eclesiástico y el administrativo, son responsabilidad de Aeminpu.
La página web del Frepap desarrolla de forma concisa su visión política del país. Por ejemplo, considera que los principales problemas son “el centralismo, la corrupción y la desestabilización democrática”.
Entienden, además, que la agricultura –sector clave en el Israel bíblico en el que se inspiran y del que emulan incluso la vestimenta– es el sector más importante para el desarrollo del país.
“El partido no se cierra a que otras personas puedan integrarlo, pero al analizar su ideario entiendes que la mayoría que lo integra [es israelita]”, indica Ráez.
Aunque creen que el hombre y la mujer tienen roles complementarios, defienden que esta debe tener plena participación en política.
Las mujeres que pertenecen a Aeminpu pueden ejercer cargos en la agrupación, pero no efectuar actos como el ‘holocausto’, tampoco bautizar o casar a parejas de la comunidad.
Entre los objetivos del partido figuran “el desarrollo económico, la eliminación de la pobreza extrema y acabar con el analfabetismo”. Además de impulsores del agro, señalan que el Perú debe avanzar hacia el uso de energía renovable y preservar el medio ambiente.
“Su doctrina política es básicamente una doctrina religiosa. En su propuesta no hay nada extraordinario, ni bueno ni malo. No hay nada criticable tampoco, es bastante transversal”, concluye Pérez Guadalupe.
En su tesis, Ráez coincide con la postura de Pérez Guadalupe. “La actividad política [del Frepap] asumió primordialmente una función de divulgación de la prédica religiosa”, menciona el antropólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.