El primer ministro Vicente Zeballos afirmó que la titular de Justicia, Ana Teresa Revilla, así como el resto del Gabinete están en permanente evaluación. “A un ministro de Estado no se le puede evaluar por un comentario, un exabrupto, es un comentario impertinente. A un ministro se le evalúa de manera integral”, señaló.
Zeballos hizo esta declaración en conferencia de prensa tras ser consultado sobre la situación de Revilla ante la controversia surgida por sus declaraciones sobre el feminicidio de Jesica Tejeda.
“[Estas expresiones] deben ser asumidas como un exabrupto, una expresión incorrecta, pero eso en absoluto debe confundir lo que es el actuar del gobierno”, señaló.
Pese a que ayer en la mañana el presidente Martín Vizcarra había señalado que este tema sería abordado en la sesión del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos afirmó que no fue tratado. El primer ministro tampoco dio detalles sobre la reunión que habrían sostenido Revilla y Vizcarra.
Este Diario intentó comunicarse con Ana Teresa Revilla, pero la ministra no respondió.
Para el analista político Jeffrey Radzinsky, hay dos temas de fondo detrás de esta controversia. “El primero es la poca pericia política de los miembros del Gabinete, es sintomático. En su intento de disculpas, ella dice que es técnica, y eso es absurdo porque un ministro es político”, señaló.
El segundo punto, afirma, es la falta de reacción rápida. Radzinsky sostiene que estos temas se reflejan en la diferencia entre la alta aprobación del presidente Vizcarra y el bajo respaldo al gobierno en su conjunto.
La politóloga María Alejandra Campos coincide con Radzinsky. Señala que los gabinetes de Vizcarra no han tenido habilidades políticas y a estas alturas deberían haber implementado una estrategia intensiva que incluya ‘media training’ y darles protocolos para sus respuestas.
“Este caso es un error grave que amerita que el gobierno pida disculpas. Pero si permite que la ministra caiga por un error de esa naturaleza, demostraría una debilidad que no se condice con la realidad. El gobierno tiene que saber ponderar la presión mediática y ciudadana. [El cambio de ministra] no es una decisión que se deba tomar a la ligera”, señaló.