El último 22 de mayo, Alessandra Herrera juró por segunda vez como ministra de Energía y Minas. Era la quinta ocasión en que el gobierno de Pedro Castillo –en sus apenas diez meses– oficializaba a un titular en esa cartera. Si bien la designación de Herrera ha sido bien recibida por exfuncionarios de otras gestiones, el sector viene de experimentar una constante inestabilidad por nombramientos fallidos.
En una comparativa con los últimos seis períodos presidenciales, un mismo ministro podía mantenerse al mando del Minem durante un rango de 192 a 912 días en promedio. No obstante, en la actual administración la media se reduce a solo 62 días. En el caso de los viceministerios, sus titulares solían durar más de 300 días, mientras que ahora no llegan a los 3 meses en promedio.
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En la secretaría y las direcciones generales del Minem, la rotación es similar. Actualmente, de las diez direcciones generales, dos se encuentran con designaciones temporales por la salida de sus titulares, y cuatro han sido oficializadas hace menos de 80 días. En el caso del cargo de secretario general del ministerio, ya hubo dos rotaciones.
Recientes remociones
El último 30 de mayo, a través de una resolución directoral, se oficializó una de las más recientes rotaciones entre los mandos medios del Ministerio de Energía y Minas. Se trató de Melvin Neber Flores Vilca, quien se había desempeñado hasta esa fecha como director general de Minería. El paso del ingeniero por ese despacho duró un total de 49 días y fue cuestionado desde el inicio, pues registraba denuncias pasadas, además de investigaciones fiscales por robo y usurpación.
Otra remoción producida hace poco es la de Loly Herrera Lavado, quien fuera nombrado secretario general del ministerio. Permaneció 104 días, desde el 11 de febrero hasta el 26 de mayo. Herrera, abogado de profesión, trabajó como defensor legal de la madre de Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, en un caso por difamación agravada.
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Tanto en la designación de Herrera como en la de Flores, el punto en común era la cercanía con el partido del lápiz. Los nombramientos fueron firmados en su momento por el ahora exministro de Energía y Minas, Carlos Palacios, militante inscrito de la organización política y también cuestionado por falta de experiencia en el sector y registro de una denuncia fiscal por nombramiento ilegal. Palacios fue reemplazado por Alessandra Herrera tras permanecer en el cargo 107 días.
“Para ser honesto, la gestión en el Ministerio de Energía y Minas es muy difícil si uno no conoce los temas técnicos, relacionados con la minería, los hidrocarburos o la electricidad. Esos temas se expresan en términos legales y decisiones y, por tanto, el conocimiento es fundamental. Ahora, si bien el ministro que salió [Palacios] tenía la profesión de ingeniero, hubo cierta impresión de que el ejercicio de su puesto estaba más movido por razones político-partidarias. Esos tipos de nombramientos [de personas no calificadas o donde prima el cuoteo] siempre son dañinos”, comentó a El Comercio el exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi.
Para el exviceministro de Energía, Pedro Gamio, las malas designaciones dentro del Minem en la era Castillo representan “el agravamiento de una crisis que ya existía en la Administración Pública” por falta de impulso a la meritocracia. Esto, en referencia a que, en las últimas décadas, se ha perdido la preferencia por los méritos, la trayectoria, la experiencia y la buena reputación al momento de asignar cargos de confianza.
“Hace 30 años, eso ya era un problema, pero ahora [en este gobierno] ese problema es masivo. Un ministerio tan técnico como este requiere de personas con las calificaciones y la solvencia ética que las haga durar en los cargos. Colocar a personas que no cuentan con experiencia ni idoneidad, solamente por razones de amistad o de vínculo político, termina dañando al Estado porque se paraliza trabajo valioso, y al propio gobierno porque no se consiguen esos logros que tanto se prometen”, dijo Gamio a este Diario.
En el sector, aún permanecen algunos funcionarios con cuota partidaria. El actual viceministro de Hidrocarburos, Rafael Reyes, es afiliado a Perú Libre, al igual que el director de Asuntos Ambientales Mineros, Venancio Navarro, y de Promoción y Sostenibilidad Minera, Kaimer Dolmos. En el caso de Navarro, la Contraloría había emitido en su momento una alerta por falta de sustento documentario en su CV. En tanto, Dolmos fue recolocado en octubre en esa misma oficina luego de 58 días de haber salido.
El exministro Herrera Descalzi sugirió que una nueva rotación no sería negativa en tanto se logre dar con mejores perfiles en ciertos casos.
Conflictos sociales y diversificación energética
Ambos exfuncionarios consultados para este informe señalaron que el Ministerio de Energía y Minas debería priorizar temas descuidados, como la masificación del gas natural y la resolución de conflictos mineros. Lo primero, para amortiguar el impacto de la crisis global por el alza de precios de los combustibles, y lo segundo, para generar desarrollo a la par de trabajo en las zonas de proyectos.
“La crisis internacional nos obliga a defender el privilegio de tener recursos para un escudo de protección de las economías familiares en el Perú. El tener gas natural del Lote 88 al precio más barato del mundo y que no se haya masificado para reducir a la mitad el uso del diésel o del GLP ni para modernizar el transporte es un tema a considerar. Esta diversificación eficiente de la matriz energética está pendiente. El Perú tiene cómo defenderse de la crisis, pero la hoja de ruta para ello requiere de personas competentes, con experiencia multidisciplinaria y que puedan hacer un trabajo articulado”, expresó el exviceministro Pedro Gamio.
Uno de los conflictos sociales que más ha escalado en las últimas semanas por presencia de la minería es el de Las Bambas, en Apurímac. La paralización de actividades de la empresa MMG-Las Bambas ya lleva más de 50 días. El Ejecutivo aún no determina un acuerdo con las comunidades que protestan, y los trabajadores de la compañía que viven en la zona han visto suspendida su fuente de ingresos.
El exministro Herrera Descalzi sostiene que la clave en el diálogo es el liderazgo. No obstante, estima que la situación de un ministro de Energía y Minas se torna compleja cuando no hay sintonía de lo que se debe hacer entre las autoridades más altas, como pueden ser el jefe de Gabinete y el presidente de la República. Por su parte, el exviceministro Gamio explicó que los conflictos disminuirán en la medida que se demuestre el desarrollo responsable que pueden generar los proyectos mineros en favor de la población y que la crisis de autoridad se debe superar cuando va de la mano con orden y atención de demandas sobre salud y educación.