Manuel Merino, el tercer presidente del quinquenio | PERFIL

El primero de estos, Fernando Belaunde, fue el único de ellos que logró ser elegido en las urnas en dos ocasiones. El siguiente, Valentín Paniagua, llegó a la presidencia por la misma vía: de presidente del Congreso pasó a la jefatura del Estado tras la vacancia del entonces mandatario Alberto Fujimori, con la finalidad de llevar la transición hacia la democracia.

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Pero las circunstancias eran muy distintas. Fujimori había presentado su renuncia desde el extranjero, luego de haber iniciado su tercer periodo en medio de hechos de corrupción y una elección fraudulenta. Ahora, Vizcarra se presentó en el pleno del Congreso para ejercer su defensa de las imputaciones que se les hace –aunque haya caído en imprecisiones–, con un proceso electoral convocado.

El respaldo hacia Merino no ha sido unánime en Acción Popular. En las últimas sesiones del comité político partidario no todos apoyaban la idea de aprobar la vacancia de Vizcarra, y que Merino asuma la presidencia para terminar este periodo de gobierno. “No era el momento ni el personaje” dijo uno de ellos en uno de los encuentros, según fuentes de este Diario.

Merino llegó a este Congreso con 5.271 votos. Fue el tercer candidato más votado de Tumbes, pero aun así logró obtener una de las dos curules de su región debido a la cifra repartidora. Su votación histórica nunca fue muy alta por la pequeña población tumbesina. En el 2001 y el 2011, cuando fue elegido congresista, superó los 9 mil votos.

El próximo presidente llegó a esta posición por ser el único congresista electo de Acción Popular para el periodo complementario 2020-2021 con experiencia. Cuando empezó este periodo parlamentario, le correspondía la conducción de la Mesa Directiva a AP por ser la bancada más votada. De los 24 elegidos, solo Merino había sido parlamentario y vicepresidente del Congreso, por lo que recibió el respaldo de un importante sector de la bancada.

Su conducción del Parlamento fue muy criticada. En principio, por la realización de sesiones presenciales cuando la pandemia por el nuevo coronavirus ya había llegado al país. Poco después, se descubrió que congresistas de varias bancadas se habían contagiado de COVID-19.

Uno de los objetivos de su gestión fue implementar un sistema de votación electrónico remoto para agilizar las sesiones. Pero hasta hoy, que asume la presidencia, no se instaló.

Otro cuestionamiento fuertes en temas éticos fue la revelación de que sus familiares habían realizado contratos con el Estado por más de S/200 mil, durante su anterior gestión parlamentaria, según “Punto Final”. Pero Merino rechazó que él haya tenido influencias para que obtengan esos contratos.

Pero también ha sido cuestionado por la forma en la que ha conducido este periodo congresal. Varias de las sesiones –incluyendo la primera modificación a la inmunidad parlamentaria y el voto de confianza al gabinete de Pedro Cateriano– se realizaron de madrugada, y se tomaron decisiones mientras gran parte del público dormía. Solo cambiaron esta dinámica después de que el Tribunal Constitucional emitiera la resolución declararon inconstitucional la suspensión del cobro de peajes en la que criticara las sesiones de amanecida. Antes, las críticas públicas no los hicieron cambiar.

El último motivo por el que fue cuestionado fue la larga demora en poner en agenda de la Comisión Permanente las acusaciones constitucionales contra el presidente de la Comisión de Fiscalización, Edgar Alarcón. Merino también fue criticado por permitir que Alarcón exponga unos audios entre Vizcarra y la exsecretaria general de Palacio, Mirian Morales, y la exasistenta Karem Roca, sin que hayan pasado primero por la comisión que investigaba el Caso Richard Swing.

Una fuente de este Diario describió a Merino como una persona “incapaz de cometer una barbaridad, pero no tiene carácter para impedir que otros la cometan”.

Durante el primer proceso de vacancia contra Vizcarra, el Frente Amplio impulsó una fallida moción de censura contra Merino por haberse puesto en contacto con el entonces comandante general de la Marina, almirante AP Fernando Cerdán, e intentar hacer lo mismo con el jefe del Comando Conjunto, general EP César Astudillo.

Según IDL-Reporteros, el presidente del Congreso le habría informado sobre el proceso de vacancia que se había emprendido. En respuesta, Merino señaló que no hubo un complot, y que buscó dar tranquilidad al posible cambio de mando.

A lo largo del periodo, Merino ha estado alineado con el ala de centro derecha de la bancada. Esto no es una sorpresa, pues ya en la campaña había recibido el respaldo de Raúl Diez Canseco, quien hizo un recorrido por la costa norte con el que llegó hasta Tumbes.

Al cierre de la sesión del pleno, Merino convocó a la sesión de mañana martes a las 5 de la tarde en la que asumirá la presidencia. Tendrá que formar un nuevo gabinete en el corto plazo.

Con el congresista acciopopulista, tres presidentes habrán ocupado el máximo cargo de representación nacional para el periodo 2016-2021.

Anoche, en medio de la tensión sobre el proceso, Merino declaró que “la convocatoria a elecciones [realizada por Vizcarra] se mantiene”. Allí llamó “antidemocrática” a la actitud de los que han convocado a protestas contra la decisión del Congreso.

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