En febrero del 2013, durante la campaña de revocación, se introdujo otro fenómeno de las redes sociales en la política peruana: la viralización de los memes del No a la revocación de la entonces alcaldesa de Lima Susana Villarán.
Estas piezas de comunicación tenían como estructura los paneles publicitarios con la frase “Yo digo NO”. El asesor de Villarán en esa campaña fue Luis Favre, quien se acaba de incorporar al equipo del candidato de Alianza para el Progreso, César Acuña.
“Han aparecido memes pro Acuña o memes contra Acuña, ambos para reforzar la imagen del candidato. La estrategia de que su equipo cree memes en su contra se presta para que, ante la ‘ofensa’, Acuña refuerce su mensaje de ‘me tienen miedo porque soy un empresario que viene desde abajo’”, indica el experto Milton Vela.
Ideas fuerza y tendencias
Para el consultor de Electo, Víctor Aguilar, los memes responden a una moda instaurada en la campaña de revocación que no ha vuelto a repetir los efectos obtenidos en el 2013.
“Sirven para viralizar una idea fuerza, responden a tendencias. Pero también se han vuelto parte de las guerras sucias para insultar al adversario político, dañar su imagen o simplemente molestarlo”, indica. Y recuerda que en la pasada campaña municipal no tuvieron efecto como en la revocación.
Aguilar explica que la facilidad de compartir imágenes a través de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp hace de esta una herramienta muy útil para difundir algún tipo de circunstancia, especialmente durante los debates de televisión, mítines y entrevistas.
Uno de los recientes casos en los que se generaron más memes en esta campaña electoral fue CADE. Las redes sociales viralizaron rápidamente imágenes con frases que ironizaban sobre la lectura de César Acuña, la figura de Alan García, la tos de Pedro Pablo Kuczynski, la hoja de vida de Keiko Fujimori y la imagen de Alejandro Toledo en un triciclo de venta de helados.
Indicadores en Facebook
El indicador “Personas hablando de esto” representa un conjunto de actividades vinculadas con las páginas de los políticos en Facebook, como por ejemplo: los nuevos likes (me gusta), publicaciones, interacciones con las publicaciones (likes, comentarios, compartidos), menciones y etiquetados de la página. También toma en cuenta la asistencia a los eventos creados por el autor de la página pública.
Esta estadística es importante porque si bien la propaganda electoral aún no se percibe de manera significativa en radio ni en televisión, desde hace dos meses la promoción de los candidatos es continua en Internet, específicamente en Facebook y Twitter, plataformas en la que se publican las actividades de los aspirantes a la presidencia.
El número de fans no es equivalente a intención de voto ni a preferencias electorales. Lo importante es que los candidatos tengan claros cuáles son los objetivos de su estrategia en redes sociales, un vehículo que los ayudará a comunicarse con el electorado.
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— Política El Comercio (@Politica_ECpe) diciembre 24, 2015