El 6 de julio, con motivo de la celebración del día del maestro en el país, el presidente Pedro Castillo volvió a prometer a los docentes del sector público subir su sueldo a una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), que actualmente equivale a 4.600 soles, para el 2026. No obstante, esta promesa requiere de una evaluación y un plan presupuestario por parte del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que aún no se ha pronunciado al respecto.
Daniel Alfaro, exministro de Educación y líder de Propuestas del Bicentenario menciona que cuando en el 2008 se realizó una estimación para ver su viabilidad, el monto requerido para lograrlo equivalía al presupuesto actual de ocho ministerios, aquellos con menos fondos. “Esa promesa no tiene una posibilidad real de cumplirse”, sostiene.
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Este no es el único ofrecimiento que Castillo ha realizado durante sus primeros doce meses de gestión, y que no son viables o no ha podido cumplir. Entre los compromisos hechos para los 100 primeros días en su plan de gobierno de segunda vuelta, la campaña presidencial, su discurso de toma de mando, actividades oficiales y eventos partidarios, el mandatario ha realizado al menos 64 promesas para este primer año.
La Unidad de Periodismo de Datos analizó estos compromisos y halló que el 80% no se han cumplido. La mayoría se refiere a educación, economía y salud. Entre las promesas incumplidas se encuentra establecer Casas Respira en todos los centros poblados del país o asignar el 10% del PBI a la educación. 19 se hicieron para los 100 primeros días, 14 en campaña presidencial y 11 en actividades oficiales.
Solo ocho promesas se cumplieron o se encuentran en inicio, como vacunar al 70% de la población en 2021 o destinar S/ 1.000 millones para el pago de la deuda social del magisterio. “Se ha aprobado una ley que levanta una expectativa muy alta en los docentes por un cobro, pero esta no vino ha venido acompañada de un presupuesto adicional”, dice Alfaro.
Al respecto, el experto explica que este tipo de expectativas que se levantan en los docentes sin una opinión técnica del MEF, por ejemplo, genera una presión sobre el presupuesto y este tenga que destinar recursos, que en estos momentos son mucho más valiosos, a finalidades que no son las más prioritarias en medio de la crisis que vive la educación.
Factores para realizar compromisos al aire
El politólogo Paulo Vilca, Director del Observatorio Regional 50+1, menciona que no cumplir una promesa es un asunto percibido negativamente, lo que puede generar algún caso de conflictividad, dependiendo del tipo de ofrecimiento realizado. Además, afecta los niveles de aprobación del gobierno.
Vilca explica que existen cuatro factores que pueden explicar por qué se han hecho promesas al aire. En primer lugar, no existe un plan. “En general, el presidente no tenía, ni parece tener hasta ahora, una suerte de plan general”, sostiene. Por este motivo, muchas de las promesas y ofrecimientos responden más a situaciones que van ocurriendo en el día a día.
“El presidente va un consejo descentralizado, se identifica algún tipo de agenda y promete que la va a resolver, pero no es que esto corresponda a un tipo de agenda”, afirma. En consecuencia, muchos de estos ofrecimientos se pierden en el camino frente a nuevos problemas, nuevas demandas que van surgiendo.
En segundo lugar, está un punto transversal, Pedro Castillo ha ido cambiando constantemente de equipos técnicos y políticos. Hay una alta rotación de funcionarios. En ese sentido Vilca sostiene que el no contar con una suerte de equipo permanente no permite un seguimiento, dado que cada funcionario que entra, lo hace con su propia lógica, sus propios intereses, que se van disfrazando de prioridades del gobierno.
En tercer lugar, en este primer año no se ha contado con equipos que tengan una gran capacidad en términos de gestión publica. Llevar adelante el cumplimiento de una promesa no es un tema que pueda ocurrir en días, podría demorar años. Sin embargo, es peor si las personas que se encuentran a cargo de etas tareas no tienen experiencia, ya que no son expertos en gestión que puedan monitorear el cumplimiento de los ofrecimientos.
Por último, Vilca menciona que un cuarto factor es que la elección de Castillo generó altas expectativas en una parte de la población. El gobierno ha avanzando muy poco en cumplirlas. “Este es un gobierno con altas expectativas, que tenía que responder de manara especifica a un sector, y no ha podido hacerlo”, sostiene el experto.
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Golpe a la educación
El sector educación fue uno para los que más promesas se hicieron y que menos se pudieron cumplir. Daniel Alfaro sostiene que cuando el gobierno recibió el sector educación este ya se encontraba en una crisis. Se llevan un año y cuatro meses con las escuelas cerradas. “Esa crisis debió alertar de una inmediata acción para volver a abrir las escuelas para tratamiento socioemocional y recuperación de aprendizajes”, afirma Alfaro.
En ese sentido, considera que al inicio de la gestión sí se realizaron acciones positivas como contar con un equipo técnico, creado por el entonces ministro Juan Cadillo, y priorizar la vacunación de profesores y personal administrativo. Además, se dio de inmediato una declaración de emergencia del sector, que el experto señala pertinente para la situación que se afrontaba. “El estado de emergencia visibilizaba le daba la crisis educativa que hasta entonces no había tenido suficiente reflector”, señala Alfaro.
Sin embargo, al plan de emergencia le faltó urgencia. El primer indicador negativo es que al final de diciembre menos del 30% de escuelas había tenido alguna experiencia de reapertura, lo que daba un indicador de lo débil que había sido el plan para regresar a la presencialidad, pese a que se prometió realizar una gran cruzada para hacerlo y entregar fondos a entidades y programas del sector para garantizar buena infraestructura, agua y desagüe, entre otros.
Además, Alfaro considera que el Ministerio de Educación (Minedu) comenzó a debilitarse: en menos de un año se ha tenido tres lideres de cartera. “El Minedu tiene el presupuesto más grande de la nación y eso es complejo, no puedes cambiar a la cabeza cada tres meses”, advierte Alfaro, quien señala que esta situación ha afectado temas de gestión concreta, como la ejecución, que no ha ido al ritmo.
La asignación presupuestal a los temas más importantes y el gasto para cumplirlos no se ha dado. “La gestión no ha podido estar conectada a esta mayor necesidad y eso ha generado un vacio en la agenda educativa que lo ha estado llenando el Congreso con medidas populista y antireforma”, explica.
Aprovechamiento del Congreso
Para Paulo Vilca, el congreso ha sido opositor al gobierno y ha ejercido un control político de una manera rigurosa. Sin embargo, también ha encontrado mecanismos para relacionarse con el ejecutivo que le han permitido conseguir ciertos beneficios.
El tema de los niños es una muestra de ello. “El congreso ha sabido aprovecharse de las debilidades del ejecutivo”, sostiene Vilca, quien enfatiza en la cuota del parlamento para desestructurar reformas claves del estado. La más calara de ellas es el golpe a la reforma universitaria.
“Si ya tienes un gobierno débil, que no cumple sus promesas, todo se complica con un actor que busca acabar con toda una reforma. La gestión pública no va a avanzar así”, advierte Vilca.
Otras promesas
El Observatorio Regional 50+1 ha identificado 288 promesas realizadas por el ejecutivo durante los consejos descentralizados. 51 son ofrecimientos directos del presidente Pedro Castillo.
Vilca menciona que estos consejos son parte de una estrategia que el gobierno construyó como una respuesta política frente a la inestabilidad. El problema está en que han sido espacios más de índole política, que para mejorar la gestión pública o avanzar en el proceso de descentralización. “Es un gobierno que genera expectativas en la población a a partir del cumplimiento de las promesas y que al mismo tiempos utiliza esos espacios para confrontar a sus adversarios”, sostiene.
Según el análisis realizado, se tiene muy poco nivel de avance en el cumplimiento de estas promesas. Algunas de ellas podrían tomar años en concretarse. “De las siete promesas que registramos al inicio, vinculadas a temas legislativos, solamente se habían cumplido dos”, dice Vilca. Una sobre convocatoria a una asamblea constituyente y la otra sobre la presentación a una autógrafa de la ley que debilita a la Sunedu.
El experto señala que para llevar adelante una adecuada gestión publica se requiere tres cosas: equipos preparados, recursos y tiempo. No obstante, no se ha contado con presupuesto orientados ni equipos que logren llevar a cabo un plan y concretar proyectos.