Tanaka formó parte de la Comisión para la Reforma Política que planteó doce proyectos que han estado en debate desde el año pasado. (El Comercio / Paco Sanseviero).
Tanaka formó parte de la Comisión para la Reforma Política que planteó doce proyectos que han estado en debate desde el año pasado. (El Comercio / Paco Sanseviero).
/ PACO SANSEVIERO
Jonathan Castro

La decisión del Congreso sobre la inmunidad parlamentaria hizo que Martín Tanaka desistiera de participar en el consejo consultivo de la Comisión de Constitución. Para él, se debe garantizar unas elecciones ordenadas para afrontar los retos pendientes.

¿El domingo pasado fue un día histórico?

Ojalá que no. Si se tradujera en una reforma constitucional, ahí sí sería un error histórico. Ojalá que con el tiempo lo recordemos como un incidente desafortunado que felizmente se pudo corregir.

Antes de esa sesión, Ud. había resaltado en varios tuits los avances de la Comisión de Constitución. ¿Qué cambió en la dinámica de la comisión?

Es que los avances eran parciales y los temas verdaderamente grandes estaban pendientes. Avanzaron en establecer el principio de paridad y la alternancia de género para las elecciones del 2021 pero no en la eliminación del voto preferencial que era lo que terminaba de darle sentido. Luego lo que pasó es que el domingo pasado terminaba la legislatura y si querían hacer reformas constitucionales, necesitaban aprobarlas en primera votación. Allí había dos temas grandes: la inmunidad parlamentaria y los impedimentos para postular. El sábado ellos votaron inmunidad. Ese [primer] dictamen era un avance respecto a lo que tenemos ahora, aunque uno pueda hacer reparos, estaba en general bien; sacó 82 votos, no 87 [que se necesitaba para no pasar por referéndum]. Y el tema de los impedimentos ni siquiera fue sometido a la agenda del pleno. Hasta el sábado el balance era muy parcial. El domingo en la mañana el Congreso convoca a sesión de pleno, y uno dice ‘caramba, parece que la cosa está marchando bien’, pero estaba en duda qué iba a pasar. En ese contexto, a mediodía viene el discurso del presidente, que no fue muy claro en el mensaje que quería dar, y los congresistas reaccionaron muy mal. ‘Si nos presionas, vas a ver cómo te respondemos’, y por eso al final ese dictamen sobre inmunidad parlamentaria terminó incluyendo temas de antejuicio y otras cosas, y terminó siendo un desastre.

¿Qué les consultaban a los miembros del consejo consultivo?

La verdad es que el consejo consultivo funciona con una dinámica muy laxa y muy a criterio del presidente de la comisión. Dependiendo de los temas invitan a personas a que expongan y den su opinión. Por ejemplo, los excomisionados Fernando Tuesta y Milagros Campos fueron invitados a hablar sobre la democracia interna. Pero ojo que los miembros de la comisión no tienen la obligación de consultarnos ni de hacernos caso. La decisión es de ellos.

¿Tenía sentido la consigna de quitarles la inmunidad a todos?

Yo creo que no. A mí me parece bastante claro que allí hubo un espíritu revanchista: nos quieren quitar la inmunidad, entonces voy a tratar de quitarte algo a ti también. ¿De qué hablamos cuando hablamos de inmunidad? Los parlamentarios, por delitos y procesos que hayan cometido antes de ser electos, tienen derecho a que el propio Congreso evalúe si se les levanta el fuero para que pasen al Poder Judicial. Ese privilegio sólo lo tienen ellos. No es correcta la consigna de que si me lo quitan a mí, se lo quitan a los demás porque sólo lo tenían ellos.

¿Si se aprueba en segunda votación, se produciría un desgobierno para este presidente o el siguiente?

Creo que entraríamos en un terreno muy pantanoso y conflictivo. Si se aprueba en segunda votación, inmediatamente el presidente o alguien va a interponer una acción de inconstitucionalidad, y entonces el asunto va a terminar viéndose en el Tribunal Constitucional. Eso va a ocurrir mientras el Congreso está designando a los nuevos miembros del TC. Eso va a ser un caos, una cosa desgastante, confusa, polarizante. Mucha gente está diciendo que lo sensato es que ya no insistan, que reconozcan que hubo un error, y no nos metan en esta controversia jurídica inútil por un capricho.

¿La mejor salida a la crisis ha sido convocar al Consejo de Estado? ¿No están tratando al Congreso como a niños malcriados?

Todos los actores políticos están con la cabeza caliente. Creo que lo razonable es que todo el mundo se tome un tiempo y reflexione. Me parece que ha sido un buen paso la reunión del consejo. Es importante que el presidente del Congreso y todos los congresistas tomen plena conciencia de lo que han hecho. No eran totalmente conscientes de cuán gravemente afecta a la institucionalidad estos cambios que hicieron pensando que era una jugadita política de corto plazo. Si esto queda en la Constitución, genera muchos problemas potencialmente. A mí me da optimismo ver que los miembros del consejo consultivo, y creo que ha sido unánime independientemente de las posiciones al interior que son muy diversas, han constatado que esto no debe aprobarse.

El Consejo de Estado –integrado por el presidente y los titulares del Congreso, PJ, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo y contraloría– fue convocado luego de la decisión del pleno sobre la inmunidad parlamentaria. Invocaron al diálogo. (Foto: Presidencia de la República)
El Consejo de Estado –integrado por el presidente y los titulares del Congreso, PJ, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo y contraloría– fue convocado luego de la decisión del pleno sobre la inmunidad parlamentaria. Invocaron al diálogo. (Foto: Presidencia de la República)

¿Cómo sacar adelante una reforma política en tiempos de políticos sin herencia? Vizcarra no dejará partido y los congresistas no podrán reelegirse.

Desde que como Comisión de Reforma Política entregamos las propuestas, durante el Congreso anterior, todo el camino ha sido cuesta arriba. Pero creo que la opinión de expertos, el apoyo de la opinión pública, y el sentido común de que algo teníamos que hacer para mejorar la representación política han ayudado a que se haya podido avanzar en medio de esas dificultades. Ojalá que se retroceda respecto a los errores que se cometieron sobre la inmunidad y el antejuicio, que se regrese a la discusión; que los parlamentarios confirmen lo que aprobaron respecto a los impedimentos para postular, y que cerremos la discusión de las elecciones del 2021 con un par de temas que han quedado pendientes. Ya no falta demasiado y con un poco de buena voluntad uno puede cerrar algo mínimamente satisfactorio. Ojalá que se pueda.

¿Cuáles son las reformas prioritarias para el 2021 del paquete que presentaron el año pasado?

Financiamiento político, voto preferencial y elecciones internas. Quizás una forma de visualizar esto es imaginar cómo va a ser la elección del 2021. El riesgo que veo es que la elección sea muy caótica, que tengamos veintitantas listas de candidatos, con voto preferencial, sin posibilidad de hacer campaña presencial, sin campaña en medios masivos de comunicación. ¿Cómo es que los ciudadanos se van a enterar quiénes son los candidatos y qué proponen? Nos pone en riesgo de repetir los resultados de la elección de este año, en el sentido de tener mucha fragmentación política. Por eso me parece tan importante que no cualquiera pueda postular, no cualquier sentenciado, que no solamente el que tiene plata pueda ser candidato. Para eso también es importante que las elecciones internas sirvan como un filtro. Antes teníamos las primarias, que las hemos eliminado por la pandemia, pero algún filtro tiene que haber. No puede ser que un partido que es puro cascarón y que no tiene militantes pueda continuar en la competencia. Hay algunos ajustes muy importantes que hay que hacer para que la elección del 2021 sea el inicio de la reforma. Está a la mano de la Comisión de Constitución y del pleno; son tres artículos que hay que cambiar, no hay que hacer una gran ingeniería institucional para eso.

¿Cómo evitar esta sobreoferta considerando que el Jurado Nacional de Elecciones suspendió la aplicación de la norma sobre los requisitos para los partidos ya inscritos?

Justo esa es la discusión que venía esta semana en la Comisión de Constitución; ahora ha quedado en el limbo. La discusión que venía era sobre cómo se inscriben los partidos nuevos, cuáles son las condiciones para participar en las elecciones internas, si va haber voto electrónico no presencial o no, cuánto tiempo de afiliación tienen que tener los militantes para participar en las elecciones internas. Pero felizmente tenemos julio y agosto para terminar esa discusión.

¿Le da temor que se haga una elección similar a la del 2016?

Ese es el gran riesgo: si no hay una interpelación de la opinión pública, que los partidos digan ‘miren, estamos en epidemia, no nos compliquemos la vida, hagamos las cosas como siempre; hacemos la convención de delegados, hacemos una lista y estos son los candidatos’. Hay que evitar que esta elección sea igualita a las anteriores. Hay que entender que si la elección es igualita a las anteriores, los resultados van a ser igualitos. Las caras van a cambiar pero las conductas van a ser exactamente las mismas y habrá que arrastrar eso cinco años más.

¿Vizcarra se hace responsable por sus ‘pechadas’ al Congreso?

Bueno, parcialmente. Hay que reconocer que la actitud del Ejecutivo en estos temas no ha sido siempre consistente. En el tema del domingo, queda la percepción que el Ejecutivo reaccionó demasiado tarde. Pero en planos generales, parece claro que el gobierno está claramente desbordada por la multiplicidad de frentes que tiene que atender de forma simultánea, y obviamente la prioridad es la emergencia sanitaria.

Tanaka integró la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, encabezada por Fernando Tuesta. Durante el interregno pidieron que se retome con urgencia el debate. (Foto: Difusión)
Tanaka integró la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, encabezada por Fernando Tuesta. Durante el interregno pidieron que se retome con urgencia el debate. (Foto: Difusión)

Hace poco, en Twitter, sobre los políticos: “ya no es cierto que en su actividad lo bueno solo produzca el bien y lo malo el mal, si no que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando”. ¿Vizcarra es un niño político?

No, yo creo que el presidente Vizcarra es consciente de las paradojas y los riesgos que tiene la acción política. Si uno lo juzga sobre la base de la fragilidad con la que él asume la presidencia, no tiene mucha experiencia, que no tiene partido, bancada, operadores ni equipo, a pesar de eso logró sacar adelante algunas cosas significativas. Haciendo el balance, uno tendría que ver que tan ingenuo no era. Pero por supuesto enfrenta una situación tremendamente complicada.

¿Esta situación ha hecho que se disperse la atención sobre los errores del Ejecutivo en el manejo de la crisis sanitaria y económica?

Sí. Lo que pasa es que nuestro país, y especialmente en este momento de crisis, tienes múltiples frentes, todos importantes. Yo ya no sé qué cosa tapa qué porque todo es importante, y en todos los frentes hay necesidad de hacer correcciones y de actuar. Pero ciertamente el gobierno está pasando por un momento difícil.

¿Hay vías de diálogo entre el Ejecutivo y el Congreso para afrontar todos los retos pendientes? No hay cuerdas transmisoras con el Parlamento y los ministros están abocados a atender la pandemia como para entablar un diálogo político.

Creo que la gran moraleja es que ese trabajo es imprescindible. Le hemos dedicado mucho tiempo a hablar de la reforma política, pero si uno mira el tablero más grande, ve que esos enfrentamientos están involucrando también el presupuesto público, el gasto en educación, el sistema de pensiones, las deudas tributarias, las deudas con los bancos. Ojalá que esto que ha pasado en el terreno de la política institucional lleve a los actores a decir ‘hay que tomarse un respiro y volver a pensar este asunto’.

El Congreso tiene un camino claro hacia propuestas populistas en varios terrenos. ¿Cómo hacerle contrapeso?

El Ejecutivo tendría que ofrecerle alguna salida a las preocupaciones legítimas que tiene el Congreso. Los señores congresistas están interesados en aumentar el gasto en educación, bueno, el Ejecutivo tendría que tener una propuesta qué compromisos podemos establecer para que mejore la calidad y la cantidad del gasto en educación, y así en cada tema. Y que la búsqueda de esa salida sea presentada como un logro conjunto de ambos poderes del Estado.

¿Acción Popular se llevará la peor parte de los errores de este Congreso así como Fuerza Popular se llevó los del anterior?

Fuerza Popular actuaba en bloque y estaba muy identificada con la figura de Keiko Fujimori como lideresa. Mientras que, por el contrario, Acción Popular es una entidad medio enigmática; y como bancada no siempre actúan juntos. Uno escucha a Merino, a Guibovich, o a otro y uno escucha posiciones diferentes, y no es evidente quién es el líder ni quién es el candidato. Esa indefinición puede hacer que no sea similar a lo de Fuerza Popular, pero sí es cierto que van a salir golpeados. Ellos eran la primera fuerza, tuvieron la presidencia del Congreso y son corresponsables de lo que está pasando.

Omar Chehade, presidente de la Comisión de Constitución, consideró que la votación del domingo pasado fue "histórica". (Foto: Hugo Curotto)
Omar Chehade, presidente de la Comisión de Constitución, consideró que la votación del domingo pasado fue "histórica". (Foto: Hugo Curotto)

Ud. ha hablado del fin del orden posfujimorista ¿Podemos hablar del periodo 2016-2020 como una época de implosión de los partidos, tanto por reputación como por las denuncias de corrupción?

La implosión partidaria es más bien una constante de los últimos años. Pero cuando uno mira el periodo más largo, lo que más llama la atención es que ha cambiado la actitud de los políticos respecto al consenso ortodoxo, neoliberal, que tuvimos en los últimos años. Con García y con Humala, a pesar de que esos presidentes parecían que iban a ser medio populistas o izquierdosos, terminaron siendo bastante ortodoxos en su manejo económico. Y cuando gana PPK, unos dicen es la maravilla porque es el ejemplo más orgánico de ese consenso pro mercado. La gran novedad que estamos viendo es que ahora los políticos abiertamente desafían al Ministerio de Economía, al Banco Central, a la Superintendencia de Banca, y presentan propuestas que contradicen abiertamente el consenso que tenía la élite en los últimos 20 años.

¿Existe alguna narrativa clara para el siguiente periodo? ¿Las propuestas populistas?

La historia nunca está escrita, y por eso los resultados de las elecciones son cruciales. Nos estamos jugando un partido muy importante en el 2021, pues corremos el riesgo de que se materialice el final de una época que cubrió 25 años, en donde se deja atrás este consenso pro mercado que fue tan fuerte en el Perú, y llegamos un poco tardíamente a lo que en otros países se dio cuando hablamos del giro a la izquierda. La otra posibilidad, que me parece más razonable, es que hagamos cambios urgentes pero que no arriesguemos lo que el Perú pudo acumular y construir en los últimos años. Ese es el partido de fondo y por eso tener una elección mínimamente ordenada es tan importante.

¿Te da la sensación que, a punto de cumplir 200 años de República, recién estamos poniendo el piso del Estado moderno?

En los últimos años nos hemos ido dando cuenta que el Estado y las instituciones son algo muy importante. Hace 20 años pensábamos que la orientación de izquierda o derecha, estar a favor de los pobres o los empresarios, eran cosas que importaba mucho, y ciertamente importan. Pero si no tienes un Estado mínimamente eficaz, instituciones mínimamente funcionales, no vas a poder hacer ni políticas de izquierda ni de derecha. Tú puedes decir ‘hay que gastar más en salud y educación’, pero si al final tienes la plata y hay corrupción en las compras, las compras no se hacen, se hacen mal; un gran problema de fondo tiene que ver con el estado de las instituciones.

¿Vizcarra realmente está interesado en las grandes reformas o ha sido un discurso para tener gobernabilidad?

Creo que el presidente Vizcarra no tenía eso en el radar, ni en su agenda. No creo que él jamás se hubiera imaginado que iba a terminar involucrado en lo que terminó. Pero hay que reconocerle que, ante la aparición de algunos problemas, supo reaccionar. Aparecieron los problemas de corrupción en el Poder Judicial, y sacó adelante una reforma de la justicia. Aparecieron los problemas de confrontación política y de corrupción, y sacó la reforma política. El presidente Kuczynski también formó una comisión de integridad, una para estudiar la reforma del sistema de pensiones. Esas comisiones entregaron informes muy buenos, y el presidente no les hizo seguimiento en absoluto. Eso también podría haber pasado con Vizcarra, pero se comprometió con esas causas y han terminado siendo temas importantes.

¿Qué Congreso maltrató más los proyectos de la comisión para la reforma política?

El Congreso anterior tenía otra lógica política, pero creo que había espacios de conversación que involucraban a la presidenta [de la Comisión de Constitución] Rosa Bartra con el presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, y otros parlamentarios. Lo que ha pasado el fin de semana muestra que [ahora] esos carriles [de comunicación] con el Ejecutivo se perdieron. El presidente de la Comisión de Constitución [Omar Chehade] y quienes lo rodean también rompieron vínculos con otros grupos parlamentarios, con asesores y expertos que podrían haber puesto una cuota de sensatez; y por eso es que terminamos donde estamos ahora.

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