—Ya comenzó el juicio oral del famoso Caso Cocteles, que lo tiene a usted inmerso en una pesadilla. Si pudiera resumir lo que ha vivido en estos seis años de proceso judicial, ¿qué diría?
Han sido seis años sumamente complejos y difíciles. No hay mañana que me levante o noche que me acueste en que no piense en esta acusación que me ha destruido la vida. Me encuentro inmerso en un lío en el que no tengo nada que ver. No sé qué hago en este juicio en el que estoy con 43 personas, con las cuales nunca crucé una sola palabra. La acusación no tiene ni pies ni cabeza. El 11 de marzo del 2021 recibí la noticia de la acusación donde se me ponían 22 años, ocho meses de cárcel, dos días antes de mi cumpleaños. ¿Cómo decirle a mi familia? Tremendo golpe.
—Veintidós años por lavar dinero. La teoría de la fiscalía es que usted, cuando ya no era presidente la Confiep, convocó a una reunión en la que participó Jorge Barata y pidió dinero para una campaña que favorecía directamente a la candidata Keiko Fujimori…
Ese 24 de marzo del 2011 convoqué a 20 empresarios para rendirles cuenta de la campaña de promoción a la inversión privada que había hecho durante mi período. Ese fue el objetivo. Asistieron el señor Humberto Speziani, presidente de la Confiep, y 12 o 14 empresarios. La reunión fue en las oficinas de Buenaventura, porque el aforo en la Confiep es de ocho personas. Se preparó un PowerPoint, que lo hizo Pablo Bustamante, gerente del proyecto, donde se explicó en qué se habían gastado los recursos que me dieron durante la campaña, que comenzó en el 2009. Una campaña muy exitosa, por cierto. Hicimos los 25 años de Confiep; yo iba con Nano Guerra García a todas las ciudades del Perú llevando un mensaje de optimismo a los emprendedores. Era una campaña de promoción de la inversión privada, del modelo económico. Yo terminé mi mandato y dije: “Ustedes me han apoyado; en esto se ha gastado el dinero”.
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—¿En esa reunión se pidió dinero para la campaña de Keiko Fujimori?
Jamás. Nunca se mencionó a Keiko. No hay un solo testigo que haya dicho eso. Nadie le ha dicho al fiscal José Domingo Pérez, ni siquiera Barata, que yo haya pedido dinero para Keiko.
—¿Cuánto dinero dio Barata a la Confiep?
Doscientos mil dólares. Se le pidió para continuar la campaña de promoción de la inversión privada. En total, son 2′077.500 que figuran en la carpeta fiscal y es dinero de varias empresas peruanas. Nadie sabía en qué estaba metido Barata. Todos los testigos que ha llamado la fiscalía han dicho que yo no pedí plata para la campaña de Keiko.
—Lo que ha dicho la Confiep en un comunicado es que usted siempre actuó en estricto cumplimiento del estatuto y que se alineó a los principios de defender la economía social de mercado en aras de mejorar nuestro país…
Eso ha dicho la Confiep. Pedí esa aclaración pública durante seis años y recién lo han hecho. Le agradezco al presidente Pablo Bustamante.
—¿Cómo explicamos que pidan 22 años de cárcel para usted?
Es increíble. Según la fiscalía, yo he lavado dinero, pero la teoría ha mutado. En el auto de enjuiciamiento dice que yo engañé a todos los empresarios, que yo les pedí dinero para hacer una campaña, cosa que no es cierta, y que yo hice otra cosa. En lugar de hacer una campaña en favor de la inversión privada, hice una campaña en favor de Keiko. ¿Dónde está el guion? No hay. ¿Con quién lo hice? Solo. No tengo cómplices, ni en Confiep ni en Fuerza Popular. Soy el único, todo sin pruebas.
—La Confiep dice que usted no ha blanqueado nada.
Pero el fiscal lo asegura y no presenta pruebas, solo lo dice él. Yo he presentado decenas de pruebas demostrando que no hay fraude. Para que haya un delito de lavado de activos tiene que haber un delito fuente. El dinero tiene que ser sucio. Aquí no hay dinero sucio, todo ha sido bancarizado y no hay ningún fraude. Cuando la fiscalía de La Victoria en el año 2021 da su resolución y dice que se archive el caso y que no proceda la investigación preliminar, el fiscal no le hace caso, Confiep se allana.
—¿La fiscalía de La Victoria dijo que se tiene que archivar su caso y Pérez no hizo caso?
No solo el fiscal Pérez, el juez Zúñiga tampoco. La etapa de control ha sido un desastre. Una verdadera vergüenza.
—¿A qué atribuye la decisión del juez Zúñiga de no excluirlo?
No lo sé.
—¿Juega en pared con el fiscal Pérez?
Totalmente. Y también con la procuraduría ante pruebas contundentes, ante declaraciones de todos los testigos. No puede decir que los aportes aparecen en la contabilidad de Fuerza Popular. Todo es una absoluta mentira. Incluso hay un peritaje que indica que no hubo llegada de dinero, es decir, en esta teoría de lavado no hay dinero. En los otros casos sí, el señor Dionisio Romero entregó, Barata entregó, yo jamás entregué. Es alucinante.
—¿Por qué cree usted que Pérez puede llegar a tanto?
Habría que preguntarle a él y al fiscal Rafael Vela también. ¿Cómo pueden hacer tanto daño? A mí me ha torturado durante seis años con pura mentira. Yo creo que detrás de esto hay un amedrentamiento a la clase empresarial para que no se metan en política. Yo soy el chivo expiatorio. Siempre me pregunto si detrás no hay un movimiento conspiratorio que diga que los empresarios no deben entrar en política. Ahora me llevan a un juicio que nadie sabe cuánto va a durar.
—Seis años, según el abogado César Azabache.
Y si me absuelven, el fiscal apelará. ¿Cuatro años más? Tengo 77. A los 83 me van a condenar a cuánto? ¿Prisión hasta que tenga 100 años? No tienen cómo condenarme. Yo al fiscal Pérez no lo conozco. Le digo una cosa: nunca me ha entrevistado.
—¿El fiscal Pérez nunca lo ha interrogado?
En ninguno de los interrogatorios.
—¡Pero es su principal acusador!
Nunca se presentó. En todos estos años nunca me ha hecho una pregunta. Me consideran una rama del llamado Caso Cocteles, porque mi caso comienza con el “500 aumentar 500″. La investigación preliminar es Bedoya, Yoshiyama y Briceño. Quinientos más 500, y como Barata dijo que dio 200.000 a la Confiep, toda la investigación preliminar fuimos nosotros tres. Yoshiyama recibió los primeros 500, Bedoya recibió los otros 500 y Briceño recibió 200. La bolsa: un millón doscientos [mil]. En esa etapa preliminar también tenía otros cargos: el partido Fuerza Popular había recibido un aporte mío y no lo había declarado a la ONPE; se había hecho un coctel fujimorista en mi casa. Demostré que si iban a buscar a Fuerza Popular no iban a encontrar nunca un aporte mío, porque yo había aportado a PPK con un cheque, y se había reportado. La fiesta supuesta se hizo en la calle Las Laderas 429, Casuarinas. Mi casa es el 420 y en ese entonces no estaba construida. Les demostré que estaban equivocados. Como se les caía todo pensé que me iban a retirar, no tenían pruebas. Pero no sucedió. Juntaron este caso con el Caso Cocteles, que ya tenía su propia carpeta. Acumularon 2016, 2011… La carpeta fue creciendo y hoy estoy en un tren de 45 vagones y no me puedo desenganchar. Estoy acompañando a Vicente Silva Checa, a Pier Figari, Ana Herz y un largo etcétera que no conozco.
—¿Qué piensa de la justicia peruana?
¿Existe? Pienso lo peor de la justicia peruana. Mire mi caso, no hay delito, no hay dinero sucio, pero estoy en juicio. Una vez me encontré con el fiscal Rafael Vela, él ya sabía que yo había presentado pruebas de mi inocencia. Me dijo: “Señor Briceño, tenga paciencia”.
—¿Eso le dijo?
Eso me dijo. ¿Usted sabe lo que puede costar tener un abogado durante seis años de juicio? ¿Es justo que alguien inocente esté perdiendo tanto tiempo? Por eso es que le devuelven el expediente 20 veces a Pérez, porque está mal hecho, porque se va por las ramas. Hay gente inocente que está siendo perseguida por las puras.
—El extesorero de Fuerza Popular, Luis Mejía Lecca, ya tuvo un infarto y está postrado.
Yo también tengo problemas. Vengo de la clínica y mi quimio es producto de todo esto.
—No sabía que tenía cáncer, lo siento.
Pero yo tengo esperanzas.
—Ahora entiendo por qué sus ojos se enjugan. Usted es un hombre cargado de harta impotencia.
Sobre todo por mis hijos, mi familia, mis nietos.
—Por eso se ha enfermado...
Por eso, pero de esta yo salgo, Milagros. A mí el fiscal Pérez no me va a matar; tampoco la enfermedad. Te cuento, pero no quiero crear compasión ni nada.
—Mire ahora a Barata, acaba de derogarse el acuerdo de colaboración.
Estoy escribiendo un libro sobre mi caso y la injusticia, las citas de los absurdos. ¿Cuánta gente que no tiene medios está perseguida por las puras? ¿Cuántos delincuentes están en la calle? El foco está equivocado. Los fiscales se acuchillan entre ellos. No hay ninguno bueno, en realidad, ¿de qué lado estoy? De ninguno. Todos tienen chicharrones, todos se sacan cuchillos. Hay un deterioro brutal de las instituciones en el Perú y entre ellas el Poder Judicial y la Fiscalía están deterioradas. La calidad de fiscales, jueces que tenemos son deplorables. Hay un sesgo ideológico en la fiscalía y eso hay que denunciarlo.
— ¿Por qué la Confiep demoró en emitir un comunicado de respaldo?
Esperé seis años a que hicieran ese comunicado público. Fue un error que cometió la Confiep al no salir a defender y decir que esto no era un delito, que ellos habían hecho una campaña para defender el modelo económico. Hubo temor. Los empresarios han aprendido que el Perú no merece empresarios tibios.
— ¿Cuál es el verdadero pretexto del fiscal Pérez para acusarlo?
Mi sucesor, Humberto Speziani, mintió en sus declaraciones ante la fiscalía. Cuando Pérez pregunta quién dirigió la campaña dos, él dice Briceño y yo no dirigí esa campaña. No tuve nada que ver. El fiscal toma eso como prueba. El que dirigió, el que firmó los cheques es Speziani.
— ¿Por qué mintió Speziani?
Por librarse de un pecado que no existe. Por miedo. Por recomendación de su abogado.
— ¿Y usted nunca le reclamó?
Toda la vida. Seis largos años. Él dice que esos son sus recuerdos, contra todas las pruebas y amenazó a la Confiep. La gente se moría de miedo de contar la verdad.
— ¿Cree que el Caso Cocteles demora para tener siempre procesada a Keiko?
Yo no soy fujimorista. Es más creo que Keiko es un desastre. Es la responsable de que estemos donde estamos, su resentimiento, su hígado. Mira todo lo que le hizo a PPK. Esa mujer no puede ser presidenta. Es nefasta. Es una mujer que nunca pierde y eso pone por encima del bienestar de la nación. Su hermano estuvo a punto de ir a la cárcel por ella. Su padre se quedó en la cárcel por ella. Pero sabiendo todo esto, también digo que en el 2021 no había terminado la investigación preparatoria. En mi caso, estaban llamado a Speziani a declarar y esperábamos la traducción de las declaraciones de Barata, en Curitiba. El 12 de marzo se cerró la investigación preparatoria porque venían las elecciones y me consta. Los fiscales se morían de miedo de que Keiko saliera presidenta. Cortaron para que fuera acusada semanas antes de la primera vuelta. Por eso digo que hay un tema político. Ahora quieren hacer el juicio en dos años, antes del 28 de julio del 2026. No quieren que sea candidata. ¿Y cuál es la mano que mece la cuna?
— No sé. ¿Cuál es?
Es Gustavo Gorriti, él tiene un sesgo. Si nosotros tenemos una vincha que dice empresario, él lee corrupto. Lo que él piensa se ha trasladado a la fiscalía.
— ¿Usted siente que ha sufrido abuso fiscal?
Por supuesto, sin la menor duda. También creo que cercaron judicialmente a Alan García. El fiscal Pérez es un tipo absolutamente equivocado. Es alguien que inventa cosas, que alucina teorías. La verdad la tiene delante de sus ojos, pero no la quiere ver.
— ¿Qué le diría al fiscal Pérez?
Si él admite, si él sabe, si en su ADN cabe la palabra error. Si él sabe que se equivocó o no. Quien no admite error es básicamente la gente soberbia.