Lucas Ghersi inició casi en paralelo con la gestión de Pedro Castillo una recolección de firmas con el objetivo de presentar ante el Congreso un proyecto para prohibir la convocatoria a una asamblea constituyente. Con esta iniciativa todavía en marcha, el abogado constitucionalista comenta la la propuesta del Gobierno destinada a elaborar una nueva carta magna. El riesgo, según él, es que esto derive en el establecimiento de un régimen dictatorial.
—El gobierno propone incorporar un artículo a la Constitución, el 207, para que la elaboración y aprobación del proyecto de una nueva Constitución esté a cargo de una asamblea constituyente. ¿Esto no es viable o choca con otro artículo de la Constitución?
MIRA: Ministros, militantes de Perú Libre y más: las visitas a la oficina de la primera dama
No sería necesariamente inconstitucional agregar ese artículo, siempre y cuando sigan el procedimiento de reforma del artículo 206 de la Constitución. Sin embargo, es pésima idea hacer una asamblea constituyente por otros motivos. La asamblea constituyente, como la han planteado ellos, va en contra del principio de la democracia, del principio democrático. Uno no puede incorporar a la Constitución un mecanismo contrario a los principios más básicos del Estado derecho. El principio democrático es uno. Eso significa que cada peruano debe tener un voto, que se tiene que respetar la democracia.
VIDEO RECOMENDADO
Lo que plantea Perú Libre es una elección corporativista, que solo un grupo reducido, 30% o 40% de los constituyentes, sean electos por voto popular y el resto a través de elecciones gremiales: sindicatos, agricultores, e incluso jurisdicciones étnicas, afroperuanos e indígenas. Al hacer eso, ellos rompen con el principio democrático, se presta para la manipulación, porque no vamos a saber quiénes van a formar parte o no de diferentes circunscripciones étnicas. Es un sistema similar al que empleó Nicolás Maduro en la asamblea constituyente del 2017. Podría generar una situación en la que Perú Libre pierde las elecciones en la constituyente e igual la controle, sin que la mayoría del pueblo lo respalde.
—¿El proyecto fracasará en el Congreso?
Siento que el proyecto no va a tener respaldo, más allá de la bancada de Perú Libre y posiblemente de Juntos por el Perú y Perú Democráticas, las bancadas de izquierda, no va a tener respaldo. Es un proyecto condenado al fracaso, pero forma parte de una narrativa del Ejecutivo de promover la asamblea constituyente. El principal riesgo, en realidad, no es el proyecto, sino que el Ejecutivo busque aprobar una asamblea constituyente por las malas, cerrando el Congreso inconstitucionalmente o actuando, de alguna otra forma, fuera del marco constitucional, que parece ser lo que el gobierno está inclinado a hacer.
—¿Cree que los peruanos mayoritariamente no están a favor del cambio de Constitución?
Sí, siento que, de manera absolutamente mayoritaria, los peruanos están en contra de la asamblea constituyente. Incluso en aquellas regiones del sur del país que votaron mayoritariamente por Pedro Castillo en segunda vuelta, creo que hay grupos muy importantes de peruanos en contra de la constituyente. No es una demanda ciudadana, de ninguna manera. Es una demanda de un grupo muy pequeño.
Esta es la propuesta del Ejecutivo
—Poniéndonos en la lógica del gobierno, ¿entonces por qué no permitir que eso se exprese en un referéndum?
Hay varios temas. El primero es que la vigencia del Estado de derecho no se puede someter a referéndum. Hay valores fundamentales: la libertad, la separación de poderes, que no se pueden someter a referéndum. La asamblea constituyente tiene poder absoluto, significa poner un súper poder encima de los demás poderes. Eso no debería hacerse incluso si el 80% de peruanos lo pide. No tiene sentido una asamblea constituyente ahora, la asamblea constituyente sirve para que un país salga de una dictadura, para que un país en anarquía, un estado fallido, se recomponga. Sirve para crear un nuevo país, no es algo que convocas libérrimamente solo para obtener poder político. Hay un problema de concepción, fundamental, en esta idea de una asamblea constituyente planteada por el gobierno.
—¿Ni siquiera para que gane el ‘No’ y la propuesta de una nueva constitución pierda fuerza?
Ni siquiera. Es totalmente impertinente, máxime si estamos enfrentado a personas que son proclives a manipular las elecciones con propuestas electorales de tipo gremial, de tipo indirecto ‘fascistoide’. Estas elecciones por cuotas, por sectores, que son las que plantean. No inspira confianza, hay grandes riesgos, hay problemas conceptuales. No es una demanda del país, es algo que no es aconsejable. En el negado supuesto en el cual se llegase a un referéndum, creo que va a ganar el No y haré todo lo humanamente posible para que defender la postura del No.
—El Gobierno asegura que hay un clamor ciudadano por el cambio de Constitución y, ciertamente, sí hay gente que está a favor ¿Qué les diría a ellos sobre por qué no apoyar esta propuesta?
En primer lugar: la asamblea constituyente es poder absoluto. En segundo lugar: la asamblea constituyente que se plantea es poder absoluto sin democracia. Quieren que una asamblea que no sea electa democráticamente al 100%, solo al 30% o 40%, tenga un poder total para tomar todo tipo de decisiones: dejar sin efecto lo que dice el Congreso, el TC o la Contraloría. Incluso intervenir otros organismos del estado. Uno no mejora los problemas del país dándole poderes absolutos a una autoridad antidemocrática. De ahí no pueden salir cosas buenas. Entonces, les pediría que reflexionen críticamente sobre eso.
El Perú tiene muchos problemas, incluyendo problemas constitucionales, y hay que cambiar muchas cosas en la Constitución, pero solo podemos tener cambios de la Constitución que tengan sentido, que valgan la pena, que sean reales, si es que los cambios son parciales. En un cambio parcial podemos evaluar los pros y los contras de la propuesta y definir si nos conviene o no. Si queremos cambiar todo al mismo tiempo, y todavía con poder absoluto, el cambio no va a ser racional, sino que será un ejercicio puramente emocional y absolutamente estéril.
VIDEO RECOMENDADO
—Si el gobierno de Castillo fuera eficiente y hubiese mostrado buenos resultados en estos primeros nueve meses, ¿de todas formas se hubiese opuesto a esta propuesta?
Sí, por supuesto. Esto no tiene que ver con la eficacia o la ineficacia. Esto tiene que ver con la dictadura versus la democracia. La asamblea constituyente significa poder absoluto y el poder absoluto no es parte de la solución a nada, es parte del problema. En América Latina, la asamblea constituyente se ha convertido en una especie de martillo que quiebra, destruye democracias y la sustituye por gobierno autoritarios. Si hubiese sido otro presidente, con una ideología totalmente distinta, yo también hubiese estado en contra.
—Se lo pregunto porque hubo candidatos que durante la campaña ofrecieron un referéndum o un cambio de Constitución ¿Es el hecho que Pedro Castillo y Perú Libre estén detrás de esta propuesta lo que genera más rechazo?
Sin duda, la propuesta de una asamblea constituyente a lo mejor tendría menos rechazo si la planteara otro político, pero yo estoy en contra por principio, no porque estoy en contra de Perú Libre o de Pedro Castillo necesariamente.
MIRA: Publican ley que regula nombramiento de ministros: ¿alcanza al Gabinete Torres?
—Por lo poco probable que es su aprobación en el Congreso, la mayoría de analistas ve la propuesta como una estrategia política para confrontar al Legislativo. ¿Usted lo ve así?
Para la izquierda marxista, el poder que nace de una elección no es verdadero poder, sino que el poder se tiene que conquistar. Y el gobierno actual está conformado por personas que tienen la aspiración a conquistar un poder total. Para esto, ellos requieren la asamblea constituyente (…) porque es un mecanismo de captura del poder. Lo que quieren es construir un régimen autoritario. El objetivo no es distraer, es un objetivo ideológico que el gobierno siempre tuvo.
—¿Le sorprende que un constitucionalista como el canciller César Landa haya apoyado esta propuesta?
No me sorprende porque conozco al doctor César Landa hace muchos años. De hecho, fue mi profesor en la universidad y fue un excelente profesor, uno de los mejores que he tenido. Es una persona a la que le tengo una consideración personal muy alta, pero no me sorprende porque el doctor César Landa cuando fue muy profesor estaba a favor de una asamblea constituyente. Es una persona que tiene un antifujimorismo tan radical que con tal de borrar la Constitución de Fujimori va a estar dispuesto a hacer cualquier cosa. Además, siento que es una persona que se ha dejado seducir por visiones que no son tan democráticas de la política. Me da pena que haya seguido este camino, pero no me sorprende.
—¿Cuál cree que es entonces el principal riesgo de una asamblea constituyente?
El principal riesgo de la asamblea constituyente es básicamente el establecimiento de una dictadura, no es menos que eso. Aquí estamos enfrentado a un gobierno que quiere provocar una crisis para buscar una excusa de disolución del Congreso y perpetuarse en el poder, menoscabando los derechos civiles, las libertades económicas, anulando la separación de poderes. El objetivo del gobierno no es tanto una nueva Constitución, el objetivo del gobierno es la asamblea constituyente como fin en sí mismo. Porque se vuelve en un mecanismo para concentrar en el poder y declarar nulo todo lo que hace la oposición.
—¿Entre los que apoyan la iniciativa también hay demócratas que sí creen en la necesidad de una nueva Constitución?
Hay personas que apoyan la constituyente de buena fe, hay personas que de repente no están tan informadas y luego sí hay otras personas que sí simpatizan con modelos autoritarios. Por esto, parte del objetivo que tenemos es conversar con quienes nos respaldan y con quienes no nos respaldan (…) Hay un montón de gente que está a favor de la asamblea constituyente y sí son demócratas, pero la intención de este gobierno sí creo que es dictatorial.
—¿Hay un camino democrático de establecer una constituyente?
La asamblea constituyente por naturaleza genera poder absoluto. Es lo contrario a la separación de poderes, tiene poderes plenos. Depende mucho del momento: cuando se plantea una constituyente para salir de una dictadura, como ocurrió en el Perú en 1979, la constituyente es democrática porque es un vehículo para salir de la dictadura hacia la democracia, una transición. Cuando un país se está conformando y se crea la asamblea constituyente, eso es algo también democrático. Cuando ya hay una democracia más o menos funcional, hay Congreso, hay prensa libre, no tiene sentido generar una constituyente, allí sí es antidemocrática.
MIRA: Monseñor Cabrejos: “Estamos en una situación límite, y así [se percibe] en todos los estratos sociales” | ENTREVISTA
La constituyente de 1979 era necesaria, porque había que salir de la dictadura. Pero en 1993, creo que de repente no era necesaria. A mí me gusta más la de 1993 que la de 1979, por lo menos en el capítulo económico. En la parte política, de estructura del Estado, es mejor la de 1979; pero creo que en 1993 no era tampoco necesario o bueno hacer la asamblea constituyente. No es un juego cambiar de Constitución.
—¿Qué le respondería a quienes dicen que se debe cambiar la Constitución de 1993 porque fue fruto de un golpe de Estado?
Yo no niego que la Constitución actual fue fruto de un rompimiento del orden democrático, el autogolpe del 5 de abril de 1992. Sin embargo, la Constitución actual no es la misma, ha sido modificada más de 40 veces y ha sido reinterpretada por la jurisprudencia del TC.
Además, tiene legitimidad de ejercicio, ha sido una de las constituciones que más tiempo ha durado en toda nuestra historia republicana sin golpes de estado. Le ha dado un buen resultado al Perú: en el tiempo de su vigencia, ha bajado radicalmente la pobreza, la desigualdad, se ha construido una clase media, hay un país mucho más rico, más viable, más inclusivo que en los años ochenta. Ha sido, en general, una buena Constitución para el Perú. Sin embargo, hay muchas cosas que se tienen que cambiar, no es perfecta tampoco.
—¿En qué etapa está la recolección de firmas para prohibir la convocatoria a una constituyente?
Hemos venido recorriendo el país recolectando firmas y quiero agradecer a las personas que nos han apoyado (…) Hemos podido recolectar un número muy importante. Seguimos recolectando, pero estamos entrando a la etapa final de digitación de las firmas. Es un proceso un poco largo, un poco burocrático, que se requiere seguir para entregar las firmas a la ONPE
—¿Cuántas firmas tiene hasta hora?
Son cálculos muy gruesos, porque uno nunca sabe cuáles son las firmas válidas, cuáles las repetidas, pero calculamos alrededor de millón y medio de firmas. Podría ser un poco menos, un poco más. Además, seguimos recolectando firmas también.
MIRA: Pedro, Vladimir y los embajadores. Una crónica de Fernando Vivas sobre diplomáticos por accidente.
—¿Cuál sería el procedimiento?
Una vez que termine la etapa de digitación, se presentan a la ONPE para que determinen la cantidad de firmas válidas, contrastando el número de firmas con el registro de la Reniec. Luego se remiten al Congreso para que se pronuncie sobre el proyecto de ley para prohibir la asamblea constituyente.
—¿Cuál es su postura sobre la salida a la crisis y la propuesta de recortar el mandado del presidente y del Congreso?
Mi posición es que este gobierno no tiene capacidad ni propósito de enmienda. No tiene ningún interés en modificar su conducta, ni llamar a figuras de unidad nacional, ni en desactivar la crisis. Por el contrario, el gobierno provoca la crisis para que haya una asamblea constituyente. Cada día que este gobierno continúe en el poder la democracia peruana corre peligro.
Considero que debe renunciar o ser vacado Pedro Castillo, debe renunciar o ser vacada Dina Boluarte y deberíamos tener nuevas elecciones generales. No es posible tener elecciones solo del presidente y que se mantenga el mismo Congreso (…) Es feo, es complicado esto de acortar el mandato, son situaciones que podría ser cuestionables desde el punto de vista constitucional, pero la crisis en la que está el Perú es tan grande que creo que es la única salida viable de la crisis que nos queda.