—¿Quién está gobernando, Dina Boluarte o Vladimir Cerrón?
En términos constitucionales, la presidenta de la República es Dina Boluarte. Pero no hay que olvidar que fue precisamente Vladimir Cerrón quien, a través de Perú Libre, lleva a Pedro Castillo y a Boluarte al poder. La presidenta le debe mucho a Cerrón y saben que –por el bien de ambos– ninguno debe caer. De hecho, quien gobierna es Boluarte, pero los cerronistas en el Congreso pudieran estar enviando mensajes –con hechos y palabras– a Boluarte.
—¿Cómo entender la decisión de Boluarte de aceptar la renuncia del canciller González-Olaechea?
Es algo que a simple vista no se entiende, sobre todo cuando Javier González-Olaechea (JGO) estaba teniendo una actuación muy destacada en la crisis del fraude electoral de Venezuela. Sin embargo, en política no todo es lo que parece, y lo concreto es que el excanciller se enteró en Palacio de Gobierno que ya no iba más en el Gabinete. Por eso es que la carta de renuncia se entrega 15 minutos antes de la ceremonia de juramentación.
—Allegados a la PCM aseguran que la presidenta estaba molesta porque el canciller no le consultaba demasiado y porque había ganado demasiado protagonismo, más aún después de su intervención en la OEA en contra de Nicolás Maduro y su fraudulenta elección.
Cuando no hay un liderazgo ni una convicción política fuerte, las inseguridades afloran, y era notorio que el excanciller destacaba en todo el Gabinete, incluso siendo el primero en reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, cosa que Boluarte no hizo. Se tejen varias hipótesis, desde que fue Lula quien le habría sugerido la salida de JGO para facilitar las negociaciones y buscar una salida en Venezuela, hasta el hecho –no confirmado– de que en el viaje a China el entonces canciller viajó en clase ejecutiva y el resto de la comitiva en económica. Hay especulaciones y rumores. Pero solo Dina Boluarte y Gustavo Adrianzén conocen los motivos de la exclusión de JGO.
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—El nuevo canciller rápidamente cambió de posición frente a lo que ocurre en Venezuela y, ante la crítica general, Boluarte explica que el Perú no será cómplice de un fraude electoral.
Elmer Schialer tuvo unas precipitadas declaraciones al salir de la ceremonia de juramentación. Al día siguiente, se corrigió alegando que la política respecto de Venezuela no ha cambiado. Yo creo que tras la ceremonia el canciller habló como diplomático que es y no como político. Me atrevo a pensar que esa primera respuesta no responde a una convicción ideológica sino, más bien, a su formación de diplomático. Evidentemente es un cambio de estilo, pues JGO era frontal y muy político. Lo que me preocupan son las declaraciones del primer ministro, que alega que no se puede reconocer a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, cuando fue el canciller peruano el primero en reconocerlo el 30 de julio. Adrianzén dice que no hay ningún documento que reconozca a González Urrutia y que el Perú no reconoce los resultados y pide las actas. Es preferible llamar dictador a Nicolás Maduro y fraude a las elecciones del 28 de julio, que enredarse en retóricas improducentes.
—¿Cree que fue la presión ideológica de Cerrón la que obligó a cambiar de canciller?
Eso sería ir mucho más allá de la especulación... El hecho concreto es que Vladimir Cerrón celebró en las redes sociales la salida de Javier González-Olaechea.
—¿Es Boluarte una rehén de Cerrón? Le pregunto por el pasado. Dina fue la cajera de Cerrón y este conocería, aparentemente, todos sus pecados.
Cerrón sabe demasiado y eso nos podría llevar a especular que hay cierto interés en que no caiga el fundador de Perú Libre y eso es peligroso en democracia. Una presidenta no puede estar a merced de las aparentes amenazas de un prófugo de la justicia.
—¿Cerrón es intocable porque sabe que, si habla, Dina pierde?
Solo un prófugo que se siente protegido se atreve a burlar a todos cuando aparece conectado virtualmente en una ceremonia de su partido. La tecnología ha avanzado y no debe ser difícil rastrear un teléfono o una computadora. Cerrón debe ser el prófugo más suertudo de la historia, y también el más mediático.
—Recordemos que a Dina sus pecados le iban a dar a un pedido de detención por Los Dinámicos del Centro, pero su salvación –según Jaime Villanueva– fue trabajada en el mismo corazón del Ministerio Público con la exfiscal Benavides.
No olvidemos, además, que un operativo contra Los Dinámicos del Centro, previsto para realizarse una semana antes de la segunda vuelta del 2021, se postergó para una semana después. Esos son hechos verificables. En cuanto al caso de Boluarte, la información que ha dado a conocer Villanueva es que el abogado de la ahora presidenta, Óscar Nieves, le habría pedido a Rafael Vela que no mueva ninguna carpeta fiscal en su contra, así podía estar lista para asumir la presidencia en cualquier momento.
—¿Boluarte llega al 2026?
Nadie podría asegurar eso, sobre todo en la tan inestable política peruana. Creo que, si se comprueba que la voz de los audios presentados por el capitán Junior Izquierdo es la del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, la presidenta estaría en serios problemas, pues esas conversaciones estarían revelando que desde el despacho presidencial se estaría protegiendo a un prófugo. Si el peritaje apunta que la conversación es veraz, luego tendría que verificarse que el contenido de los dichos de Santiváñez son ciertos y eso no es muy difícil de verificar. Para empezar, el “cofre” fue visto al sur de Lima, en Asia, y no olvidemos la pérdida del cuaderno de ocurrencias de la casa de la mandataria. Si todo esto se comprueba, el futuro de la presidenta Boluarte sería de pronóstico reservado. No creo que ninguna bancada en el Congreso quisiera cargar con ese pasivo. Además, mientras más se acercan las elecciones, los partidos querrán marcar distancia del gobierno y de la presidenta. Así que nada está dicho.
—¿Cómo entender la salida de Hania Pérez de Cuéllar?
Esa es otra de las inexplicables salidas del Gabinete. La exministra era considerada del círculo cercano de la mandataria y es una persona a quien se le percibía eficiente en su gestión y con perfil propio. Como dije antes, cuando se percibe que no hay liderazgo, las inseguridades pueden aflorar y es mejor –para algunos– sacar del medio a quien hace sombra. Si bien esta hipótesis puede sonar ligera, se condice con el hecho de que a la presidenta decidió hacer a un lado a sus dos ministros más notables.
—Y no saca al ministro del Interior que asegura que los audios donde revelaría protección al más alto nivel para Cerrón son bamba, que no es su voz. ¿Le cree?
La seguridad en el país vive uno de sus peores momentos. No es posible que en un solo día asesinen a un policía, maten a un chofer de combi y asalten a un cambista en el corazón de Gamarra. Te matan por robarte un celular. Eso es indignante y Santiváñez sigue. Mi hipótesis es que seguirá mientras sea útil a los intereses palaciegos. Que no vaya a creer el ministro que los abrazos le tienen asegurado el fajín. Lo que sí hay que decir es que Santiváñez ha demostrado que se mueve como pez en el agua en las turbulencias de la política. “Para subir, todo vale”, así era, ¿no?
—¿Por qué Cerrón es inubicable, si está comprobado que cuando la policía quiere encuentra a los delincuentes debajo de las piedras?
Son muchas y muy variadas las teorías de por qué no cae Cerrón. Una de ellas apunta a protección desde el más alto nivel del gobierno; otra, a protección extranjera. Según audios, cuya voz se le atribuye a Santiváñez, habría militares cubanos involucrados en la protección al prófugo. Ahora, desde el mando policial nos dicen que es imposible rastrear las comunicaciones de Cerrón y por eso la recompensa sube a S/200.000. ¿Por qué no lo pueden rastrear? Se dice que estos personajes cubanos incluso le darían herramientas tecnológicas. Todo muy raro y sospechoso, pues efectivamente la PNP es muy eficiente.
—El silencio de la presidenta ante la prensa denota un desprecio por el derecho a la información de los ciudadanos y un apego a la opacidad. ¿Estamos ante un gobierno autoritario que se disfraza de cordero magullado?
La democracia implica transparencia y rendición de cuentas. Por eso, es necesario que la presidenta comparezca ante los medios, sin intermediarios, y en esta línea es preocupante lo dicho por la mandataria la semana pasada: “A palabras necias, oídos sordos”. El término ‘oídos sordos’ es muy peligroso para una demócrata. ¿Oídos sordos a la crítica? ¿A la sugerencia para mejorar la seguridad? ¿A los pedidos de mayor comunicación con los medios? La democracia no solo es ir a votar, elegir y cuidar las instituciones. Democracia también es tolerancia.
—¿Cómo definiría este quinquenio que ha desgraciado la institución presidencial del Perú?
Un quinquenio perdido. En un país con verdadera memoria, Pedro Castillo jamás hubiera llegado a la presidencia. Ha sido una ofensa para el dolor de miles de peruanos haber tenido –por ejemplo–, ministros como Íber Maraví, sindicado por delitos de terrorismo. Vieron al Estado como un botín y llegaron a sacar lo que pudieron. Y no son sospechas. Los delitos están sobre la mesa. Y en un intento desesperado, trataron de perpetuarse en el poder con un golpe de Estado, que fue rechazado por las instituciones democráticas. Es entonces cuando te das cuenta de que estas funcionan más allá de las personas.
"A Salhuana le podría caer la banda presidencial”
—¿Diría que el Ministerio Público está en su máximo descrédito institucional?
La que debería ser una institución objetiva e imparcial se ha convertido en un actor político, enfrentado con otros. Que yo recuerde, estos enfrentamientos públicos con ministros y con el Congreso, no se habían visto antes. Entiendo que discrepancias siempre hubo, pero se manejaban con mayor discreción. Y es evidente que siempre han existido tendencias y grupos en el MP, pero ahora podría decirse que nadie disimula.
—¿Cómo entender el papel de Andrés Hurtado en el PJ?
Es preocupante que un personaje con un gran poder de influencia, pues tiene un programa en señal abierta, se vea envuelto en estas imputaciones. Sin duda, es un escándalo viniendo de un personaje que se ha presentado como asesor de candidatos a la presidencia, como en el 2021 con Hernando de Soto.
—Rafael Vela acaba de excluir al fiscal José Domingo Pérez de la investigación que se le sigue a Keiko Fujimori. ¿Es un mea culpa o se ha visto obligado a reconocer que Pérez se equivoca por odiador, como señala en su demanda el abogado Arsenio Oré?
La exclusión es por la investigación de aportes de campaña en el 2021, que entiendo nada tiene que ver con la investigación original del Caso Cocteles. Esta decisión es una consecuencia del fallo del TC de Oré. Es muy grave que se diga que un fiscal no es imparcial. ¿Cómo queda el caso con esa afirmación?
—La fiscal Barreto sale a contar una historia de secuestro de uno de sus principales testigos protegidos, Iván Siucho, en el Caso ‘Waykis en la Sombra’ y horas después la policía desmiente todo y se descubre que Siucho es una verdadera joya y no solo por sus negocios con el oro. ¿A qué juegan los fiscales?
Fue llamativo ver a la fiscal Barreto acudir al lugar del supuesto secuestro para concluir que se trataba de amedrentamiento a un testigo, cuando no se habían iniciado las investigaciones de este caso. Todo debe investigarse, sin importar a quién perjudica o quién beneficia.
—¿Qué nos depara el Congreso liderado por Salhuana?
Eduardo Salhuana llega a la presidencia del Congreso por un arreglo entre las fuerzas representadas en el Parlamento. Lo que no me deja de llamar la atención es que el llamado Bloque Democrático se sienta en la Mesa Directiva con Waldemar Cerrón, hermano de un prófugo de la justicia, y llegue a un acuerdo con la bancada que defiende a Vladimir Cerrón. Los congresistas que he entrevistado siempre me han dicho que es una cuestión de consenso, mejor dicho, pragmatismo. Hay un factor adicional: no es descaminado pensar que a Salhuana le podría caer la banda presidencial. Si se llegara a comprobar que la voz que se le atribuye a Santiváñez en los audios es efectivamente suya, el futuro de la presidencia de la República es de pronóstico reservado, y APP de César Acuña tomaría esa oportunidad sin pensarlo dos veces.