La última encuesta de simpatías políticas de El Comercio-Ipsos, realizada este mes, coloca en la cima al virtual congresista Daniel Urresti (Podemos Perú) y al ex primer ministro Salvador del Solar. Ambos alcanzan un 11% de las preferencias.
Aunque los dos se han manifestado como adversarios al fujimorismo, Urresti y Del Solar representan estilos considerablemente distintos de hacer política, tanto en sus discursos como en sus campos de ‘expertise’.
Si bien la encuesta sobre simpatías políticas no es un sondeo de intención de voto, la popularidad de los políticos se perfila como un factor clave con miras a las elecciones presidenciales del 2021.
El Comercio intentó comunicarse con Urresti y Del Solar para conocer acerca de sus planes a futuro y posibles intenciones electorales, pero no obtuvimos respuesta.
En tercer lugar se ubicó el alcalde de La Victoria, George Forsyth, con 9%. En cuarto puesto aparece la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien desde el 28 de enero cumple prisión preventiva por el Caso Odebrecht. Un 34% de encuestados dijo que no tiene preferencia por ningún personaje.
-Mano dura y sin pelos en la lengua-
Fueron escasas las veces que, como ministro de Estado, a Daniel Urresti se lo vio vestido con traje. Apenas asumió la cartera del Interior en junio del 2014, durante el gobierno de Ollanta Humala, dijo que sería un ministro “de acción, no de escritorio”. Y así fue –al menos frente a las cámaras– en las numerosas operaciones policiales que él mismo encabezó después de declararle la ‘guerra’ a la delincuencia.
Este estilo militarista y de mano dura sería, precisamente, el principal motivo de su popularidad. Un hecho que no sorprende, en tanto –según la última encuesta de El Comercio-Ipsos– la ciudadanía cree que la primera prioridad del Congreso debe ser el debate de leyes para luchar contra la delincuencia.
A su discurso de lucha efectiva contra la inseguridad se suma un estilo comunicacional poco convencional. Desde sus inicios en la política, Urresti ha generado numerosas polémicas por sus declaraciones –cargadas de insultos, ironía y un tono desafiante– tanto en las redes sociales como en vivo y en directo. Basta con recordar cuando, como ministro del Interior, amenazó a un policía con mandarlo al Vraem, o cuando les pidió a sus críticos que se “amarren la boca”.
Según la encuesta, el respaldo hacia el exministro se encuentra sobre todo en Lima (17%). En el interior del país, es menor (9%). Son más los hombres que simpatizan con él (15%) que las mujeres (7%).
¿Se perfila Urresti como candidato presidencial en el 2021? Respaldo popular no le falta. Con más de medio millón de votos, no solo fue el candidato al Congreso más votado en las elecciones del 26 de enero, sino que su partido pudo pasar la valla electoral gracias a él.
En las elecciones municipales del 2018 tampoco le fue mal: obtuvo más de un millón de votos, y quedó en segundo lugar en la carrera por el sillón municipal.
Urresti, además, contaría con un partido con el cual tentaría la presidencia. Si bien públicamente se ha enfrentado al presidente de Podemos Perú, José Luna Gálvez, algunas fuentes aseguran que el pleito es solo para las cámaras.
Hay, sin embargo, un obstáculo que dinamitaría su futuro político: el nuevo juicio por el asesinato del periodista Hugo Bustíos, que comenzará en abril.
-Saco, corbata y pocas palabras-
Del otro lado de la orilla está Salvador del Solar Labarthe, quien se ha mantenido constantemente arriba en los sondeos de simpatías políticas. Abogado, actor y director de cine, el ex primer ministro se ha mantenido más cerca de los despachos que de la calle.
Su carrera política comenzó en el Ministerio de Cultura durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y continuó como la cabeza del Gabinete Ministerial de Martín Vizcarra. Como jefe de la PCM, fue uno de los pocos voceros políticos del gobierno en un momento de soledad política en el oficialismo.
En su primera entrevista en el cargo, en Canal N, Del Solar dijo que era un “adversario político” del movimiento naranja. A pesar de ello –salvo su último encuentro con congresistas en el pleno, el día que planteó la cuestión de confianza–, sus declaraciones han mantenido un tono moderado, de pocas y formales palabras, con un discurso favorable a tender puentes con sus rivales.
Si la bandera de Urresti es la seguridad ciudadana, la de Del Solar bien sería la de la lucha contra la corrupción declarada por Vizcarra. Fue él, al fin y al cabo, quien planteó la cuestión de confianza sobre el proceso de elección de los vocales del Tribunal Constitucional que abrió la puerta a la disolución del Parlamento.
Según la encuesta, las simpatías políticas hacia Del Solar no son muy distantes entre Lima y el interior del país: 13% y 10%, respectivamente. Lo que sí resalta es el respaldo del sector socioeconómico A, en el que tiene 31% frente al 13% en el B y al 10% en los sectores C, D y E.
Por otro lado, son más las mujeres (13%) que los hombres (9%) las que simpatizan con él.
Por el momento, Del Solar no tiene una organización política con la cual podría tentar la presidencia. Fuentes de El Comercio, sin embargo, señalaron que más de un partido lo ha buscado con miras al 2021. Uno sería Todos por el Perú.
En entrevista con “La República”, el pasado 2 de febrero, el presidente Vizcarra opinó que una eventual candidatura del ex primer ministro sería una “buena alternativa”.
-Punto de vista-
Jeffrey Radzinsky - Analista político
Perfilados para las elecciones del 2021
Tanto Salvador del Solar como Daniel Urresti son personajes que están posicionados políticamente hace algunos años. Lo que los distingue es que, mientras Del Solar ha mantenido un perfil bajo en los últimos tiempos, Urresti ha tenido un protagonismo activo. Recordemos que, cuando fue gerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Los Olivos, tuvo un protagonismo mediático muy fuerte, a pesar de tratarse de un cargo que generalmente no tiene mayor exposición.
Urresti ha sabido, además, manejar la construcción de antagonismos. Construyó muy bien su imagen antifujimorista, por un lado, y antiestablishment, por el otro, mostrándose como efectivo y criollo. Los resultados de las elecciones demuestran que ha logrado cosechar el capital que sembró.
En el caso de Del Solar, pese a tener un perfil bajo desde la disolución del Congreso, su capital político se ha mantenido. Su aprobación, que ya era alta, subió sustancialmente el día en que presentó la cuestión de confianza. Al intentar entrar al pleno a empujones, dejó una imagen de lucha contra una de las instituciones más repudiadas del país, que era el Congreso.
Por otro lado, los potenciales candidatos presidenciales también tienen elementos comunes. Por un lado, ambos han sido sumamente críticos del anterior Congreso, en general, y del fujimorismo, en particular. Además, ambos son buenos comunicadores políticos, que empatizan con la indignación popular y generan conexión con sus mensajes. En un ambiente social de tanta desconfianza, esos son activos muy potentes.