En 1915 surgió en el norte del Perú un grupo de discusión y reflexión que congregaba a intelectuales y artistas. Conocido primero como La Bohemia, luego se hizo célebre como el Grupo Norte. Mantuvo una influencia considerable hasta los iniciales años de los treinta y participaron, entre otros, Víctor Raúl Haya de la Torre, César Vallejo, Ciro Alegría y Macedonio de la Torre.
Cien años después, la misma región donde floreció la tertulia norteña parece capturada por intereses más terrenales. Un reciente informe de El Comercio (12/11) muestra la creciente presencia del narcotráfico en La Libertad: se ha pasado de ser un espacio de tránsito a uno de producción.
Al ímpetu del narcotráfico se debe agregar la impune actividad de bandas criminales en la zonas urbanas de la costa norte, que cobran cupos y extorsionan sin mayores apuros. Las amenazas que antes afectaban principalmente a taxistas o propietarios de pequeños negocios hoy alcanzan a autoridades democráticamente elegidas.
Desde hace dos semanas, los alcaldes de Huanchaco, José Ruiz, y Laredo, Javier Rodríguez, en La Libertad, reciben amenazas similares a las que padecía en setiembre su colega Francisco Ariza, de Samanco, en Áncash. El 20 de octubre, Ariza fue asesinado.
En contraste, la región en su conjunto (Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash y Cajamarca) presenta envidiables cifras de crecimiento económico. En setiembre, el Instituto Peruano de Economía (IPE) reportaba que cuatro de las seis regiones del norte mostraban un “alto crecimiento” para el segundo trimestre del 2015, bajo el liderazgo de Piura y Áncash, en los sectores agrícola, minero y manufacturero.
Paralelamente a los buenos indicadores económicos y el preocupante entorno social, el norte también presenta algunos emblemáticos casos de corrupción y malos manejos. Varias de sus autoridades purgan condena, investigados por serias acusaciones.
El presidente regional de Áncash por dos períodos, César Álvarez; el reelecto gobernador regional de Cajamarca, Gregorio Santos; y Roberto Torres, ex alcalde provincial de Chiclayo, se encuentran en prisión. En tanto que Gerardo Viñas, ex presidente regional de Tumbes, permanece prófugo por más de un año, el jueves 5, su hija Edith fue detenida al intentar ingresar a Ecuador con identificación falsa.
Crecimiento económico sólido sin política formal, en un entorno crecientemente violento. Pocos incentivos para la actividad intelectual, con limitado espacio para el debate: centros de estudios serios (como la Universidad de Piura –por ejemplo– que lideran un centro para monitorear El Niño) y ONG consolidadas conviven con universidades “solo para ganadores”. El norte parece ser solo un reflejo del resto del país. Su histórica vanguardia, sin embargo, hace ver con mayor preocupación su actual deterioro.
La reflexión y las secuencias de cambio sugeridas por el Grupo Norte conquistaron la fidelidad de esa región: el siglo XX peruano la vio convertirse así en el “sólido norte” aprista, en que florecían además políticos de diversas tendencias y fuertes instituciones académicas y de la sociedad civil. Hoy, cien años después, el norte parece haberse tornado sórdido: un signo de nuestros tiempos.